Crímenes de periodistas sin justicia

Once de los 21 casos de periodistas asesinados en el último año están en total impunidad, pues no hay ningún detenido e incluso a las familias les han negado el acceso a las carpetas de investigación
J. Jesús Lemus J. Jesús Lemus Publicado el
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El de Javier Valdez ya ¿pero el de los otros cuándo? Es la pregunta que se hacen amigos, familiares y deudos de casi la mitad de los periodistas ejecutados en el último año, luego de darse a conocer la detención de uno de los presuntos asesinos del periodista y escritor sinaloense.

De los 21 reporteros asesinados entre marzo del año pasado y marzo de este año, ningún caso ha sido plenamente esclarecido por la autoridades ministeriales. En 10 de ellos ya se cuenta con la detención de uno o varios presuntos culpables, pero en los otros 11 aún no se ha capturado a los autores materiales y/o intelectuales.

Esa situación es preocupante, dice Ana Laura Pérez Mendoza, titular de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP) en el estado de Veracruz. Esa es la entidad que más comunicadores ejecutados ha tenido en los últimos años y en donde de los últimos 5 periodistas asesinados, sólo hay una detención.

Aún cuando en el caso Javier Valdez “es alentadora la noticia de la detención de uno de sus agresores”, Pérez Mendoza señala que aún falta mucho para que se dé con la detención del autor intelectual. “Allí es donde se empantanan los casos”, dice sobre la condición que mantienen la mayoría de las investigaciones de los periodistas asesinados.

“Es lo que mueve a los familiares de las víctimas a ya no querer saber más del caso, porque no quieren remover viejas heridas o porque simplemente no encontraron en las autoridad una respuesta eficiente a su reclamo de justicia”, agrega.

Es el caso de la familia de Regina Martínez, periodista asesinada el 28 de abril de 2012 en Xalapa, Veracruz, cuyo asesinato está sin esclarecer pese a la detención de José Antonio Hernández Silva “El Silva”. El hombre es acusado de actuar como facilitador del autor material, José Adrián Hernández Domínguez, “El Jarocho”, quien sigue prófugo.

Veracruz es una de las entidades más peligrosas en el país para ejercer el periodismo, de los últimos cinco casos de comunicadores asesinados ahí sólo en uno hay un detenido

Esa razón se suma a la del miedo por las amenazas recibidas, según dijo una de sus hermanas que pidió el anonimato. “Ya no queremos moverle al caso de Regina, después de todo nunca van a dar con el verdadero responsable y lo único que hacemos es ponernos en más riesgo. Esa es una decisión que hemos tomado todos, como familia”.

A la fecha, en el caso de Regina Martínez, uno de sus agresores, José Antonio Hernández Silva, ya cuenta con una sentencia de 38 años de cárcel. “Pero eso no es suficiente, pues aún falta el principal agresor”, considera Ana Laura Pérez, quien reconoce que muchos otros casos de periodistas asesinados en Veracruz están en esa condición.

Tal es el caso de Anabel Flores, cuyo cuerpo fue hallado el 9 de febrero del 2016 en las inmediaciones de Puebla y Veracruz. Sus agresores Josele Márquez Balderas “El Chichi” y Manuel Escalona “El Cachorro” fueron detenidos y recluidos en un penal de máxima seguridad, pero no han recibido una sentencia.

A un año y siete meses de prisión, Ángel Rojas Benítez “La Paloma”, agresor del periodista Ricardo Monlui Cabrera quien fue ejecutado el 19 de marzo del año pasado, no ha recibido sentencia por el delito de homicidio doloso en agravio del comunicador.

Los tres agresores de Ricardo Monlui y Anabel Flores son también los responsables de los hechos violentos que se registraron el pasado 1 de abril de este año, al interior de la cárcel de La Toma, en el municipio de Amatlán de Reyes, en el estado de Veracruz, donde perdieron la vida ocho policías estatales.

Familiares sin acceso a investigación

No todos los familiares de los 21 periodistas asesinados del año pasado a la fecha han tenido acceso a la información contenida en los expedientes para conocer los avances de la investigación, ni siquiera en calidad de víctimas.

Es el caso de Erik Bolio López, asesinado por Rafael Hernández “El Kalusha” en Puebla el 29 de abril del año pasado. La Fiscalía estatal se ha negado a dar información a sus padres, quienes ni siquiera conocen en forma directa el nombre del agresor detenido. Lo han tenido que leer en los medios de comunicación.

“No sabemos cómo va el caso. No tenemos conocimiento oficial de la investigación. Nadie nos informa nada, ni se nos ha permitido leer el expediente. Nada. No sabemos nada”
Luis Alfredo Bolio VásquezPadre de Erik Bolio, periodista asesinado

Luis Alfredo teme que el agresor quede en libertad, lamentando que su hijo no haya sido tan famoso como otros periodistas asesinados de los que ya hay avances en el esclarecimiento de sus homicidios.

Lo mismo sucede en el asesinato del periodista hondureño Edwin Rivera Paz asesinado en Veracruz el 10 de julio del año pasado. El avance en las investigaciones del caso no se ha informado a nadie, ni siquiera a la titular de la CEAPP, Ana Laura Pérez, quien a la fecha no se sabe en qué va el caso y sólo tiene la certeza de que no hay detenidos.

Periodistas asesinados en 2017 con detenidos

Los casos de periodistas asesinados en 2017 y donde hay detenidos, pero sin sentencias, son los de Ricardo Monlui Cabrera, asesinado en Veracruz el 19 de marzo; Miroslava Breach, ejecutada en Chihuahua el 23 de marzo; Maximino Rodríguez Palacios, asesinado el 14 de abril en Baja California Sur; Filiberto Álvarez, ejecutado en Jojutla, Morelos el 2 de mayo; y ahora el de Javier Valdez, asesinado en Sinaloa el 15 de mayo.

La lista sigue con Salvador Adame, asesinado en Michoacán el 26 de junio de 2017; Luciano Rivera, ejecutado el 31 de julio en Rosarito, Baja California; Luis Abraham Gonzalez Contreras, quien fue asesinado el 27 de diciembre pasado, en Progreso, Yucatán; y Carlos Domínguez, ejecutado en Nuevo Laredo, Tamaulipas, apenas el pasado 13 de enero del 2018.

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