Desbandada

El efecto de la salida de Cuauhtémoc Cárdenas de las filas del PRD en noviembre del 2014 aún no acaba.

La renuncia del que fuera considerado el líder moral del partido del sol azteca acarreó una desbandada en ese partido en los últimos meses, lo que ha dejado al PRD sin representación significativa en lugares que antes eran su bastión.

Decenas de líderes han abandonado el barco y, con ellos, se han llevado a muchos más militantes de a pie que cargarán con sus votos para la próxima elección.

Imelda García Imelda García Publicado el
Comparte esta nota

25
años tenía Cuauhtémoc Cárdenas en el PRD cuando renunció
"Tenemos que construir un gran encuentro plural que impulse los cambios que requiere el país"
Cuauhtémoc CárdenasExlíder moral del PRD
A la de Cuauhtémoc Cárdenas se suman la salida de los expresidentes Porfirio Muñoz Ledo, Rosario Robles Berlanga, Raymundo Cárdenas, Leonel Cota Montaño y Andrés Manuel López Obrador
https://www.youtube.com/watch?v=QxTKLtRlqac

El efecto de la salida de Cuauhtémoc Cárdenas de las filas del PRD en noviembre del 2014 aún no acaba.

La renuncia del que fuera considerado el líder moral del partido del sol azteca acarreó una desbandada en ese partido en los últimos meses, lo que ha dejado al PRD sin representación significativa en lugares que antes eran su bastión.

Decenas de líderes han abandonado el barco y, con ellos, se han llevado a muchos más militantes de a pie que cargarán con sus votos para la próxima elección.

Pero el primer aleteo sucedió desde diciembre del 2013, con la postura del PRD ante el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, pues a pesar de la resistencia de muchos, este partido firmó el Pacto por México con el PRI, el PAN y el PVEM.

Esa decisión posibilitó que varias reformas estructurales fueran aprobadas, pero la unidad del PRD en las bancadas del Congreso de la Unión se vio fracturada.

El quiebre más fuerte se suscitó cuando la dirigencia nacional y sus corrientes cercanas decidieron apoyar la reforma fiscal promovida desde la Presidencia de la República.

Aunque la inconformidad aumentaba, la crisis aún tardaría un poco en llegar.

La actual presidencia nacional del PRD, encabezada por Carlos Navarrete, nació el 5 de octubre del 2014 en medio de la crisis y, desde entonces, no ha tenido un día de tregua.

Apenas una semana antes de que Navarrete tomara el control del partido, la noche del 26 de septiembre, había ocurrido la tragedia en Iguala, Guerrero, y 43 estudiantes normalistas fueron atacados por policías del municipio y después presuntamente masacrados e incinerados.

El presidente municipal, José Luis Abarca, era perredista.

Días después de ese acontecimiento se dio a conocer que Abarca y Jesús Zambrano – quien estaba en sus últimos días como presidente nacional del PRD- se habían reunido.

Zambrano, quien pertenece a la corriente de “Los Chuchos” -la misma de Navarrete-

reconoció que se vio con Abarca el 29 de septiembre, tres días después de la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa.

El expresidente del PRD aclaró que la reunión había tenido el único objetivo de manifestarle a Abarca que debía solicitar renuncia urgentemente para que quedara a disposición de la autoridad judicial.

“Que él se haya fugado después no es responsabilidad mía”, expresó.

Pero el daño estaba hecho.

A partir de ahí, el PRD comenzó su descenso en caída libre y conforme pasan las semanas se suman más y más salidas que dejan al partido herido.

Algunos de los políticos que han abandonado el barco perredista argumentan la cooptación del partido por parte de una sola corriente, que ha repartido puestos de poder y candidaturas a sus incondicionales.

Otros, han cuestionado que el PRD se haya convertido en comparsa del poder y apoyen de manera incondicional al Gobierno Federal dejando de lado la crítica y los cuestionamientos que antes los caracterizaban.

Un partido de verdugos

A raíz de la crisis desatada al interior del PRD por la respuesta del partido a la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, varios liderazgos levantaron la voz por la forma en que la dirigencia nacional trató de evadir su responsabilidad y por las complicidades implícitas en el caso.

José Luis Abarca, el alcalde de Iguala acusado de dar la orden de matar a los estudiantes, era integrante de Nueva Izquierda (NI), la corriente más dominante en el PRD.

La misma a la que pertenece el exgobernador Ángel Aguirre y el presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local, Bernardo Ortega.

La misma que jefatura Jesús Ortega y a la que pertenece Carlos Navarrete, presidente del partido.

El primero en saltar fue Cuauhtémoc Cárdenas, fundador del partido y líder moral del sol azteca.

Primero, Cárdenas se reunió con Navarrete y le cuestionó que, como institución, el partido estuviera ausente de las movilizaciones por la localización de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero.

Le recriminó que la dirigencia no se hubiera pronunciado fuertemente en favor la liberación de los 11 detenidos en el Zócalo luego de una manifestación, pese a las evidencias de que fueron aprehendidos arbitrariamente.

Le recriminó también el caso de Mario Luna y Fernando Jiménez, voceros de la tribu yaqui.

Navarrete le dijo que esas preocupaciones las analizaría el CEN. Eso fue suficiente.

Horas después, Cárdenas presentó su renuncia con carácter de irrevocable al partido que fundó 25 años atrás.

En la misiva, aseguró que no correría el riesgo de compartir responsabilidades de decisiones tomadas por miopía, oportunismo o autocomplacencia.

“Esta medida obedece a su propósito de mantener congruencia con sus principios”, dijo, y se fue.

Tras él, decenas de perredistas dejaron las filas del sol azteca. Algunos, en franco desacuerdo por la transformación del propio partido; otros, por la imposibilidad de acceder a una candidatura.

Dejan los bastiones abandonados

Después de Cuauhtémoc Cárdenas, salieron del PRD los senadores Mario Delgado, Rabindranath Salazar, Adán Augusto López y Alejandro Encinas, quien resumió en una frase la crisis que partía en pedazos a ese partido de izquierda.

“El PRD pasó a ser un partido donde antes poníamos a los muertos y ahora ponemos a los verdugos”, dijo Encinas a Reporte Índigo, días antes de su renuncia.

Se fue después Marcelo Ebrard, el exjefe de Gobierno capitalino acusado por algunas fuerzas políticas por las irregularidades de la Línea 12 y quien saltó de las filas del PRD al no conseguir una candidatura a la diputación federal.

Con él, abandonaron el partido algunos de sus cercanos colaboradores y parte de su Movimiento Progresista, como Agustín Guerrero, líder de ese grupo; Malú Micher, diputada federal; René Cervera, jefe de la oficina de Gobierno del DF en tiempos de Ebrard.

Salieron también Vidal Llerenas, diputado local; Irak López Dávila, exfuncionario del DF; Alejandro Rojas Díaz Durán, exsecretario de Turismo capitalino; y Armando Quintero, execretario de Transportes; y Elías Moreno Brizuela, exdirector de Protección Civil en el gobierno de Ebrard.

Ellos tampoco se fueron solos.

Quienes conformaban sus bastiones en la capital los acompañaron, así que decenas de militantes también presentaron sus cartas de renuncia al PRD.

Se fueron figuras como Fernando Zárate, diputado federal; Esthela Damián Peralta, diputada local en el DF; Leticia Varela, exsecretaria de Finanzas del PRD; Alfonso Ramírez Cuéllar, también líder de El Barzón; María Rojo, exjefa delegacional de Coyoacán; Agustín Torres, exjefe delegacional de Cuauhtémoc; y Marco Rascón, exdiputado federal.

Salió también Polimnia Romana, asambleísta en el DF y quien fuera una de las más cercanas a Andrés Manuel López Obrador y que ahora militará en el PRI.

Liderazgos estatales abandonaron también al partido del sol azteca. Entre ellos están Rosalinda López Hernández, de Tabasco; y los guerrerenses Félix Salgado Macedonio, Eloy Cisneros, Saúl López y Ranferi Hernández.

No afecta

El propio Carlos Navarrete, presidente nacional del PRD, reconoció a principios de marzo que eran más de 30 las cartas de renuncia que habían llegado hasta su escritorio. Conforme pasan los días, la cifra ha ido creciendo.

Sin embargo, el líder del partido del sol azteca ha desestimado estas salidas y dijo que esto no afectará en el desempeño del PRD en las próximas elecciones.

El 4 de marzo, en rueda de prensa, Navarrete negó que estas deserciones signifiquen que el instituto político se esté desplomando y por el contrario auguró buenos resultados electorales.

Los que se fueron

Lista de políticos más sobresalientes que han dejado el PRD

> Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano
> Marcelo Ebrard Casaubón
> Alejandro Encinas Rodríguez
> Mario Delgado
> Agustín Guerrero
> Martha Lucía (Malú) Micher
> Fernando Zárate Salgado
> Esthela Damián Peralta
> Leticia Varela
> Félix Salgado Macedonio
> Eloy Cisneros Guillén
> Saúl López
> Ranferi Hernández
> Rabindranath Salazar
> René Cervera
> María Rojo
> Adán Augusto López
> Alfonso Ramírez Cuéllar
> Marco Rascón
> Rosalinda López Hernández
> Armando Quintero
> Alejandro Rojas Díaz Durán
> Agustín Torres Pérez
> Elias Moreno Brizuela
> Vidal Llerenas
> Irak López Dávila

El destino de la izquierda

Líderes como Cuauhtémoc Cárdenas o Alejandro Encinas, dos de sus exmilitantes con más trayectoria en la izquierda mexicana, han convocado a una reflexión sobre el destino que debe tomar la oposición en el país.

Al anunciar su salida del PRD, el senador Alejandro Encinas llamó a crear una coalición de fuerzas de izquierda que sirva de contrapeso al Ejecutivo federal y se convierta en un centro de reflexión sobre el rumbo que debe tomar el país.

Y fue Cárdenas quien después de cuatro meses de permanecer en reflexión sobre la izquierda en México decidió lanzar un llamado para conformar una nueva fuerza política y hasta redactar una nueva Constitución.

“Tenemos que construir un gran encuentro plural que impulse los cambios que requiere el país, que reclama el pueblo, que mueva conciencias y articule una amplia unidad social y política”, llamó Cárdenas.

El político de izquierda conminó a llevar a cabo una serie de cambios estructurales en México, que incluyan un saneamiento del sistema judicial, un rediseño de la policía y un combate frontal a la corrupción, así como la instauración de procedimientos regulares de consulta popular para ratificar las reformas hechas por el Congreso de la Unión.

Sin embargo, la convocatoria más importante que realizó Cárdenas es a realizar un nuevo texto constitucional que sustituya a la actual Carta Magna que está por cumplir el centenario de su nacimiento.

“El texto constitucional que nos está rigiendo en la actualidad, al que se le han borrado la esencia reivindicatoria del 17 y los avances sociales de la Revolución, que es producto del golpe de estado legislativo, completado por las mayorías pusilánimes y entreguistas del Congreso en diciembre del año pasado”, expuso.

Para Cárdenas, la unión con otros grupos y con legisladores que apoyen su iniciativa es fundamental, por lo que llamó a liderazgos como Javier Sicilia o Raúl Vera para trabajar en equipo y consolidar estos cambios junto a universidades, empresarios y todos los sectores que busquen un nuevo proyecto de Nación.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil