[kaltura-widget uiconfid=”38728022″ entryid=”0_5gz4cqte” responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /] La seguridad de Andrés Manuel López Obrador se encuentra en el centro del debate y no porque el próximo Presidente de México esté en peligro, sino porque el ganador de la elección del pasado 1 de julio ha hecho propuestas que darían un giro total a la manera en la que los jefes de Estado suelen llevar la administración del país.
Durante las campañas, el político tabasqueño prometió que de triunfar en su tercer intento en las urnas anexaría al Estado Mayor Presidencial (EMP) a la Sedena, además dijo que no utilizaría el avión de la flota del jefe del Ejecutivo, es más, hasta comentó que lo pondría a la venta y él se trasladaría en vuelos comerciales.
También indicó que desaparecerá al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), el órgano de inteligencia del Estado Mexicano; no vivirá en Los Pinos, la tradicional residencia de los mandatarios, y sí en el Palacio Nacional, ubicado en el centro de la Ciudad de México.
Las propuestas de López Obrador rompen totalmente el molde con el que se han desarrollado las administraciones federales priistas y panistas. El candidato que logró ganar con la coalición ‘Juntos Haremos Historia’, planea dar un cambio a la forma en que se aprecia a la figura presidencial.
Apegado a su discurso de austeridad, AMLO pretende prescindir de todos los gastos que considera innecesarios para tratar de ahorrar recursos que se utilizarán para el desarrollo de programas sociales, aunado a eso pretende comportarse como un mandatario cercano a la gente, popular, e incluso ha llegado a señalar que el pueblo lo cuidará, por lo que no es necesario contar con el EMP.
Pero de ahí surge la discusión que se ha posicionado en los últimos días: si el prescindir de las medidas de seguridad que se han realizado en los últimos sexenios no pone en peligro la integridad del Presidente y todo lo que conlleva ese cargo, incluída la estabilidad del país.
“No se trata de la persona, se trata de la institución que ellos representan, no es que López Obrador viaje en vuelo comercial, el que viaja es el representante y depositario del Estado Mexicano como persona (…) como Presidente de la República a él lo coloca en un estado de vulnerabilidad”, explica en entrevista Javier Oliva, experto en temas de seguridad y defensa nacional.
Para el politólogo y doctor en ciencias sociales, las propuestas del virtual Presidente parten de que confunde guardaespaldas con militares, sin saber que el Estado Mayor Presidencial está compuesto por militares y marinos de élite. Considera que sí se podrán modificar algunos protocolos de seguridad, pero no se podrá prescindir de ellos.
En ese mismo sentido Helden De Paz, consultora en temas de seguridad, califica de inviables las propuestas que ha realizado López Obrador, y en específico la de prescindir del EMP lo ve como una visión muy ignorante, ya que considera que se les está reduciendo a un simple grupo de guardaespaldas cuando, según su opinión, realizan labores claves que implican muchas responsabilidades.
“Son personas que siempre van a revisar los lugares a los que acudirá el Presidente, trazan las rutas por donde se moverá para agilizar todo. Se coordinan con otras policías o cuerpos de seguridad. No sólo dan protección al Presidente, también a los secretarios, a las familias. Si llega a venir otro presidente, el Estado Mayor Presidencial es el encargado de coordinarse con los grupos de protección de esos mandatarios”, explica la experta.
La maestra en Combate a la Delincuencia Organizada y Terrorismo por la University College de Londres, cree que lo que está poniendo sobre la mesa el político de Morena es exponerse a un riesgo que no se debería tener. “Para qué te pones tan vulnerable cuando no lo debería de hacer”, cuestiona.
Claroscuros del Estado Mayor Presidencial
Erubiel Tirado, coordinador del Programa de Seguridad Nacional y Democracia de la Universidad Iberoamericana, considera que la propuesta de Andrés Manuel López Obrador sobre el Estado Mayor Presidencial puede tener viabilidad porque se podría prescindir de una instancia que cuesta bastante dinero, que duplica las actividades que se podrían hacer con otras instituciones y que representa a una especie de ejército del Presidente, el cual llega a denominar como cuerpo pretoriano.
El experto resalta que la instancia creada bajo la presidencia de Manuel Ávila Camacho en 1942, hace cerca de 76 años, ha tomado tintes de la consolidación del poder militar político por su convivencia con las altas élites que ejercen el poder en el país.
“El Estado Mayor Presidencial no respondería jurídica ni presupuestalmente a la Sedena, sino al Presidente de la República, generando así un híbrido castrense que sólo puede compararse a la guardia de los emperadores romanos (…) El EMP se transformó en un coto de poder fáctico”, agrega Tirado, también maestro en Ciencia Políticas por la Universidad de Londres.
El catedrático de la Ibero recuerda que el Estado Mayor Presidencial también tiene un pasado polémico.
“Fueron miembros del Estado Mayor Presidencial los que participaron en la provocación de la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco. También estuvieron involucrados en las actividades de la guerra sucia de los años setenta y parte de los ochenta. Y fueron el órgano responsable de la seguridad del candidato priísta Luis Donaldo Colosio, asesinado el 23 de marzo de 1994” , dice el académico.
Para Tirado, si López Obrador desaparece el EMP existen capacidades en otras instituciones como la Marina, la Sedena o la Policía Federal para suplir las tareas, lo que implicaría un ahorro, ya que recuerda que en los gastos de la Presidencia de la República en primer lugar se encuentra el tema de comunicación y en segundo el de seguridad.
Además asegura que en el tema legal no habrá grandes complicaciones en realizar la liquidación, ya que considera que es muy endeble la justificación de la existencia de dicho organismo, e incluso dice que se podría crear otro grupo de seguridad pero con un marco normativo claro.
Sobre los dichos del virtual Presidente de que el pueblo lo va a cuidar, lo califica como retórica, ya que asegura que es absurdo que no exista vigilancia para esa figura, por lo que cree que el gran tema ahora es quién va a suplir al EMP y cuánto va a costar y cuánto se ahorrará.
Para el experto Javier Oliva, el tema con López Obrador es que se debe mucho al contacto con la gente, es su forma de hacer política, pero eso no significa que se deba de hacer sin protección, e incluso agrega que el Estado Mayor Presidencial tiene una gran preparación que puede modificar sus protocolos para que una vez que asuma como mandatario lo pueda seguir haciendo pero vigilado.
Por su parte, Helden De Paz considera que se está menospreciando al EMP, el cual está conformado por los mejores hombres en temas de seguridad en México, a los cuales se les han invertido muchos recursos públicos, por lo que prescindir de ellos sería una lamentable estrategia.
“Es una locura porque él dice que lo van a cuidar los ciudadanos, pero a los ciudadanos quién los cuida. López Obrador siempre tiende a recordar la historia, pues que recuerde que a Madero lo mataron y que a un candidato como Colosio lo asesinaron. Es una locura”, explica la experta.
¿Y el avión presidencial?
Andrés Manuel López Obrador prometió que una vez que ganara las elecciones del 1 de julio iba a vender el avión presidencial, al cual califica como un gasto innecesario y como una aeronave que ni los países de primer mundo tienen, por lo que él se trasladará en vuelos comerciales.
Para Javier Oliva no es posible que el Presidente de México se traslade en aviones comerciales, porque no sólo se está poniendo en riesgo su integridad, también la de los pasajeros.
“Debe dejar de pensar en función de él mismo y pensar que representa al Estado Mexicano. No puede estar con ese criterio”, indica el experto en seguridad.
Helden De Paz cree que López Obrador está reduciendo su visión a una actitud muy egoísta, en donde sólo ve por él, pero no los riesgos que implica ponerse en peligro y la afectación que podría tener el país.
“Si yo voy en un vuelo qué culpa tengo que vaya el Presidente”, indica la analista, quien considera que si el gasto del avión presidencial en México ya está hecho se debe aprovechar, además recuerda que el discurso de austeridad no debe caber en los temas de seguridad, porque es de vital importancia.
Erubiel Tirado, catedrático de la Universidad Iberoamericana, cree que la propuesta de Andrés Manuel López Obrador puede ser viable, ya que la fuerza aérea presidencial se convirtió en una especia de convoy VIP para el Presidente, su familia y sus amigos.
Para el experto la solución se encuentra en conseguir un avión de mucho menor costo pero igualmente práctico en su uso, para evitar el ostentoso gasto que se hizo con la compra respaldada con el EMP que quedó pactada desde el sexenio calderonista pero que se dio hasta el peñista.
Cisen, renovarse o morir
Para Javier Oliva ninguna democracia del mundo puede carecer de un sistema de inteligencia.
“No se puede funcionar sin estos aparatos cuyo sentido es garantizar precisamente la estabilidad y democracia”, explica.
Agrega que se debe de llevar a cabo una reingeniería al interior de la institución, ya que un punto en el que coincide con López Obrador es que se le ha dado un uso faccioso desde el poder presidencial.
“Sería importante someterlo a una revisión, a un planteamiento que resuelva las anomalías que se viven en esa área tan sensible, pero el argumento que dio López Obrador fue muy superficial, que porque lo estaban espiando a él y sus hijos que ya por eso tiene que desaparecer”, indica.
“Siempre en las promesas de campaña se dice que se va a enfrentar los problemas de seguridad con inteligencia. Y ahorita dicen que lo van a desaparecer y es tu máximo en inteligencia de este país, es absurdo. Por supuesto que sí se tienen que hacer cambios en las instituciones, sobre todo cuando llevan muchos años funcionando igual, pero me parece una locura que lo quieran desaparecer”, agrega Helden De Paz.
La primera evaluación de AMLO
Javier Oliva observa que lo primero que tiene que hacer López Obrador es trazar de manera adecuada la estrategia de seguridad que seguirá una vez que tome posesión como Presidente.
El experto recomienda alejarse de las improvisaciones, ya que recuerda que en los últimos tres sexenios es fue lo que pasó con un priista y dos panistas, hecho que sería lamentable que se repita.
Agrega que el virtual Presidente electo se debe de alejar de las propuestas propagandísticas, se debe dar cuenta que ya no está en campaña, está a unos meses de asumir como mandatario, por lo que tiene que fijarse en las prioridades y dejar a un lado los dichos como que se va a ir a vivir a Palacio Nacional, en lugar de Los Pinos, un lugar que cuenta con las instalaciones y logística para que viva.
Helden De Paz cree que la primera gran evaluación de AMLO va a ser en materia de seguridad a partir del 1 de diciembre, ya que los muertos que ocurran ya van a ser los suyos.
“Una de las grandes pruebas que tiene Andrés Manuel va a ser justo en la violencia, a partir del 1 de diciembre son sus muertos, como fueron los de Calderón, los de Peña, cómo le va a hacer para disminuir la violencia en este país. En lugar de concentrarse en estos caprichos que parecen personales, debería empezar por buscar una estrategia para disminuir la violencia en general en el país”, concluye la asesora de seguridad.
López Obrador ya ha hecho historia al convertirse en la tercera alternancia que vivirá México, fiel a su discurso austero y popular, el político de Morena ha puesto en el centro de la discusión el tema de seguridad de los presidentes, que aunque ha sido criticado por sus propuestas, lo cierto es que podría ser la apertura a un nuevo modelo de cómo se cuida a la figura del Poder Ejecutivo.
Quién cuida a otros mandatarios
Mientras el tema de la seguridad del Presidente mexicano se discute en el país, otras naciones del mundo tienen auténticas maquinarias de seguridad para resguardar a sus mandatarios.
Estados Unidos es el claro ejemplo, el Servicio Secreto de ese país cuenta con un vehículo conocido como “The Beast” o el “Cadillac One”, que transporta a su Presidente.
Aunque la información sobre las características del vehículo son clasificadas, se sabe que su blindaje resiste disparos incluso de cohetes y ataques con armas químicas. Para traslados vía aérea, se usa el avión Air Force One y el helicóptero Marine One, ambos con equipamientos de primer nivel.
En el mismo rubro está el presidente ruso, Vladimir Putin, cuya seguridad recae en las manos de agentes del Servicio Federal de Protección, que tiene sus orígenes en la antigua KGB.
En España, es el Departamento de Seguridad de Presidencia del Gobierno el encargado de cuidar al Presidente y al rey, mientras que en Alemania es el Servicio Federal de Inteligencia, ambas organizaciones con un perfil secreto y con gran preparación.