En medio de las campañas personales que arrancaron algunos funcionarios del Gobierno del Distrito Federal con miras al 2018, el nombramiento de Guillermo Orozco Loreto en la Procuraduría Social es interpretado como un empujón al grupo político de Alejandra Barrales.
A la secretaria de Educación no se le descarta para suceder a Miguel Ángel Mancera.
El expriista Orozco Loreto se coló hasta el fondo de la administración local, en la Prosoc, de la mano de la exsenadora del PRD Alejandra Barrales, lo que muchos integrantes del gabinete ven con recelo.
La fórmula Barrales Magdaleno-Orozco Loreto ha sabido aprovechar los espacios políticos acéfalos para escalar posiciones.
Así ocurrió en abril de este año, cuando en medio de la tormenta por actos de corrupción al interior de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) se le exigió la renuncia al titular, Alfredo Hernández García, y se nombró a Guillermo Orozco Loreto como director general de administración.
Llegó a la Sobse como parte del plan para controlar los daños luego de las irregularidades relacionadas con la entrega de contratos para la instalación de luminarias en la Ciudad de México.
Como director general de administración de la Sobse se hizo responsables de los recursos financieros, presupuestales, materiales y humanos; almacenes e inventarios, control de pagos y movimientos de personal.
Historial polémico
Amitad de sexenio se habla abiertamente de los cuatro funcionarios con aspiraciones en el 2018: el secretario de Desarrollo Social, José Ramón Amieva; de Desarrollo Económico, Salomón Chertorivski; de Educación, Alejandra Barrales, y el consejero Jurídico, Manuel Granados.
Entre algunos, el nombramiento de Guillermo Orozco Loreto al frente de la Prosoc fue recibido con nerviosismo.
Aunque aún no se hace el anuncio público, el exdiputado ya despacha desde las oficinas de la Prosoc, en las inmediaciones del Monumento a la Revolución.
El ahora procurador social del DF tiene un largo historial en la administración pública capitalina y ha sido también protagonista de escándalos.
La Contraloría Interna del entonces Departamento del Distrito Federal que dirigía Manuel Camacho Solís, investigó en 1992 la compra de un equipo computarizado de rayo láser que fue instalado en el Monumento a la Revolución, cuando Guillermo Orozco fue delegado en la Cuauhtémoc.
Con dicho equipo, la señal era lanzada del Monumento a la Revolución a Palacio Nacional, pero de inmediato registró fallas, lo que originó enorme gasto en reparación, de acuerdo con reportes periodísticos de aquellos años.
El tema de la compra del equipo se convirtió en un escándalo que años después alcanzó al entonces titular del Instituto de Cultura en el año 1999, Alejandro Aura.
Él autorizó la reparación del equipo con un pago de 100 mil pesos a la empresa Lasertec, lo que le valió una amonestación.
En septiembre de ese mismo año se decidió que el rayo no quedaría fijo en el Monumento a la Revolución, sino que andaría por toda la ciudad.
En marzo del 2000 el Gobierno del DF dio otros 141 mil pesos para reparar el aparato, que nunca funcionó a toda su capacidad.
Pero Orozco Loreto ha sobrevivido a las críticas. En su currículum aparece que fue diputado local en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para el periodo 2009-2012, en la que presidió la Comisión de Normatividad Legislativa.
Al apoyo de Barrales
En este periodo en el que Guillermo Orozco Loreto llegó como diputado local, fue que él y Alejandra Barrales se hicieron cercanos.
En esa Legislatura, los perredistas convencieron a sus aliados de aquellos tiempos para que algunos diputados se pasaran a las filas del Sol Azteca, y así consolidar una mayoría contundente en la Asamblea Legislativa del DF.
El priista Orozco Loreto fue uno de los que se pasó a las filas del PRD en la legislatura que Alejandra Barrales encabezó como presidenta de la Comisión de Gobierno, cargo que luego la posicionaría como una de las aspirantes a gobernar el Distrito Federal.
Cuando Barrales Magdaleno se apuntó como candidata del PRD para contender por la jefatura de Gobierno, dejó en su lugar como presidente de la Comisión de Gobierno a Guillermo Orozco.
Uno de los impulsores de aquella candidatura de Alejandra Barrales fue Guillermo Orozco, junto con Adolfo Orive, quien fue expulsado del Partido del Trabajo en las pasadas elecciones de junio.
Desde julio pasado que la perredista renunció al Senado de la República para sumarse al gabinete de Miguel Ángel Mancera como secretaria de Educación, se le menciona como una de las posibles delfines que el jefe de Gobierno pudiera impulsar para su sucesión en el 2018.
La también exsobrecargo de Aeroméxico va que vuela para consolidar su nombre como una de las candidateables del PRD en el 2018.
A mitad de sexenio, más de uno ha levantado la mano, y Mancera los deja correr a todos.