División zeta pega a Nuevo León
La semana pasada, al menos tres mantas fueron colocadas en varios sectores de Ciudad Victoria, presuntamente firmadas por Los Zetas.
En las narcomantas, escritas a mano y con varios errores de ortografía, la “vieja guardia zeta” se deslindó del Cártel del Noreste (CDN) a quien acusaron de “estar matando gente”.
Jesús PadillaLa semana pasada, al menos tres mantas fueron colocadas en varios sectores de Ciudad Victoria, presuntamente firmadas por Los Zetas.
En las narcomantas, escritas a mano y con varios errores de ortografía, la “vieja guardia zeta” se deslindó del Cártel del Noreste (CDN) a quien acusaron de “estar matando gente”.
“Grupo Operativo Los Zetas: hace un llamado a todas las autoridades y en la cual nos deslindamos del CDN (Cártel del Noreste) el cuál es comandando por el Kiko Treviño y en Cd. Victoria por su subordinado de Alias El Boos, el cual está asesinando GENTE INOCENTE haciendo de Tamaulipas un caos.
“Cd. Mante, San Fernando y Norias es nuevamente territorio de la vieja escuela, no se equivoquen traidores solo venimos a reclamar…”, se leía en el mensaje.
Esta evidente fractura entre ambos grupos del crimen organizado podría generar una nueva ola de violencia en la Zona Metropolitana de Monterrey.
Pues esta división sería aprovechada por el Cártel de Golfo para apoderarse de municipios de Nuevo León que son controlados por Los Zetas.
Este año, el aumento de ejecuciones en la entidad se debió a la disputa del Cártel del Golfo con el Cártel del Noreste –antes Los Zetas– ahora con la fractura de estas dos organizaciones el panorama podría empeorar.
Esta división generaría una situación de violencia parecida a la que se vivió cuando Los Zetas rompieron con el Cártel del Golfo en 2010, la cual generó una ola de preocupación en poblaciones fronterizas de Tamaulipas y causó el cierre temporal de oficinas consulares de Estados Unidos en la ciudad de Reynosa.
Bares, los objetivos
Fuentes Federales consultadas por Reporte Indigo explicaron que cualquier división o reorganización de un cártel debe tomarse con mucha seriedad, pues la operación de la delincuencia organizada es muy volátil y todo puede suceder.
De acuerdo a cifras de la Procuraduría de Justicia del Estado de Nuevo León en enero de este año se registraron 48 homicidios, más que en el mismo periodo del año pasado.
Sin embargo, en febrero la violencia se extendió a lugares nocturnos y de acuerdo a fuentes extraoficiales, todo apunta que podría continuar los ataques a bares.
El pasado 13 de febrero, un grupo de hombres armados balearon el interior del bar Chimbombo, ubicado por la avenida Lincoln en la colonia Álvaro Obregón, al poniente de Monterrey.
Testigos declararon que seis sujetos encapuchados ingresaron al lugar, tras arribar en un vehículo Tsuru y se dirigieron directamente contra un hombre, a quien dispararon en varias ocasiones y luego se retiraron.
Al día siguiente, ocurrió otro ataque a un lugar público, esta vez en el municipio rural de China, Nuevo León. Ahí, tres personas originarias de Reynosa, Tamaulipas, fueron ejecutadas en un bar llamado “La Chamba”, que se ubica en la calle Emiliano Zapata, cerca de la Presidencia Municipal.
El líder del Noreste
La mantas colocadas este fin de semana en municipios de Tamaulipas revelan que el Cártel del Noreste (CDN) está manejado por familiares de Miguel Treviño Morales, El Z-40, detenido por elementos de la Marina en 2012 en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo.
De acuerdo al mensaje, Juan Francisco Treviño Chávez, sobrino de Z-40 es el líder de esta organización. “Kiko Treviño” habría sido detenido en 2012 en un centro comercial en Monterrey, Nuevo León.
Versiones extraoficiales policiales aseguran que este capo habría recuperado su libertad luego de que un compañero asumió toda la culpabilidad que se le imputaba.
Su padre, Juan Francisco Treviño Morales, alias “Kiko Ozuna”, es el mayor de la dinastía Treviño Morales.
Fuentes federales señalan que “Kiko Treviño” pretendía migrar de nombre de Los Zetas a Cártel del Noreste porque el primero estaba muy desgastado ante la población civil.
Una historia que se repite
En 1996, la captura del entonces líder del Cártel del Golfo, Juan García Abrego fue el principio de una era de violencia.
A su lugar llegó Osiel Cárdenas Guillén, un expolicía federal que tomó las riendas del Cártel del Golfo en 1998 y formó su brazo armado llamado Los Zetas, liderado por Arturo Guzmán Decena, El Z-1.
Este cártel comenzó a migrar a otros negocios, pero aún conservaba el tráfico de drogas a Estados Unidos.
En marzo de 2003, Cárdenas Guillén fue detenido, lo que originó que Los Zetas rompieran la relación con el Cártel del Golfo y comenzara la disputa encarnizada por la plaza de Tamaulipas, guerra que se extendió a Nuevo León.
El principio de Los Zetas es la tortura y la muerte antes de cualquier negociación con las autoridades. Sembrar el terror está en el ADN de la vieja guardia de esta organización, y las nuevas generaciones tienen el mismo sello.
Los ataques a la población civil en bares, casinos y restaurantes por cobro de piso y extorsiones a comerciantes son parte de su negocio.