Fisura por los muertos

En medio del pleito por la autoría del primer Desfile del Día de Muertos entre las administraciones federal y local, el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, ordenó que el tema se analice jurídicamente para realizarlo cada año.

A partir del gran éxito y potencial económico que exhibió esta actividad cultural, los titulares del Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, y el ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto, soltaron declaraciones para adjudicarse el evento.

También, los secretarios de Turismo local, Miguel Torruco Marques, y el federal, Enrique de la Madrid, ya comenzaron a planear cómo se efectuará la segunda edición que pretenden promover como una atracción cultural del país. 

“Esta es una tradición que se quedará arraigada en la Ciudad de México. Vamos a hacer lo necesario jurídicamente para que se preserve esta tradición. He dado instrucciones para tener todo lo necesario y además crecer el evento, queremos que sea más grande, que la gente participe de todos los puntos de la ciudad en una recuperación de tradición”, dijo Mancera ayer en Chapultepec.

Mientras que Mancera mencionó que sumarán la participación de las 16 delegaciones de la capital del país, desde la Federación se habló de buscar que dicho desfile de calaveras, catrinas y demás personajes alusivos al Día de Muertos compita en magnitud con el Carnaval de Río de Janeiro y el Festival Internacional de Venecia.

Entre desfile y Fórmula Uno

Ambos Gobiernos, el federal y el local, participaron en el gran desfile del pasado 29 de octubre, y como consecuencia son responsables de la aceptación que registró entre la población. 

Sin embargo, en medio de la actual crisis en la relación entre ambas administraciones, el evento provocó otra fisura.

Aunque la idea del Desfile del Día de Muertos surgió a partir de la película Spectre, de la saga de James Bond, que se filmó en la Ciudad de México, en la capital del país la festividad ha tenido varios matices.

Está el antecedente de la mega ofrenda del Zócalo, con la participación de diversos artistas, y el año pasado surgió el desfile de catrinas y catrines en homenaje a José Guadalupe Posada.

Pero el desfile de hace unos días se inspiró en Spectre. En dicha cinta aparece la Ciudad de México con una gran fiesta alusiva al Día de Muertos, que en ese momento no existía.

Eso dio la pauta para que ambas administraciones aterrizaran la idea para que ese desfile se convirtiera en una realidad, a partir de utilizar utilería y vestuario de la película, un gran equipo de coreografía, poesía en lengua indígena y bailes.

Así lo reconoció el propio Miguel Ángel Mancera luego del éxito que tuvo el evento entre los capitalinos y el turismo que visitaba la capital por estos días.

“Tampoco me quiero adornar que se nos ocurrió; (la idea) salió de la película de James Bond y ahora ya tenemos el Desfile del Día de Muertos”, reconoció.

Tras el suceso, Enrique Peña Nieto recibió en Los Pinos a una parte del equipo que participó en el gran desfile.

Ahí el mandatario nacional, acompañado de su esposa Angélica Rivera, aprovechó para recalcar que no sólo el Desfile de Día de Muertos, sino también el Gran Premio de México de la Fórmula Uno, fueron promovidos por el Gobierno de la República, que logró que se realizaran cinco ediciones de la competencia de automovilismo en México.

Ante los voluntarios que participaron en el desfile dijo que ambos eventos forman parte del compromiso de su administración por proyectar lo mejor de México hacia el mundo, fundamentalmente sus tradiciones y valores.

Fiesta de vivos

Desde el pasado 29 de octubre hasta el 2 de noviembre se organizaron diversas actividades para la celebración del Día de Muertos en la Ciudad de México.

Además del desfile, se realizó una tradicional ofrenda en el Zócalo, un paseo nocturno en bicicleta y conciertos.

Pero lo que sin duda acaparó todos los reflectores fue el magno desfile del sábado 29 de octubre cuyos personajes recorrieron la avenida Paseo de la Reforma para llegar hasta el Zócalo de la Ciudad de México.

Constó de tres segmentos: Viaje al Mictlán, la Muerte Niña y Pal’Panteón, haciendo referencia siempre al culto a la muerte y su celebración única en el país desde la época prehispánica.

La magnitud, la aceptación entre la gente y la difusión que se le dio al mismo fue lo que desató la pugna política entre los gobiernos.