Desaprueban parquímetros en el Centrito
El arranque de operaciones de los parquímetros instalados en el Centrito Valle y zonas aledañas fue recibido por usuarios con una desaprobación generalizada.
A partir de las 08:00 horas de ayer inició el funcionamiento de 59 aparatos que regulan mil 370 cajones de estacionamiento en las zonas habitacional y comercial de este sector sampetrino.
La tarifa es de 2.50 pesos por cada 15 minutos y los conductores pueden pagar por un tiempo máximo de 3 horas en una sola exhibición.
Javier Estrada
El arranque de operaciones de los parquímetros instalados en el Centrito Valle y zonas aledañas fue recibido por usuarios con una desaprobación generalizada.
A partir de las 08:00 horas de ayer inició el funcionamiento de 59 aparatos que regulan mil 370 cajones de estacionamiento en las zonas habitacional y comercial de este sector sampetrino.
La tarifa es de 2.50 pesos por cada 15 minutos y los conductores pueden pagar por un tiempo máximo de 3 horas en una sola exhibición.
Los usuarios que se estacionan en áreas marcadas con franjas blancas tienen que pagar el tiempo deseado de uso, ingresar las placas de su vehículo y colocar el boleto expedido por el aparato dentro del automóvil, junto al parabrisas del conductor.
A quienes no paguen el servicio se les colocarán inmovilizadores, conocidos como “tarántulas”, que serán removidas después de liquidar un pago a un inspector de entre 194 y 518 pesos.
Las multas para los que no paguen el parquímetro o rebasen el tiempo sin renovar el servicio van de 194 a 323 pesos y podrán ser pagadas en días posteriores.
La usuaria María Elena Ramos desaprueba el uso de las “tarántulas”, porque considera que complicarán el tráfico cuando otros conductores tengan que esperar a que los inspectores liberen los vehículos.
“Lo que se me hace excesivo es que me vayan a poner un candado y que tenga que ir a pagar una multa (a un inspector)”, dice, “mejor preferiría una multa que tuviera que ir a pagar, como era antes.
“No siento que sea una buena medida (el uso de inmovilizadores), aparte ya todos están cobrando el espacio de todo el mundo”, dice la conductora Adriana Natividad García.
“La verdad se me hace un poquito mala idea, porque muchas personas vienen aquí y siempre está lleno Centrito Valle por todos los locales”.
Por su cuenta, Amy Monsiváis señala que ahora el procedimiento es complicado y tendrá que invertir más tiempo para usar el servicio.
“Si me iba a tardar 5 minutos ahora me voy a tardar 15, yo creo que es más del doble”.
Durante el arranque de funciones, la empresa operadora de los aparatos, San Pedro Meters, proporcionó orientación a los nuevos usuarios.
Arturo Reynosa, uno de los empleados que explicaba el servicio a los conductores, informa que tienen instrucciones de no aplicar multas ni inmovilizadores durante los primeros días, sino hasta que los usuarios se acostumbren a pagar los importes.
“Hasta ahorita no ha habido multas, ahorita estamos explicándole a la gente la función del parquímetro”, afirma.
Un largo camino
El proyecto de parquímetros fue heredado de la administración de Mauricio Fernández a la del alcalde Ugo Ruiz, luego de años de negociaciones, protestas de ciudadanos y fallas en el proceso de licitación.
En un inicio la Asociación Público-Privada (APP) para instalar los aparatos fue asignada de manera directa a un consorcio encabezado por Iberparking, de José de Jesús Ortuño Villanueva.
Sin embargo, tras detectar fallas en el proceso, el Cabildo sampetrino revocó el 5 de julio de 2012 la licitación que era para operar los aparatos por 30 años y contemplaba la instalación de 3 mil 578 parquímetros y tres estacionamientos subterráneos.
Un día antes de la revocación fue creada San Pedro Meters por el particular Leopoldo Cárdenas Siller y la sociedad Estacionamientos y Parquímetros Universales.
Posteriormente, el 7 de septiembre del mismo año, fue reasignado el contrato a 15 años a San Pedro Meters, tan sólo dos meses de haberse constituido.
Ortuño Villanueva, cercano al ex alcalde Fernández, es el operador que tras bambalinas se encargó de impulsar el proyecto.
El empresario, sin embargo, ha negado tener una relación cercana con el panista y de haber obtenido el contrato con base a negociaciones extraoficiales.
También ha insistido en que Iberparking tan sólo recibió del Municipio unos 11 millones de pesos para cubrir la inversión y los gastos no recuperables en los que había incurrido su empresa antes de la revocación.