La fiebre del fentanilo, la droga que encendió la alarma del gobierno estadounidense, ha comenzado a golpear al sector Salud de Jalisco con una serie de recientes robos de la sustancia de sus hospitales públicos, y de los que no existían antecedentes en al menos ocho años.
El fentanilo es el opioide que ha causado una “crisis” de sobredosis en Estados Unidos, y que ha arrebatado cientos de vidas tanto de norteamericanos comunes como de miembros de su comunidad artística, Prince y Philip Seymour Hoffman, entre estos.
Según la Administración para el Control de Drogas (DEA) de EU, los cárteles mexicanos están obteniendo el fentanilo para venderlo en aquel país mezclado con heroína, solo, o bien para la falsificación de medicamentos regulados.
Es llamativo que la alerta que lanzó aquel gobierno al detectar que el crimen organizado estaba explotando el fentanilo, coincide temporalmente con la sustracción clandestina de esa droga del stock del sector Salud de Jalisco, en específico, de los nosocomios del organismo del Hospital Civil de Guadalajara.
Ese ente está a cargo de dos instalaciones, el Antiguo Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, y el Nuevo Hospital Civil Juan I. Menchaca.
Según los archivos a los que dio acceso ese organismo, en el periodo de 2007 a 2014 no había tenido registro de un solo robo o pérdida de fentanilo de los hospitales que administra, tanto el Antiguo como el Nuevo Hospital Civil, pero esto cambió precisamente en 2015 y 2016.
En estos años las autoridades del Hospital Civil de Guadalajara dicen haber confirmado ocho robos de fentanilo como solución inyectable, en los que se habrían sustraído al menos 11 ámpulas con la preciada sustancia de los cárteles de la droga, y la cual es 40 veces más potente que la heroína.
En el Antiguo Hospital Civil Fray Antonio Alcalde es donde se está presentando principalmente esta sustracción clandestina de fentanilo: en 2015 se detectaron tres robos con al menos seis ámpulas de la sustancia tomadas.
Y durante el 2016 la problemática ha seguido con otros tres robos que involucran a tres ámpulas. Todos estos hechos, dice ese organismo operado por la Universidad de Guadalajara, fueron denunciados a la Fiscalía General de Eduardo Almaguer.
Mientras que en el Nuevo Hospital Civil se sabe de al menos otro par de robos de fentanilo, ocurridos el 24 de julio de 2015, con dos ampolletas de 10 mililitros; estos también fueron denunciados.
Oro opioide
El fentanilo está resultando de gran interés para el crimen organizado por múltiples razones, la principal, porque dada su alta potencia y bajo costo, le permite mezclarlo con la heroína que trafica a los EU, con lo que obtiene de esta mayores rendimientos sin amainar sus efectos.
Hoy los cárteles dependen de China para obtener el fentanilo, de donde lo importan ya sintetizado o solo sus precursores, y con los que también pueden producirlo ellos mismos en México, en laboratorios clandestinos.
Cuando lo usan para falsificar medicamentos como analgésicos “los traficantes pueden comprar normalmente un kilo de fentanilo en polvo por algunos miles de dólares a un proveedor chino, transformarlo en cientos de miles de píldoras y venderlas por millones de dólares en ganancia”, dijo la DEA.
Esa agencia, sin embargo, no ha abordado en sus reportes que la obtención de la sustancia también pudiera estarse dando a través de robos o desvíos del sector Salud público.
En Jalisco su Fiscalía no tiene registros de laboratorios para sintetizar fentanilo, sin embargo, su sector Salud es un comprador importante de la sustancia. Solo el Hospital Civil compró de 2007 a 2011 256 mil 329 paquetes de opioides por 3.3 millones de pesos (MDP); de fentanilo exclusivamente fueron 16 mil 64 paquetes por 463 mil 731 pesos.
Mina de opioides
Los años 2015 y 2016 no solo le trajeron al sector Salud de Jalisco la fiebre del fentanilo, también la de los opioides en general, es decir, las sustancias derivadas de la amapola o de origen sintético con efectos similares a la morfina, muy útiles para aliviar el dolor.
Gran parte del problema del abuso de drogas de prescripción en Estados Unidos está relacionado con los opioides. Por ejemplo, de los 6.5 millones de estadounidenses que abusan de medicamentos, considerando tranquilizantes, estimulantes y los analgésicos-opioides, estos últimos concentran a 4.3 millones de ese total.
La adicción de estos usuarios es satisfecha mayormente con el desvío y robo de esas medicinas del mercado legal de ese país, y que solo en 2014 ascendió a 10.7 millones de dosis de opioides de las que se perdió su rastro, según la DEA.
En mucho menor medida, pero ese mismo fenómeno podría estarse dando en el estado de Jalisco. Los registros del Hospital Civil de Guadalajara indican que el robo de opioides más allá del fentanilo, inexistente de 2007 a 2014, también ha comenzado a presentarse en últimas fechas.
El robo de opioides se concentra en el Antiguo Hospital Civil, donde se tiene registro de 11 robos: tres en 2015 con al menos ocho ámpulas sustraídas, y otros ocho robos en 2016 con 37 ámpulas más, todos de Buprenorfina y ya denunciados.
La Secretaría de Salud local (SSJ), por su parte, asegura que no tiene un solo antecedente de robo ni de fentanilo ni de opioides en general, según su director de Asuntos Jurídicos, Fernando Letipichía (oficio DAJ/DLDC/932/2016), y su contralora, Mayda Meléndrez:
“En esta Dirección de Contraloría Interna no se encuentra información alguna con respecto a medicamentos opiáceos y/o opioides que hayan sido reportados extraviados y/o robados del 2007 a la fecha”, es su oficio DCI/DQ-RIB/562/1040/2016.
Empero, en 2007-2016 compró 19 mil 262 paquetes de opioides, por 3.8 MDP; la SSJ descarta haber comprado fentanilo, a diferencia del Civil.
El misterio
No está claro, desde luego, cuál fue el destino del fentanilo y el resto de los opioides sustraídos de los Hospitales Civiles de Guadalajara, durante 2015 y 2016, y por tanto, si fueron hurtos aislados o si hay algo detrás de mayor complejidad.
Sin embargo, los Centros de Integración Juvenil (CIJ) cuentan con un dato de 2015 que podría estar vinculado con lo ocurrido. Según su especialista en drogas y coordinador regional Centro Occidente, Enrique Aceves, en Jalisco existen dos antecedentes de adictos al fentanilo, uno de 2015, otro de 2016.
El de 2016 es de un usuario de la zona de La Nogalera, en Guadalajara, que el CIJ atiende con tratamiento ambulatorio, pero el de 2015 tiene esta particularidad:
“Era un médico que nos mandaron del Hospital Civil de Guadalajara, su zona de residencia no la tengo en este momento, nada más que laboraba en el Hospital Civil”, dijo a Reporte Indigo en agosto pasado.
Según el especialista, el personal médico que maneja opioides como el fentanilo puede caer en su uso y adicción.
“El problema con quien tienen mucho contacto con anestesias, opioides, morfina -otro muy fuerte-, y que se encuentra mucho en el ámbito hospitalario para el control del dolor, es que tienen esa facilidad de acceder a ese tipo de medicamentos y en un momento dado auto-aplicárselos, o incluso llegar a ser abusadores, que son los casos que nosotros hemos atendido”.
“O han sido médicos que son anestesiólogos y que fueron detectados en su trabajo y nos los canalizan para acá o también incluso pueden ser enfermeras, o camilleros, que trabajan ahí”, concluye.
La fiebre fentanilo
La fiebre del fentanilo, la droga que encendió la alarma del gobierno estadounidense, ha comenzado a golpear al sector Salud de Jalisco con una serie de recientes robos de la sustancia de sus hospitales públicos, y de los que no existían antecedentes en al menos ocho años.
El fentanilo es el opioide que ha causado una “crisis”