Desafíos por venir con la presidencia de Biden
La relación comercial entre México y Estados Unidos con Joe Biden en la Casa Blanca enfrentará retos en las revisiones de las cláusulas laborales del T-MEC, además se espera que se mantengan las diferencias en materia energética
Mara Echeverría y Julio RamírezLa llegada del demócrata Joe Biden a la Presidencia estadounidense significará algunos desafíos en materia económica que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tendrá que sobrepasar.
Para empezar, no se esperan cambios en el intercambio de mercancías dado que el comercio se rige bajo las normas establecidas en el Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), que entró en vigor el pasado 1 de julio después de un duro proceso de aprobación por parte de la fracción demócrata en el Congreso estadounidense.
“Biden siempre ha sido un proteccionista y tienen algunos temas en agenda por la relación del Partido Demócrata con los sindicatos en Estados Unidos. Esto pone un acento interesante sobre el comercio entre los países, además de que no hizo una crítica favorable sobre el T-MEC.
“Si bien no creemos que haya una negociación, sí podemos ver distintas tramas en el comercio en la frontera sobre todo por la manera de tratar la pandemia”, afirma Víctor Valdivia, director general de la consultora de economía y política Presidente.
En las negociaciones, los demócratas establecieron algunas cláusulas que pusieron en riesgo la aprobación del acuerdo regional y que ahora estarán bajo la lupa, como el aumento en los salarios, garantizar los derechos sindicales y la reducción de la jornada laboral para los trabajadores de la industria automotriz.
Con estas cláusulas, serán visitadores designados por el gobierno estadounidense quienes se encargarán de verificar que esta parte del acuerdo se cumpla, y estas revisiones y monitoreos podrían ser ahora más severos.
“El gobierno de Joe Biden tiene muchas cartas para presionar a la industria mexicana. Vamos a ver cómo se presentan las relaciones con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador”, comparte Valdivia.
Contraste energético
Joe Biden, quien se prevé tome posesión del gobierno de Estados Unidos el 20 de enero, tiene una visión en materia energética que contrasta con la del presidente López Obrador, lo cual podría generar presión para México en el largo plazo.
Desde su candidatura, el demócrata ha declarado que cuando llegue a la Casa Blanca centrará la política energética en las energías renovables, mientras que en México la apuesta de la actual administración es la producción de combustibles fósiles y el carbón.
El político dijo que una de las metas de su administración es lograr una economía de energía limpia al 100 por ciento y alcanzar emisiones netas cero a más tardar en 2050.
Para analistas, la oportunidad para el desarrollo de las energías renovables está sobre la mesa, por tanto, será relevante que el gobierno mexicano vire y deje de lado su visión para dar impulso a este mercado.
El gran pendiente
Las políticas migratorias implementadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tendrán un giro después de que el demócrata Joe Biden, virtual ganador de la elección presidencial, asuma la presidencia, pero éstas no serán suficientes para que los países atiendan y den solución al fenómeno migratorio, un problema que lleva décadas existiendo.
Desde hace varios días, miles de migrantes que se encuentran en la frontera norte de México se mantienen a la espera de que el próximo presidente estadounidense les abra las puertas para que puedan cumplir con el llamado sueño americano.
Algunos de los que provienen de Centroamérica, tienen más de un año esperando que el nuevo gobierno apruebe sus solicitudes de asilo.
Esto es una respuesta a las promesas del demócrata, quien durante la campaña aseguró que detendrá las deportaciones de personas que viven y trabajan en Estados Unidos 100 días después de asumir el cargo.
Como parte de este compromiso, el político dijo que establecería prioridades para dirigir las deportaciones a delincuentes graves.
De acuerdo con Joe Biden, tomará medidas para poner fin a las políticas migratorias de Donald Trump, trabajará para modernizar el sistema de migración y volverá a posicionar a su país como refugio al revertir las políticas sobre las solicitudes de asilo.
Si bien se esperan cambios que contrastan con las medidas emprendidas por el aún presidente Trump, éstos no serán suficientes ni se espera una reforma sustancial, como una migratoria.
La primera barrera para que se desarrolle una reforma sustancial, es que aún no está definido quién tiene una mayoría en el Congreso de Estados Unidos, y aunque el Partido Demócrata obtenga la mayoría, sería complicado atender el tema, ya que se pondrían en riesgo las coaliciones que llevaron al político demócrata a ganar la elección, dice Juan Pablo Galicia.
México migrante con Joe Biden
Hasta el año pasado, en Estados Unidos se tenían registrados más de 328 millones de personas, y de ellas, 50.7 millones son migrantes, que representan 15.4 por ciento de la población total.
De ellos, 10.5 millones son personas indocumentadas, de acuerdo con datos del Anuario de Migración y Remesas México 2020, elaborado por BBVA Research.
Si bien la comunidad es grande, las políticas emprendidas por la actual administración en la materia han impulsado que México se convierta en un país receptor de migrantes.
Y aunque en el corto plazo esto puede no cambiar, el triunfo de Joe Biden abre una oportunidad para que, de forma bilateral, se establezcan nuevas reglas respecto a este fenómeno poblacional.
De acuerdo con los especialistas consultados, México tendrá la oportunidad de poner en perspectiva lo que ocurre con los migrantes y dar paso a políticas en favor de los derechos humanos.
“Biden está preocupado por el trato que se ha dado a los migrantes y no pocos políticos conocen esta relación con México y los migrantes. No va a ser la primavera para México, pero vamos a recibir un trato más respetuoso y más digno”, prevé Arturo Argente, director de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey Campus Toluca.