Debe casi todos sus ingresos
Nuevo León vive una de las transiciones gubernamentales más transparentes en los últimos años.
Desde el pasado 29 de junio la administración estatal entrante y saliente han permitido a medios de comunicación el acceso a las juntas en las que se dan a conocer con precisión datos que anteriormente eran casi un misterio.
Además las reuniones entre ambos equipos han sido transmitidas vía Internet por medio de la aplicación Periscope, que permite ver lo que sucede en tiempo real.
Félix Córdova
Nuevo León vive una de las transiciones gubernamentales más transparentes en los últimos años.
Desde el pasado 29 de junio la administración estatal entrante y saliente han permitido a medios de comunicación el acceso a las juntas en las que se dan a conocer con precisión datos que anteriormente eran casi un misterio.
Además las reuniones entre ambos equipos han sido transmitidas vía Internet por medio de la aplicación Periscope, que permite ver lo que sucede en tiempo real.
Esta apertura ha permitido a la ciudadanía enterarse de primera mano sobre el estado de las finanzas estatales, las cuales, en palabras del propio gobernador entrante, Jaime Rodríguez, son “un desmadre”.
“Es un desmadre financiero en el estado, yo no puedo estar haciendo proyecciones futuras si no resolvemos el problema financiero, tengo que decirlo claramente, hay un desorden financiero que no nos permite planear en este momento”, insistió.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda los pasivos de Nuevo León ascienden a 62 mil 010 millones de pesos, lo que representa el 95.4 por ciento de sus ingresos.
Esta herencia que Rodrigo Medina dejará a Jaime Rodríguez, limitará a “El Bronco” para hacer futuras inversiones en el estado.
Cifras del Inegi muestran que, tan sólo del 2009 al 2013 el gobierno estatal recibió por concepto de participaciones y aportaciones federales 244 mil 688 millones de pesos, un 38 por ciento más que lo recibido durante todo el sexenio de Natividad González Parás, y muy superior a lo de cualquier otra administración.
Sin embargo, en el 2013, lo que entró a las arcas del gobierno estatal por concepto de deuda pública superó a lo que el estado recibió de aportaciones federales.
En una situación sin precedentes, en ese año Nuevo León recibió 34 mil 874.4 millones de pesos en ingresos por financiamientos, cifra 8.52 por ciento superior a los 32 mil 135.1 millones que obtuvo por aportaciones federales.
Al cierre de 2014, la deuda pública directa de Nuevo León –considerando pasivos de corto y largo plazo– se situó en 36 mil 472 millones 874 mil pesos.
Por eso, el gobernador electo ya alzó la voz al asegurar que no puede hacer proyecciones futuras si no se resuelve el desorden administrativo que recibirá.
El próximo 4 de octubre, Rodríguez tomará protesta como gobernador constitucional, y quedará al frente de uno de los estados más endeudados del país.
“No tenemos dinero, punto”, ha dicho “El Bronco”.
Nuevo León –junto con Quintana Roo, Coahuila, Chihuahua y Sonora– acumula el 36 por ciento de la deuda de todos los estados del país.
‘El Bronco’ busca opciones
Para tratar de resolver el tema de la deuda en Nuevo León, Jaime Rodríguez se reunió el pasado 19 de junio con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en el Palacio Nacional, en la Ciudad de México.
“Le hemos pedido al secretario (que) tenga consideración, de que Nuevo León es un estado que le da mucho a la federación, y que hoy necesita a la federación para resolver ese problema que tenemos que resolver en manera conjunta”, dijo “El Bronco” en esa ocasión.
Según el Inegi, Nuevo León es el tercer estado que más aporta al Producto Interno Bruto (PIB) nacional, solo por debajo del Estado de México y el Distrito Federal.
“Que (la deuda) no sea solo una solución del estado de Nuevo León”, agregó Jaime Rodríguez. “Queremos plantearle al presidente (Enrique Peña Nieto) y al secretario de Hacienda, algunas soluciones que nosotros hemos podido visualizar para encontrar soluciones”.
El efecto de la deuda estatal tuvo tal alcance, que incluso Rodríguez aseguró que Nuevo León está en quiebra, y que incluso por ello cancelaría la obra hidráulica Monterrey VI, promovida por Rodrigo Medina.
“El Estado está quebrado, no tiene dinero. No podemos seguir con esas ocurrencias”, dijo.
El proyecto Monterrey VI representaría a las finanzas de Nuevo León un costo aproximado a los 57 mil millones de pesos, y reincidir el contrato, 14 millones.
El contrato, hasta el momento, no ha sido cancelado.