En el periodo ordinario de sesiones que comienza el día de hoy en el Congreso de la Unión, uno de los temas que marcará la agenda legislativa es la ley de seguridad interior.
Hasta cuatro iniciativas de ley han sido presentadas por las distintas fuerzas políticas, de una legislación que, entre otras cosas, podría dar por fin marco legal a las tareas de seguridad pública a las fuerzas armadas.
Además, la nueva legislación debería establecer los mecanismos para un eventual regreso de los efectivos militares a sus cuarteles.
A finales de 2016, el secretario de la Defensa, el general Salvador Cienfuegos pidió a los legisladores que les dieran un marco legal necesario para seguir en las tareas de seguridad pública.
Cienfuegos añadió que él sería el primero en levantar la mano para que el ejército regrese a hacer sus tareas constitucionales.
Sin embargo, ante la situación de violencia e inseguridad que vive el país, el regreso a los cuarteles luce inviable, pues es la única fuerza confiable para hacer frente al crimen, ya que las corporaciones policiacas no están preparadas para tomar el relevo.
Es ahí donde cobra vital importancia la preparación de las corporaciones policiacas, así como su crecimiento en número y cobertura, para establecer un mecanismo de transición que permita a los militares dejar las tareas de seguridad pública en el mediano plazo.
Especialistas consultados por Reporte Indigo aseguran que la capacitación y depuración policiaca debería de ser uno de los rubros centrales del debate de la nueva Ley, pues serán las policías quienes tendrán que tomar el relevo de los militares.
“La Ley de Seguridad Interior tiene que involucrar necesariamente a las policías, debería de ser la esencia de la Ley. Lo que hay que diseñar es una estrategia gradual de salida y de reemplazo y con profesionalización”, asegura Raúl Benítez, especialista en seguridad.
Por su parte, el investigador del Colegio de México, Lorenzo Meyer, asegura que la depuración policiaca es necesaria, sin embargo conlleva riesgos en el corto plazo, como el destino de los policías que hipotéticamente serían dados de baja por actos de corrupción.
“La depuración implica tener gente más preparada, mejor pagada, con una moral muy alta y sobre todo estudiar qué hace uno con el desecho, porque el desecho también son seres humanos.
“¿Y qué van a hacer, cómo van a sobrevivir en este mundo? Con lo único que saben hacer, la violencia, y hay quien está dispuesto a engancharlos”, sentencia.
Callejón con salida
Con los índices de criminalidad al alza, con la impunidad de los criminales y el aumento en los asesinatos ligados al crimen organizado, en este momento no hay una alternativa confiable diferente a las fuerzas armadas, asegura en entrevista Lorenzo Meyer.
“Estamos en una emergencia en ese sentido. Hasta ver cómo disminuye ese indicador del índice de asesinatos por parte del crimen organizado, hasta entonces podemos decir, ya es hora de que regresen a los cuarteles”.
Sin embargo, el investigador está convencido de que aunque en el tema de seguridad, México se encuentra en un callejón, éste sí tiene salida, aunque es estrecha y requiere un liderazgo distinto.
“En un momento en que es obvio que la autoridad formal civil, es incapaz de hacerle frente a una creciente crisis, y solo existe una única fuerza armada confiable para combatirla. Aunque en el fondo no es por la vía de las armas como se va a combatir realmente a este tipo de criminalidad”.
Para Lorenzo Meyer, la discusión de esta Ley pudo haberse dado desde años atrás, sin embargo, el General Cienfuegos eligió el momento adecuado, con el creciente problema de la inseguridad y violencia y un estado rebasado.
“Tomó al poder civil y lo puso literalmente entre la espada y la pared, lo tomó en un momento en que es obvio que el Estado está fallando. Están acorralando a un liderazgo civil inepto, que ha fallado”.
Proceso gradual
El investigador de la UNAM y especialista en temas de seguridad, Raúl Benítez está de acuerdo en el eventual retorno a los cuarteles de las fuerzas armadas, pero no sin antes diseñar una estrategia gradual de salida y reemplazo basado en la profesionalización de las policías.
“Lo que no se puede hacer es debilitar la seguridad del país y de la población. Las tropas no pueden regresarse rápido porque deja vacíos de cobertura policiaca que necesitan cubrirse porque si no la población sería la afectada”.
Benítez sostiene que en el país sí hay ejemplos de policías confiables y profesionales, sin embargo no hay una cobertura policiaca total en el territorio que permita dejar al ejército fuera de la misión policiaca.
“Partes de la Policía federal, algunas policías municipales en algunas ciudades son policías profesionales, el problema es que la cobertura policiaca no da para el regreso rápido de las tropas”.
El mejoramiento en la cobertura policiaca se debe sostener en dos pilares, asegura Benítez, uno es el aumento en el número de efectivos, pero sobre todo la profesionalización de las policías para mejorar su efectividad.
“El solo aumentar el número no resuelve el problema si solo es saturar de más policías el terreno sin un buen entrenamiento. Tiene que ser entrenamiento, número, certificación, profesionalización y eventualmente el retiro de las fuerzas armadas”.