Fidel Juárez se formó desde muy temprano. Durante más de siete horas esperó a lado de su madre, una mujer de 90 años en silla de ruedas, a las afueras de la casilla especial ubicada en el túnel 1, en la Pasarela a la Línea 1 del Metro San Lázaro. Sin embargo, la espera fue en vano.
“No vivimos en la Ciudad de México por gusto. La inseguridad nos obligó a migrar y esta clase de cosas nos hacen dudar de nuestras instituciones”, manifestó Juárez, quien es originario de Morelia, Michoacán.
Fidel fue parte de los miles de mexicanos que no pudieron votar el 1 de julio, debido a que las casillas especiales sólo contemplaron la distribución de 750 boletas por cargo.
En todo el país se instalaron 1,051 casillas de este tipo, en las cuales sufragaron hasta 788 mil 250 ciudadanos que se encuentran lejos del domicilio donde están empadronados, de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE).
La situación generó descontento en todo el territorio nacional al grado de que en algunos casos se realizaron bloqueos en avenidas del país o a las afueras de las sedes del instituto.
Ciro Murayama, Consejero Electoral del INE, hizo un llamado a la ciudadanía a mantener la calma y la prudencia, al explicar que el envío de esa cantidad de boletas está previsto en la norma.
“Si ya no pudiste votar en una casilla especial, no vas a poder sufragar con una hoja en blanco o improvisar soluciones, esto pondría en riesgo el sufragio de los 750 electores que votaron, por lo tanto, ese voto ya no será válido”, explicó Murayama en un video difundido por el organismo electoral.
Inconformidad, el protagonismo de la jornada
Antes de que abriera la casilla especial del Hospital General de México, en la delegación Cuauhtémoc, más de 500 personas ya aguardaban en la fila.
Por fallas en la logística y el retraso en la apertura de las urnas, los votantes tardaron hasta siete horas en emitir su voto. Para la media jornada, las 750 boletas especiales quedaron rebasadas.
A las 14:30 horas comenzó a correr la voz de que sólo quedaban 100 boletas, sin embargo, en el lugar aguardaban más de 300 personas.
“Es injusto lo que está pasando, siguen sin entender que en esta ciudad vivimos 9 millones de personas y ni así mandan más boletas”, dijo un joven a su acompañante mientras esperaban formados bajo el sol
Melissa Torres, originaria de Villahermosa, Tabasco, también probó el sabor amargo de no poder votar.
“Era la primera vez que iba a ser parte de este ejercicio democrático, nunca antes había votado y ahora tendré que esperar seis años más para hacerlo”, lamentó la joven de 24 años a las afueras de la casilla especial en la Escuela Secundaria Técnica 35, en la delegación Gustavo A. Madero.
En la caseta ubicada en la Escuela Primaria Centro Urbano Presidente Alemán se vivieron dos escenarios.
Por un lado, mientras unos exigían que se respetara su derecho al grito de “Déjennos votar”, otros, los que sí alcanzaron boletas especiales, les respondían con: “párense temprano, no sean flojos”.
“Es increíble que en pleno 2018 ocurra esto. El INE hace un conteo anual de las personas que somos foráneas y que vivimos en la Ciudad de México como para que nos digan que no hay boletas suficientes”, expuso una ciudadana originaria de Monterrey, quien prefirió no dar su nombre por temor a represalias.
Ante la negativa por parte del instituto electoral, los votantes comenzaron a recabar firmas en una hoja blanca con el propósito de que quedara registrado quiénes no habían podido sufragar en este proceso electoral.
Acto seguido, los ciudadanos comenzaron con una protesta a la que calificaron de “pacífica” para mostrar su inconformidad al cerrar la avenida Coyoacán.
En otro punto de la capital marcharon sobre Periférico Sur hasta las instalaciones del INE.
Ahí, la multitud se unió en una sola voz luego de que fueran recibidos por policías y granaderos a las afueras de las instalaciones: “INE no seas corrupto y da la cara, ¿por qué nos tratas como criminales si sólo queremos votar?”.
Una ciudadana originaria de Veracruz, quien tampoco quiso revelar su nombre por cuestiones de seguridad, expresó su molestia. “Esto es fraude electoral. Queremos saber dónde están nuestras boletas”.
Las manifestaciones continuaron con un grito en común: “No al fraude, no al fraude”.
Abarrotan casillas en estados
No sólo la capital del país sufrió caos en las casillas especiales a causa del limitado número de boletas. En el interior de la República ocurrió algo similar.
En la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León, campus Mederos se abrieron las puertas a las 8:30 horas, media hora después de lo programado. Un grupo integrado por más de 50 estudiantes foráneos y ciudadanos ya aguardaba impaciente.
En la misma entidad, ciudadanos se reunieron afuera de la sede de la Comisión Estatal Electoral (CEE) para exigir que los dejaran votar, pero, no obtuvieron respuesta.
En Quintana Roo se registró una importante afluencia en todas las casillas especiales, incluso, antes de la apertura, se había superado la capacidad de atención.
En algunos lugares se tuvo que pedir el apoyo de la policía luego de que ciudadanos que no pudieron votar por falta de boletas especiales ingresaron a la fuerza a las casillas.