“Hoy tenemos una avalancha de sentimientos”, dice un comunicado sobre las desapariciones que emitió el 4 de abril la organización Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León (FUNDENL) A.C., tras el hallazgo de 480 restos óseos en el sitio conocido como “El Tubo”, en el municipio de Hidalgo.
En febrero de este año, en “El Tubo” se localizaron 480 restos humanos dentro de una cisterna de una pedrera abandonada.
Hoy, la organización registra 6 mil personas desaparecidas. FUNDENL nació en 2011 y dos años después se consolidó cuando se fueron integrando decenas de familiares que han sido víctimas indirectas del delito de desaparición forzada en Nuevo León.
El tema de desapariciones no fue central en el sexenio de Rodrigo Medina. El exgobernador experimentó los tiempos más álgidos de violencia en Nuevo León por la llamada guerra contra el narcotráfico emprendida por el presidente, Felipe Calderón, entre 2011 y 2012.
Tampoco en el sexenio de Jaime Rodríguez Calderón. Y todo apunta que para el gobernador Samuel García, las 6 mil personas desaparecidas no son una prioridad.
El pasado 16 de abril, la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) de Nuevo León emitió la ficha de búsqueda por la desaparición de tres integrantes de una familia que circulaban por la carretera Cerralvo- Miguel Alemán. Se trata de José Luis Lozano, de 15 años, Lidya Ireydi Becerra Ramírez, de 43 años, y Kinnereth Ireydi Becerra Ramírez, de 26 años, de quienes hasta el momento sólo se han ubicado sus celulares, informó la Fiscalía General de Justicia de la entidad.
Esta zona era utilizada por miembros de la delincuencia organizada por la nula vigilancia policial. Su ubicación geográfica propició un campo de exterminio.
La organización Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (CADHAC) considera que es importante encontrar una manera para detener las desapariciones en la entidad, por ello dio a conocer sus preocupaciones y recomendaciones a las autoridades.
También, las desapariciones de Debanhi Escobar, María Fernanda Ortiz y Yolanda Martínez, y su localización sin vida, abrieron un nuevo capítulo de este problema social en la entidad.
En Amores no pierden la fe para encontrar a víctimas de desapariciones
La Agrupación de Mujeres Organizadas por los Ejecutados, Secuestrados y Desaparecidos de Nuevo León, Amores, hace de su lucha un recorrido de fe para encontrar a sus familiares.
Como todos los años, las familias hacen el recorrido de los Siete Templos. Y este año no fue la acepción.
“Para nosotros, los familiares de personas desaparecidas, el hacer este recorrido representa de alguna manera el camino de lucha y de búsqueda por nuestros familiares”, dice la organización.
Leonor Flores, integrante de Amores, manifestó ante miembros del Comité que a pesar de los avances que se han tenido en la creación de leyes e instituciones lamentablemente esto no ha significado que el acceso a la verdad y la justicia sea una realidad.
“Saber dónde están nuestros seres queridos desaparecidos ha sido nuestra constante preocupación y ocupación. Y a pesar de todas nuestras múltiples acciones y grandes esfuerzos no hemos logrado los resultados que todas las familias anhelamos, que es tener a nuestros seres queridos de nuevo en nuestros brazos y en nuestros hogares”, dijo Flores.
No se puede hablar de resultados hasta encontrar con vida a las 6 mil personas desaparecidas en la entidad, considera esta organización. Sus integrantes también reclaman que las autoridades de búsqueda deben contar con la mayor capacitación para que existan procesos de auditorías internas y que las familias tengan la confianza de denunciar.