Desaparecidos, la búsqueda ficticia

Casi un tercio de todas las personas desaparecidas en Jalisco no tiene una investigación formal en curso por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE), por lo que ésta no reconoce esos casos dentro de las averiguaciones previas que tiene vigentes. 

Así lo revela un informe obtenido del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que opera el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED). 

De las 2 mil 261 desapariciones que el RNPED arroja en Jalisco, mil 580 sí cuentan con una averiguación previa o carpeta de investigación en curso, pero hay 680 para los que la FGE únicamente levantó un acta circunstanciada del hecho, y otro más sigue sin ser clasificado. 

Los delitos que no son reportados a la FGE, o que aun siéndolo no generan una averiguación, es lo que se conoce como cifra negra: en esa situación se encuentra el 30 por ciento de los desaparecidos de Jalisco.

Levantar actas circunstanciadas, ministeriales, de hechos o expedientillos –como también se les llama- en lugar de averiguaciones formales, es una práctica añeja en Jalisco, existe desde la extinta Procuraduría de Justicia; es una muy mala noticia para esas casi 700 víctimas y sus familiares. 

Pues eso significa que en las denuncias de esas desapariciones se ofrecieron tan pocos elementos del hecho, que el personal ministerial los consideró insuficientes para emprender la averiguación penal, razón por la cual optó por dejar constancia en un acta en tanto algún nuevo suceso aporte más pistas.

En evidencia, nula investigación

La poca investigación en la búsqueda de desaparecidos por parte de las autoridades la detalla Víctor Sánchez. 

El hoy diputado local por Movimiento Ciudadano fue funcionario de la Procuraduría por 17 años y llegó a coordinar a todas sus delegaciones regionales.

“La realidad es que es un vicio que se creó y que al principio se originó con eso de decir ‘es que no hay todavía tantos elementos para abrir una averiguación’, pero se llegó ya al extremo de que se abren ahora más actas que averiguaciones previas, eso ya es gravísimo”. 

“Muchas veces también justifican para abrir un acta dentro de la Fiscalía el hecho de que no hay identificadas las personas responsables o probables responsables, pero eso no quiere decir que no se cometió el ilícito”. 

El 16 de abril, la organización Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco (Fundej), lamentó que al acudir a la FGE “a preguntar qué resultados se tienen sobre la investigación y búsqueda de nuestro familiar, las respuestas siguen siendo las mismas: ‘hasta el momento no hay avance, no hemos tenido respuesta del oficio de colaboración, no está su investigador, no hay avances’”.

Lo que pasa, dice el legislador, es que “ni siquiera para las averiguaciones previas hay capacidad (…) por supuesto que las actas las han de tener a un lado, por supuesto. Lo que no veo son los resultados que debiera haber, utilizando los recursos humanos y materiales que hay en la FGE”.

Seis estados sí mantienen averiguaciones abiertas para todos sus desaparecidos, sin excepción alguna: Morelos, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Sonora y Tabasco; otros 12 tienen del 80 al 99 por ciento de sus casos así; Jalisco está en un grupo de 14 entidades que indagan con toda formalidad no más del 70 por ciento. 

El 6 de febrero, tras recibir fichas informativas de la FGE sobre sus desaparecidos, Fundej comunicó: “Deja en evidencia el poco o nulo trabajo de las autoridades de Jalisco en la búsqueda y procuración de justicia para los desaparecidos del estado”. 

Para Sánchez, por el daño que trae una desaparición “ahí no se justifica que se abran actas, ahí se tendría que abrir todas las averiguaciones previas. Ese grado de decir ‘vamos a establecer actas y vamos a establecer averiguaciones’, es no darle la misma prioridad a todas las investigaciones. Y lo peor es que en muchas de esas actas hay asuntos delicados y graves”. 

En el país, de sus 25 mil 293 desaparecidos, 17 mil 643 tienen una averiguación o carpeta de investigación en curso (69.7 por ciento); 7 mil 293 sólo un acta circunstanciada (28.8 por ciento), y 357 ni siquiera están clasificados (1.4 por ciento). 

A pesar de las deficiencias de las indagatorias en Jalisco, el 15 de mayo, la fiscal de Derechos Humanos, Lizzeth Hernández, al término de una reunión entre Fundej y el gobernador, Aristóteles Sandoval, dio una estimación inédita: 

Los “levantados”, término que usó, “por delincuencia organizada son los menos, un aproximado de 30 por ciento”. 

Actas para manipular

El levantamiento de actas, en lugar de registrar averiguaciones, estaría siendo utilizado por la FGE como un medio para “manipular” a la baja la incidencia delictiva, esto lo ha afirmado el diputado desde el 13 de febrero, cuando el fiscal, Luis Carlos Nájera, compareció ante el Congreso local. 

Según Sánchez, así fue como se revirtió en 2014 la tendencia al alza de los delitos del fuero común sostenida durante al menos una década: de 101 mil 974 en 2013 bajó 10 por ciento, a 91 mil 577. 

Sin embargo, el diputado asegura que junto a esos más de 91 mil delitos del 2014, la FGE dejó en actas otros 100 mil ilícitos para que no consten en averiguaciones. 

“La realidad es que los delitos denunciados, aunque ellos los estén manipulando con el tema de libros de actas, están otros 100 mil.

“Hacen una cosa muy sencilla, abren más actas y menos averiguaciones, y como oficialmente nada más reportan las averiguaciones, con eso quieren engañarnos diciendo que están a la baja”. 

Esto se aplica, dice, en delitos de alto impacto como robos a casa habitación, personas y  negocios; patrimoniales (fraude y abuso de confianza), y no lo descarta en homicidios y secuestros (estos últimos pueden estar detrás de las desapariciones, apunta). 

La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad (Envipe) 2015, con datos de 2014, aún no está disponible para su cotejo, pero la 2014 dice que en 2013 ocurrieron 2 millones 454 mil 796 ilícitos en Jalisco.

Se denunció solo el 10.7 por ciento, y de estos, el 62.7 por ciento tuvo una averiguación.

“Lo que se originó hace muchísimos años como algo que parecía lógico y hasta cierto punto sano, para no atiborrar con asuntos que no tenían los elementos suficientes para darle un seguimiento tan formal, se llegó al extremo y al vicio y a la perversidad de utilizar esas actas para manipular las cifras”, aúna.