Delincuencia organizada busca llamar la atención

A toda costa, la delincuencia organizada busca llamar la atención con la escalada de ataques del fin de semana y con el incendio de ayer en la distribuidora de  medios impresos nacionales DIPSA.

De hecho, en los últimos 22 días los medios de comunicación han sido intimidados en cuatro ocasiones, con ataques directos.

Las primeras dos agresiones fueron con balazos y granadas afuera de las instalaciones de dos sucursales del periódico El Norte.

Primero a la Edición La Silla ubicada sobre la Avenida Revolución, en la colonia Torremolinos al sur de Monterrey. Y por la tarde de ese mismo martes 10 de julio a la Edición Lindavista, que se localiza en la colonia Libertad, en el municipio de Guadalupe.

Ambos asaltos sin víctimas, pero con daños en las oficinas.

En el tercer ataque al Grupo Reforma, que se llevó a cabo por la tarde del domingo 29 de julio, un grupo armado ingresó al primer piso de las instalaciones de la Edición Sierra Madre,  roció gasolina e incendió toda la recepción.

Según cámaras de seguridad del periódico, se alcanza a observar cómo seis segundos después de que los delincuentes huyeran, una patrulla de Seguridad del municipio de San Pedro pasa frente al inmueble de la Edición Sierra Madre sin detenerse hasta que da vuelta a la derecha.

En el cuarto ataque un comando de cinco personas armadas incendió el edificio de la empresa Distribuidora de Publicaciones S.A. de C.V. (DIPSA), la única empresa distribuidora de revistas en Monterrey, en el que se reciben y distribuyen La Jornada, Proceso, Chilango, entre otras más.

El negocio dirigido por Federico Flores Guerrero está ubicado en Arteaga 1214 en el centro de Monterrey.

Según fuentes consultadas por Reporte Indigo, éstos ataques directos contra los medios de comunciación podrían ser una estrategia por parte de grupos delicitivos para “calentar la plaza” en Monterrey.

Mientras tanto, las autoridades no han presentado aún los avances de las investigaciones y sobre los presuntos resposnables.

Sin embargo, se observa casi el mismo patrón en los diferentes ataques: incendios, granadas y hasta hoy sin víctimas.

Por lo que hay investigadores que indican que se trata de un mismo grupo delictivo detrás de las agresiones y amenazas hacia las publicaciónes impresas.

Es un hecho que los medios de comunciación están siendo asechados e intimidados en Monterrey y pareciera que esto apenas empieza.