[kaltura-widget uiconfid=”38728022″ entryid=”1_brcartu8″ responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /] La Universidad Nacional Autónoma de México libra una batalla desde todos los frentes.
Por un lado, ha sido incapaz de resolver la situación de violencia que se vive tanto al interior de las diversas facultades, colegios y preparatorias como al exterior, y la cual no sólo se trata de los ataques por parte de grupos porriles como el ocurrido el lunes pasado.
“Ya no sé qué me da más miedo, si estar dentro de la Universidad o salir de ella. Afortunadamente a mí no me ha pasado nada. Pero tengo muchos conocidos a los que les han robado su equipo y los han agredido”, relata Adrián Ramírez, estudiante de medicina de la FES Iztacala.
Sin embargo, la crisis por la que atraviesa la UNAM en estos momentos no surgió de un día para otro ni se limita únicamente a los asaltos.
También es la venta de droga al interior de Ciudad Universitaria, los feminicidios, los asesinatos y las constantes denuncias de acoso sexual por parte de profesores a estudiantes.
Cuando se dio a conocer que hasta ocho distintos grupos del crimen organizado vendían drogas al interior de Ciudad Universitaria, lo único que las autoridades hicieron fue asignar a zonas como Las Islas y el área de frontones patrullas de Auxilio UNAM, lo cual de poco sirvió ya que diversos medios periodísticos nacionales reportaron que estas actividades seguían ocurriendo, incluso con los elementos de seguridad en el lugar.
Violencia imparable
La falta de acciones por parte de los responsables de resguardar Ciudad Universitaria se repitió el lunes 3 de septiembre, cuando durante el ataque de los porros a los estudiantes, Jesús Teófilo Licona Ferro, coordinador operativo de vigilancia de la UNAM, fue captado en un video dando órdenes a los agresores y ayudándolos a escapar.
El día de ayer, ante la presión de los alumnos, el rector Enrique Graue tomó la decisión de suspender a Licona Ferro, lo que dejó en evidencia la debilidad institucional de la Universidad para garantizar la seguridad a sus alumnos.
En cuanto a los feminicidios, nada más en el último año y medio, se han dado tres casos de agresiones contra mujeres que pusieron los ojos de todo el país sobre la Máxima Casa de Estudios.
El 3 de mayo de 2017 se encontró el cadáver de Lesvy Berlín en las inmediaciones del Instituto de Ingeniería de Ciudad Universitaria junto a un teléfono público.
Tras las investigaciones, las autoridades determinaron que la joven se suicidó ahorcándose con el cable del teléfono frente a su novio, una conclusión que fue fuertemente cuestionada y criticada tanto por los familiares de la joven víctima como por otros estudiantes de la institución universitaria, quienes exigían que el caso fuera investigado como un feminicidio.
Hace tres semanas, Amelia, alumna de la FES Acatlán, fue víctima de violación en el cruce de Periférico y la Avenida Primero de Mayo en Tlanepantla, Estado de México, cuando se dirigía a su trabajo.
Por esta situación, alumnos de la FES Acatlán exigieron justicia y seguridad para el estudiantado a las autoridades municipales y estatales; a la institución le solicitaron que se pronunciara al respecto de lo ocurrido en contra de su compañera.
En marzo de este año, Reporte Indigo dio a conocer que la UNAM se ha mostrado ciega ante las agresiones y denuncias de acoso sexual hechas por sus alumnas a pesar que desde el 2016 se instauró el Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género, obligando, incluso, a algunas víctimas a acudir a instancias del Poder Judicial en busca de justicia.
Una realidad que sigue vigente y a la cual la institución ha sido incapaz de poner fin.
Este conjunto de hechos, sumado a la falta de acciones por parte de las autoridades correspondientes, provocó que tanto en las prepas de la UNAM como en los Colegios de Ciencias y Humanidades se comiencen a formar brigadas de alumnos y voluntarios cuya única misión será proteger a sus compañeros.
Condenan violencia en el Congreso
Al problema también se sumaron senadores y diputados del Congreso Federal.
“Rechazamos de forma contundente este tipo de acciones. Es necesario redoblar la seguridad y los esfuerzos para combatir estos grupos incitadores de violencia y denunciar a quienes originan este tipo de situaciones”, expresaron los coordinadores en el Senado.
Por su parte, desde la Cámara de Diputados, la Junta de Coordinación Política se aprobó un acuerdo con el que se condenó la violencia del pasado lunes por parte de porros a estudiantes del CCH Azcapotzalco y se exhortó a la Procuraduría capitalina a que agilice las investigaciones para castigar a los responsables de los hechos.
Después de que Rectoría aceptara de último momento el pliego petitorio de CCH Azcapotzalco y la instalación de una mesa de diálogo, 14 de los 36 planteles de la UNAM que se declararon en paro reanudaron sus labores. Entre ellos se encuentran las Facultades de Economía, Derecho, Odontología e Ingeniería, así como las FES Iztacala, Aragón y Zaragoza.
También este viernes el presidente electo Andrés Manuel López Obrador sostendrá una reunión con el rector de la UNAM Enrique Graue para analizar la crisis por la que atraviesa la institución.
López Obrador dijo en conferencia de prensa estar a favor de los estudiantes y en contra de acciones reprobables de fuerza para afectar a estudiantes, al referirse a los ataques que sufrieron los jóvenes del CCH Azcapotzalco en frente de la Torre de Rectoría a inicio de esta semana.