Cuentas alegres, desempleo creciente

Ilusiones perdidas, hartazgo político-social y falta de oportunidades laborales son realidades que enfrentan millones de jóvenes, quienes se ven obligados a aceptar empleos de mala calidad, y a mirar el futuro sin perspectivas alentadoras.

Esta precarización del empleo, que no se resuelve con proyectar un crecimiento económico, será la tarea del próximo gobierno, porque esta administración no tuvo capacidad de contener la falta de empleo.

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Porcentaje de los trabajos son de micro negocios que no tienen capacidad para otorgar prestaciones
"Se ha generalizado la práctica de crear fuentes de trabajo, sobre todo en el rubro juvenil, con menores salarios y prestaciones.”
José Luis de la Cruz GallegosDepartamento de Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, Campus
Estado de México
Resolver la precarización del empleo y generarlo será la gran tarea del próximo gobierno, porque esta administración no tuvo capacidad para aliviar el desempleo.

Ilusiones perdidas, hartazgo político-social y falta de oportunidades laborales son realidades que enfrentan millones de jóvenes, quienes se ven obligados a aceptar empleos de mala calidad, y a mirar el futuro sin perspectivas alentadoras.

Esta precarización del empleo, que no se resuelve con proyectar un crecimiento económico, será la tarea del próximo gobierno, porque esta administración no tuvo capacidad de contener la falta de empleo.

La tarea heredada y obligada para quien gane las elecciones tiene como colofón el irrefrenable aumento de la pobreza y el descontento de millones de jóvenes que se incorporan a la actividad laboral con un salario raquítico , que en muchos casos ni siquiera satisface sus necesidades básicas.

Solo el año pasado, 694 mil personas, en su mayoría jóvenes, tuvieron una remuneración económica que en el mejor de los casos no llegó a un salario mínimo, y 194 mil engrosaron las estadísticas de personas ocupadas que no reciben ingresos.

A la lista se agregan las 763 mil personas que en 2011 se ocuparon en el sector informal, “un pasivo que en el mediano y largo plazos presionará la estabilidad económica y social de México”, comenta José Luis de la Cruz Gallegos,  investigador del Departamento de Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.

En entrevista con Reporte Indigo, el académico señala que a la fecha hay en el país 30.5 millones de personas que no reciben seguridad social ni tienen un sistema de pensiones.

Si bien el aumento de las personas ocupadas al primer trimestre de este año, respecto a 2011, fue de 1.7 millones, el 68 por ciento de las mismas no cuenta con acceso a la salud y más de un 30 por ciento se encuentra en la informalidad, una parte importante –en ambos casos- son jóvenes.

En contrasentido, se observó una reducción de 612 mil personas que están en el rango de tres a cinco mini-salarios, y una baja de 18 mil para aquellos que perciben más de cinco salarios mínimos.

En los primeros tres meses de este año se sumaron a la actividad laboral más de 80 mil personas sin recibir ninguna remuneración, y 776 mil mexicanos más se agregaron al decil que percibe entre uno y dos salarios.

Una bomba de tiempo

En su análisis “El avance de la precariedad laboral”, de la Cruz Gallegos alerta sobre los 3.5 millones de mexicanos que –a marzo- tienen una ocupación pero no perciben ingresos por la misma.

Una parte de estas nuevas fuentes de empleo -32 por ciento- son los micro negocios sin establecimiento, pequeñas unidades económicas sin capacidad de otorgar prestaciones.

El impacto es más profundo en algunas entidades como Tlaxcala, Hidalgo, Oaxaca, Guerrero y el Estado de México, donde entre el 41.8 y 35.1 por ciento de su población ocupada se concentra en el sector informal.

Las condiciones más críticas de ocupación se reportan en Chiapas, Tlaxcala, Guerrero, Oaxaca, Campeche y Yucatán, donde muchos laboran en abiertas condiciones de marginalidad.

El crecimiento económico reportado al primer trimestre del año, que fue de 4.6 por ciento en términos anuales, no ha frenado el avance de la precarización del empleo.

Por el contrario, se ha generalizado la práctica de crear fuentes de trabajo, sobre todo en el rubro juvenil, con menores salarios y prestaciones.

“Es prioritario que se detenga este círculo vicioso pues este desequilibrio provocará problemas en la coyuntura económica y sus efectos podrían afectar los pilares del crecimiento, la productividad, la competitividad y el bienestar”.

El catedrático también destacó la frágil estabilidad social en la que pende todo el país, en esta época en que la mitad de la población tiene 28 años o menos. 

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