Día 1: La guerra por las curules
El primer dilema que enfrentaron los diputados en su día uno en San Lázaro no fue por sus posturas encontradas sobre la situación económica o social del país. Tampoco por la forma en que planean recortar los gastos o mejorar la transparencia de la Cámara de Diputados.
El reto fue repartirse las curules en el Salón de Sesiones.
Uno de los que llegó más temprano fue el priista Pedro Luis Noble, diputado por Hidalgo. Se sentó en una y otra curul para probarlas.
“¡Esta está mejor para dormir!”, suspiró el legislador, cuando encontró su silla ideal.
Imelda GarcíaEl primer dilema que enfrentaron los diputados en su día uno en San Lázaro no fue por sus posturas encontradas sobre la situación económica o social del país. Tampoco por la forma en que planean recortar los gastos o mejorar la transparencia de la Cámara de Diputados.
El reto fue repartirse las curules en el Salón de Sesiones.
Uno de los que llegó más temprano fue el priista Pedro Luis Noble, diputado por Hidalgo. Se sentó en una y otra curul para probarlas.
“¡Esta está mejor para dormir!”, suspiró el legislador, cuando encontró su silla ideal.
Mientras, varias filas atrás, al independiente Manuel Clouthier le asignaban un lugar que los priistas intentaron quitarle un par de veces.
“Dispénseme, es que me tocó este lugar de la bancada veracruzana”, se acercó un diputado priista con Clouthier.
“Pues yo soy independiente y me dieron este, pero como usted diga. Nada más dígame a dónde me voy y yo me voy, sin problema. Nada más no me vaya a mandar al pasillo. Yo no alego, por eso estoy gordo”, bromeó Clouthier.
Al final, como los diputados de la bancada del PRI de Veracruz no se ponían de acuerdo sobre las curules que debían ocupar, decidieron sortear los lugares.
Como en la escuela, metieron papelitos en un sobre con el número de curul y cada quien tomó uno. Al final, si no les gustaba, podían intercambiarlos con sus compañeros.
De repente, el barullo se calmó. Por el pasillo principal ingresaron Jesús Zambrano, el perredista presidente de la Mesa Directiva, y César Camacho, líder de la bancada del PRI.
Camacho acompañó hasta la tribuna a Zambrano, quien tenía al priista agarrado de un brazo mientras le hablaba con vehemencia.
Quien también llegó a buscar a Camacho fue Alberto Anaya, dirigente del fallecido Partido del Trabajo.
Durante más de dos horas, Anaya estuvo entre los pasillos de la bancada del PRI buscando el apoyo del tricolor para mantener la bancada del PT en San Lázaro.
En momentos fue ignorado. Al final de la sesión, logró intercambiar unas palabras con César Camacho, quien le prometió que analizarían su caso; aunque después, en entrevista, dijo que es imposible porque su extinción se trató de una decisión de las autoridades electorales.
El quórum de la sesión alcanzó las 492 asistencias, inusual en una sesión ordinaria.
Foto para el ‘feis’
Pasado el mediodía, llegó hasta el pleno la diputada y actriz Carmen Salinas.
Discretamente, buscó ocupar la curul que le habían asignado en la sesión constitutiva, cuando tomó protesta.
Sin embargo, el lugar ya estaba ocupado por alguien más y la enviaron a una curul en la última fila, a donde llegó de la mano de su hermano Gustavo.
Al final de la sesión, algunos nuevos diputados ya no aguantaron y fueron hasta la tribuna a posar para una foto.
“Es para mi perfil del ‘feis’”, justificó uno.