No todos son autores cronistas que describieron a la perfección los deseos y las vivencias de cada generación, pero han utilizado estos términos para describir lo que nichos importante de consumidores desean. Algunas propuestas se hicieron para nombrar a los baby boomers, pero los nombres no quedaron. Otros, como el de los millennials, pegaron a la primera.
El origen del término “millennial”, parece muy obvio y lo es. La población que nació entre 1980 y 2000 son incluidos en este término, porque durante toda la década de los 90 se habló sobre el advenimiento del nuevo milenio y lo que significaría.
Entonces algunos periodistas describieron a aquellos adolescentes que ya tenían acceso a tecnología y, según la revista TIME, se definió como un “pensamiento millennial”.
Aún así, de ahí salió otra clasificación, pues existía una parte de la población que no se sentía identificada en su totalidad con optimismo de los millennials y el pesimismo que definió alguna vez a los Xgeners, sino que más bien estaban en un punto intermedio. Así nacieron los xennials.
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Pero no a todas las generaciones les fue tan bien al momento de englobarlos en un solo término para intentar definirlos.
Aunque etiquetar a un gran segmento de personas puede o no funcionar en diversas ocasiones, el propósito de hacerlo va más allá que solo dirigir indirectas sobre qué hacer con el mundo y criticarlos por tener hábitos laborales diferentes. Les pasa a los millennials, les pasó a los Xgeners y le ocurrirá a la generación Z (Personas que nacieron después del 2000).
Antes de que pegara el término “millennials” a esta generación los expertos en la publicidad la llamó “Generación Y”. Por momentos, periodistas y editores se refirieron a la población que se acostumbró al uso de la tecnología de esta forma, pero al final el término que pegó no fue ese.
Por ejemplo, la generación X (población nacida entre finales de 1960 y al principio de 1980) no le fue tan mal con su nombramiento.
Fue el reconocido fotógrafo húngaro, Robert Capa que publicó una serie de fotografías de jóvenes que crecieron después de la segunda guerra mundial y tituló el ensayo artístico como “Generación X”.
Este nombre sirvió como influencia al cantante Billy Idol que en 1976 nombró así a su banda, pero lo tomó de otro libro escrito por los periodistas Jane Deverson y Chales Hamblett de 1965 que también describía a esta población joven.
Además, se trató de la actitud generalizada sobre no sentirse identificados con otras generaciones, movimientos o etiquetas en general.
La Universidad de Oxford culpa, en cierta manera, a la novelista Gertrude Stein, por ser quien identificó a una generación en su época. Lo hizo para referirse a las personas nacidas entre 1880 y 1900, que vivieron durante la Primera Guerra Mundial, se le llamó “Generación perdida” por “perder” los valores y la moral”.
El origen del nombre se traslada hasta la novelista Gertrude Stein, por ser quien nombró así a su círculo íntimo de amigos escritores. Así, el término “Generación Perdida” aparece en un epígrafe de la novela de Ernest Hemingway, “Siempre sale el sol”, citando a su amiga novelista.
“Cada generación tiene expectativas, experiencias, historias y valores diferentes. Ante esto, muchas compañías están tomando consumidores multigeneracionales para intentar entenderlos y ganar su atención como compradores”, comentan Kaylene Williams de la Universidad de California y Robert Page, de la Universidad del Sur de Connecticut.
En su estudio “Marketing a las generaciones”, ellos describen esta práctica al responder las necesidades de los individuos así como la de varios productos y que puedan comunicar a ambos de manera efectiva.