Deuda sin saldar con víctimas de violencia

Para exigir atención en sus casos, familiares de víctimas de violencia ocuparon una sede de la CNDH y aseguran que ya no se les devolverá y se utilizará en beneficio de los afectados en sus derechos humanos
Montserrat Sánchez Montserrat Sánchez Publicado el
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El hartazgo de no ver apoyo por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) llevó a familiares de víctimas de violencia a tomar las instalaciones de una de sus sedes en el Centro Histórico capitalino.

Desde el 4 de septiembre, colectivos feministas y familiares de mujeres víctimas de feminicidio, desaparecidos y abuso sexual, se apoderaron de las oficinas de la CNDH en la calle República de Cuba número 60 en la Ciudad de México para exigir que la violencia de género sea atendida como prioridad por parte de todas las autoridades.

Con pancartas con fichas de búsqueda de jóvenes desaparecidas, rostros de mujeres asesinadas sin justicia, como la artista de Chihuahua Isabel Cabanillas, y frases escritas en el suelo como “Estado feminicida” es como luce el exterior del inmueble. Además, las mujeres organizadas cambiaron simbólicamente el nombre de la dependencia por “Ocupa Casa Refugio Ni una Menos, México”.

En entrevista, Érika Martínez, madre de una menor de edad víctima de abuso sexual, declara que no devolverán las instalaciones pues el edificio de la CNDH se convertirá en refugio para víctimas de violaciones a sus derechos.

“No se dejará el edificio, no vamos a negociar entregarlo pues lo más que haríamos sería cambiarlo por uno más grande pues queremos un espacio para poder dar talleres y que se nos brinden servicios como guarderías, ya hay pero queremos lugares donde no existan abusos contra los niños”, detalla Martínez.

Para Érika, quien ha luchado por tres años por el derecho de acceso a la justicia para su hija quien fue abusada a los siete años por un hombre de 43, arriesgarse a permanecer en la toma pese al contexto de la actual emergencia sanitaria por COVID-19, vale la pena no solo por su pequeña sino por todas las familias que han sufrido la desprotección de las autoridades.

“No ignoro que hay un riesgo por la pandemia, pero es importante denunciar que al gobierno no le importa atendernos ni darle seguimiento a nuestros casos. Hasta el momento no se ha acercado ninguna autoridad para apoyarnos, pedimos cubrebocas y gel antibacterial, y nadie ha venido. Que quede claro que si estamos aquí es por la necesidad de ser escuchados, si hoy pongo en riesgo mi salud es porque es mi forma de buscar justicia”, asegura.

Cómo medidas de presión y para tener respuesta de las autoridades, algunas de las mujeres de la toma quemaron mobiliario y realizaron pintas al interior y exterior de la sede.

Ante los hechos, durante la conferencia matutina del lunes 7 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador criticó la toma de las instalaciones y dijo no estar de acuerdo en la violencia y el vandalismo.

“No estoy de acuerdo con lo que hicieron a la pintura de Francisco I. Madero, yo creo que quien conoce la historia de este luchador social sabe que debemos guardarle respeto. Yo sí entiendo que hay mucho dolor y que las víctimas de la violencia están con razón muy dolidas y que tienen derecho de manifestarse, pero no creo que esa sea la mejor forma de hacerlo. No creo que eso sea lo más adecuado. La violencia no es el camino, no se puede enfrentar la violencia con la violencia”, dijo.

Tras las declaraciones del mandatario, Érika sostiene que al no escucharla ni ser capaz de tener un país que no violente a los niños, López Obrador fue el primero que la violentó.

“Él no nos da respuesta, ignora a los niños huérfanos producto de un feminicidio, dice que no son formas de agredir una institución pero nosotras somos asesinadas, violadas y abusadas y ni siquiera es capaz de nombrarnos”, menciona.

Respuesta de las autoridades a víctimas de violencia

De acuerdo con los colectivos y familiares, entre sus exigencias específicas está que la CNDH emita en una recomendación general al Gobierno federal, gobiernos estatales y fiscalías un reconocimiento público de la gravedad que hay en cuanto a la violencia de género y violencia feminicida en México.

También pidieron que el organismo solicite la apertura de unidades especializadas en violencia de género, además de que se extiendan amnistías y acuerdos de no ejercicio de la acción penal, o actos análogos, en situaciones donde se han criminalizado a las mujeres.

Reporte Índigo buscó a la Comisión para conocer su postura, sin embargo, al cierre de esta edición no se tuvo respuesta.

A través de un comunicado, la CNDH destacó que no son el enemigo a vencer sino los aliados de las víctimas de violencia.

Con respecto a las peticiones de la toma, el organismo asegura que se trata de siete exigencias, tales como la solicitud de servicios médicos y acceso a medicamentos, entrega de despensas, programa de empleo, subsidio para la Alerta de Violencia de Género a siete estados de la República, el retiro de la campaña “Cuenta hasta 10” y poner fin al discurso de descalificación del movimiento feminista.

Con respecto a la solicitud de la recomendación general contra la violencia feminicida, la Comisión dijo que será emitida en breve.

La Secretaría de Gobernación (Segob) informó que a pesar de la negativa de quienes se manifiestan para entablar diálogo y expresar sus demandas, las autoridades reiteraron la apertura, a fin de escuchar y trabajar para y con las mujeres, así como su disposición para establecer una mesa de trabajo.

Por su parte, la senadora Kenia López Rabadán, presidenta de la comisión de Derechos Humanos en la Cámara alta, calificó como urgente que el Senado cite a comparecer a la presidenta de la CNDH para que informe sobre las irregularidades que se viven en esa institución.

Hemos visto a la madre de una menor exigiendo justicia, y reclamando los excesos en esa Comisión Nacional, por ejemplo, en los lujosos cortes de carne de los que gozan los altos funcionarios de la CNDH, que comparados con el escaso apoyo que reciben las víctimas, son una ofensa y demuestran la insensibilidad de esta administración
Kenia López RabadánSenadora presidenta de la Comisión de DDHH

En medio de pancartas que exigen justicia por cada víctima en la entrada principal de la Comisión, Érika no duda en decir que esta lucha no se acabará hasta que las autoridades den la cara y trabajen para el pueblo.

“No estamos por un caso personal, aquí resistimos por todas las víctimas sin importar cuál sea el apellido”, finalizó.

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