Una total reconciliación entre el PRI y Elba Esther Gordillo le permitiría a Enrique Peña Nieto, al menos en la Cámara de Diputados, sacar las reformas que busque implementar.
De acuerdo con los datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), con el 98 por ciento de las actas computadas, ningún partido alcanza por si sólo la mayoría absoluta.
El PRI obtendría entre 242 y 244 curules. A través de la alianza con el Partido Verde ganó en 123 distritos, además otros 51 en dónde fue sólo el tricolor y otros tres en dónde fue sólo el Partido Verde, lo que hace un total de 177 distritos ganados.
De acuerdo con la fórmula de adjudicación de plurinominales que establecen los artículos 12, 13 y 14 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, se le otorgarían hasta 67 curules al PRI y 12 al PVEM. Alcanzando unas 256.
Sin embargo, estas podrían disminuidas porque también se aplica el principio de sobrerepresentación, y por el cual llegaría a 242 o 244 en total para los dos partidos.
En ambos casos la cercanía con el Partido Nueva Alianza podría hacer la diferencia y lograr una mayoría absoluta sin necesidad de negociar con los partidos de izquierda o con el PAN que quedó como tercera fuerza en la Cámara de Diputados.
Aunque son números preliminares y pueden variar una vez que hoy se tenga el conteo final y que se haga el reparto oficial de las 200 diputaciones plurinominales, este escenario fortalecería a la líder sindical y a su partido.
Sus votos serían esenciales para el PRI en caso de querer aprobar iniciativas, reformas a la Ley y sobre todo para completar las dos terceras partes que se requieren para una reforma constitucional.
Es decir, de confirmarse la tendencia de estos resultados los votos de los pupilos de la maestra tendrían un alto precio en la Cámara de Diputados, pero sólo para el PRI, que sería el único partido cercano a la mayoría absoluta.
En la Cámara de Diputados es común que para recompensar el apoyo a las reformas o las coaliciones de facto desde inicio de la Legislatura se pague con la presidencia de Comisiones o posiciones tanto en la Mesa Directiva como en el Comité de Administración.
Para la más reciente elección Peña Nieto logró tejer una reconciliación con la lideresa sindical. Elba Esther Gordillo hizo todo lo posible en esta elección por salvar el registro del partido y ahora en San Lázaro le toca entrar a la repartición entre las grandes fuerzas y tiene moneda de cambio para hacerlo.
La tiene sobre todo luego de que, en enero de este año, el PRI tuvo que romper la alianza que ya tenía con el Panal ante presiones internas y porque afectaba a los intereses de mantener alejado a Enrique Peña Nieto de nexos con personajes oscuros, justo como lo hicieron durante toda la campaña.
La segunda fuerza en la Cámara de Diputados la tendrán los partidos de izquierda que en el reparto de plurinominales reciben 57 curules.
Sumadas a los 70 distritos que ganaron PRD, PT yMovimiento Ciudadano podrían quedar entre 127 diputados y así, tener poder y cierto control en las negociaciones pero sobre todo en la presidencia de Comisiones de la Cámara baja. Pero esta cantidad también podría modificarse.
En tercer lugar quedó el PAN, al cual de acuerdo con la fórmula del Cofipe, le tocarían 54 plurinominales y con el principio de sobrerrepresentación llegaría a las 107 curules en total.
El método
De acuerdo con lo establecido en el Cofipe, el reparto de las 200 plurinominales se saca al restar a la votación total de diputados los votos nulos y los que son para los candidatos no registrados.
El total de esa resta, que se le llama voto nacional, se divide en 200 y se obtiene lo que el Código llama Cociente Natural. El total de los votos recibidos por cada partido para diputados sedivide entre el Cociente Natural, y de ahí se obtiene el número de curules plurinominales que se les otorga a cada partido.
Sin embargo, se tiene que aplicar el principio de sobrerrepresentación que consiste en que existe un real equilibrio de fuerzas y de representación de los partidos que participaron en la contienda.
Es este principio el que ahora, de manera paradójica, le daría hasta 10 diputaciones plurinominales al Partido Nueva Alianza, sin haber ganado un sólo distrito en todo el país.
Así que cuando más cerca estuvo Elba Esther Gordillo de perder el registro de su partido por no lograr la alianza con el PRI, lapolémica lideresa sindical sobrevive.
Y más aún, la ley electoral en México la pone en capacidad de ser el fiel de la balanza para su antiguo partido y para el nuevo Presidente de la República.