Nació en el Reino Unido y se difundió a toda Europa y Estados Unidos, a través de YouTube. Ahora llega a México y está atrapando a casi todos los jóvenes.
Son los juegos de la muerte. Una moda que se difunde en las redes sociales y que tiene incluso hasta clubes de fans.
Se trata del llamado “eyeballing” y “tampodka”. La meta de esta peculiar práctica es introducirse alcohol directamente por casi todos los orificios del cuerpo… menos la boca.
Solo en YouTube aparecen más de 700 videos mostrando, paso a paso, este tipo de diversión que en muchos de los casos termina en la muerte.
La generalización de estos juegos entre los adolescentes provocó que hace unos días los diputados presentaran a la Comisión Permanente una iniciativa de reforma a la Ley de Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, y a la Ley General de Salud.
La propuesta, hecha por los legisladores Francisco Alfonso Durazo Montaño, Ricardo Mejía Berdeja y Ricardo Monreal, está encaminada a cuidar los sectores infantil y juvenil de este tipo de modas peligrosas.
En su exposición de motivos, los funcionarios argumentan que en México “se carece de un marco jurídico idóneo para responder a su complejidad”.
Los problemas de salud que desencadena, señalan los diputados, pueden ser catastróficos y van desde conjuntivitis e inflamación, queratitis severa y perforaciones en la córnea, hasta la ceguera.
Por lo general, la bebida alcohólica que utilizan los adolescentes para realizar estas prácticas es el vodka, que tras provocar el daño ocular pasa directamente a la sangre por la mucosa.
La bebida no hace el proceso hepático y llega directamente al torrente sanguíneo y al cerebro de manera más rápida.
“Los padres deben estar más atentos de los hijos; debemos informarles acerca de estas prácticas, de la realidad que viven hoy en día los adolescentes y erradicar temas que son tabú”, indicaron los diputados.
De acuerdo con la iniciativa, en el país cerca de tres millones de adolescentes tienen problemas de alcoholismo o de abuso en el consumo de alcohol.
Además, 320 mil jóvenes de entre 15 y 29 años de edad mueren por causas relacionadas con su consumo.
De acuerdo a las estadsticas expuestas por los legisladores, actualmente los jóvenes comienzan a tomar alcohol a una edad más temprana que antes y existe un mayor índice de consumo en los fines de semana.
A la fecha, mencionaron, se registra un aumento considerable por intoxicación alcohólica aguda, así como algunas complicaciones relacionadas con problemas graves de índole social como violencia, descuido y maltrato de menores.
Por lo anterior, los legisladores coinciden en que se deben mejorar los programas de atención y cuidado de las y los adolescentes en situación de vulnerabilidad y, al mismo tiempo, brindar herramientas adecuadas para la prevención de adicciones.
La iniciativa con proyecto de decreto, turnada a la Comisión de Derechos de la Niñez de la Cámara de Diputados, estipulará en el Artículo 28, Inciso K de la Ley para la Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes lo siguiente:
“Los tres niveles de gobierno deben fomentar estrategias, programas y acciones de orientación, prevención, tratamiento y rehabilitación de las adicciones, elaborándolas a partir de las formas de uso y patrones de consumo, como el eyeballing y tampodka”.
Por su parte, el 128 Fracción 1 de la Ley General de Salud fijará que, entre las acciones del gobierno y las instituciones de salud, se debe contemplar:
“La orientación, prevención, tratamiento y en su caso la rehabilitación de los alcohólicos, a partir de la forma de uso y patrones de consumo”.
Moda mortal
El tampodka, mejor conocido como “Tampax on the rock”, consiste en introducir tampones impregnados con alguna bebida alcohólica, de preferencia vodka.
De acuerdo con expertos, esta práctica puede producir un shock alcohólico con mayor facilidad y llevar, incluso, a la muerte.
El eyeballing consiste en absorber el alcohol a través del ojo, con la intención de conseguir el efecto del alcohol de manera más rápida.
Con ello, determinan los experto, se puede producir trombosis en la córnea, disminución de la vista o, incluso, ceguera.