Discriminación, acoso y hostigamiento por VIH
Juliett pasó de ser víctima de acoso sexual a sufrir hostigamiento laboral y discriminación en la Ciudad de México. A más de un mes de que la despidieron de su trabajo y de las violaciones a sus derechos, su caso está impune
David MartínezJuliett Anais Castiñeira sufrió de acoso sexual, violencia de género, hostigamiento laboral y discriminación por padecer el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en la Ciudad de México. A la fecha, las autoridades han sido omisas.
A pesar de que acudió ante el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Copred) de la capital y al Ministerio Público, no hay ninguna sanción contra sus presuntos agresores.
A estas situaciones de discriminación se enfrentan las personas que tienen la enfermedad.
Cifras del portal de la Clínica Condesa, especializada en la atención del VIH, indican que hasta 2012 atendían a 40 mil pacientes.
Al respecto de la discriminación que enfrenta la comunidad con VIH, información del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), disponible en su portal electrónico, señala que 36 de cada 100 mexicanos no están dispuestos a vivir con alguien que padece el virus.
Castiñeira tiene 29 años de edad y desde hace siete vive con VIH. En 2017 comenzó a trabajar en la sucursal Iztacalco de Farmacias Similares, franquicia a cargo del Grupo Lujosa.
La joven refiere que durante mayo y junio de 2019, sus compañeros y ella eran sometidos a regaños constantes por parte de su supervisor, José Luis Reyes.
A lo que se suma el acoso sexual del que fue víctima Juliett por parte de su superior, quien incluso buscaba el contacto físico.
El acoso se tradujo en más carga de trabajo para ella y la restricción de su hora de comida.
Reyes le negó tomar un descanso y ella le informó que tenía una condición médica por lo que necesitaba ingerir sus alimentos.
“Le dije que tenía VIH y desde entonces cambió más su actitud”, acusa.
El 2 de septiembre la cambiaron a la sucursal de San Lorenzo Tezonco, Iztapalapa, la cual le queda más lejos que la de Iztacalco, pues ella vive en el sur de la ciudad en la colonia La Joya, en Tlalpan.
El supervisor justificó el cambio con un error que cometió con una receta.
“Supuestamente la sanción solo era una acta administrativa pero después resultó que fue el cambio de farmacia”, señala.
En su nuevo centro laboral, sus compañeros sabían que tenía VIH pese a que solo se lo había dicho a Reyes.
“Diana Galicia Vázquez, la encargada, desde que yo llegué siempre me trató con asco”, afirma.
También sus compañeros la discriminaban y la culpaban por los errores o faltas cometidas, dice. Incluso su jefa le llegó a recriminar tener la enfermedad.
“Me empezó a preguntar cosas del trabajo, que cómo hacía para limpiar los anaqueles y después de la nada me preguntó que si tenía VIH. Entonces le dije que sí y me respondió que cómo era posible que yo trabajara en esa condición y cambió aún más su actitud”, acusa.
Detalla que Galicia Vázquez no tocaba sus cosas y limpiaba los lugares donde se sentaba.
También le cambiaron su turno sin previo aviso aún cuando ya estaba así en su contrato y la jornada que le imponían le hacía difícil ir por sus medicamentos.
Juliett relata que intentó hablar con su supervisor, José Luis Reyes, y con el gerente operativo, Jesús Pineda, pero minimizaron sus reclamos.
“Siempre me decían que era una exagerada o que era parte del reto laboral, aguantar la discriminación”, indica.
Justicia inexistente ante discriminación y acoso
Para que se detuviera el acoso laboral y la discriminación, la joven acudió el 2 de octubre ante el Copred.
Ese mismo día, la organización emitió el oficio COPRED/ CAyE/ATO-001465-2019, donde solo exhorta a la empresa revisar la actuación de su personal y le recomienda a Juliett que si el acoso laboral continuaba, acudiera a denunciarlo ante la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo de la capital.
La situación continuó hasta que el 24 de octubre se realizó una junta del personal donde la víctima pidió que se tocará el tema de lo que estaba sufriendo.
“Pedí a José Luis que si podíamos hablar, todavía me preguntó que si no prefería hacerlo en privado, respondí que no y expuse lo que pasaba, entonces mis compañeros me dijeron que era una mentirosa”, explica.
Al término de la reunión, la encargada de la farmacia de Tezonco la empujó.
Posteriormente, el 1 de noviembre le informaron a Juliett que Santiago Santoyo, dueño de la franquicia, tomó la decisión de despedirla.
Sin embargo, al acudir a una agencia le informaron que debía ir a la dirección del Centro de Investigación Victimológica y de Apoyo Operativo, pero ahí tampoco la atendieron y la remitieron otra vez al MP.
Fue en la Fiscalía Desconcentrada en Investigación en Cuauhtémoc CUH-8, donde pudo interponer la queja y se abrió la carpeta de investigación con folio CI-FCH/CUH-87UI-2S/ D14271/11-2019 por el delito de discriminación.
Sin embargo, la indagatoria no ha avanzado debido a que no había un especialista que le realizara una evaluación psicológica para determinar el daño infringido.
Hasta el 7 de enero volverá a dicha agencia para que le hagan el diagnóstico.
Por otra parte, en el tema laboral, Juliette y el abogado de la empresa, Francisco Villalpando, fueron el 14 de noviembre a la Procuraduría de la Defensa del Trabajo para conciliar el problema del despido injustificado.
Tampoco se resolvió el tema pues la empresa previamente le había prometido 25 mil pesos y una disculpa pública pero en el acuerdo de conformidad sólo decía que iban a ser 16 mil pesos de compensación.
“No pusieron nada de la disculpa, obviamente no firmé”, denuncia.
El 18 de diciembre, volvió a ir a Copred para entregar un nuevo expediente de las violaciones a sus derechos y exigir que se haga una investigación. En respuesta, la instancia le dio como fecha el 15 de enero para la primera audiencia del proceso.