Generalmente viajan en jets privados. Trabajan en oficinas de súper lujo. Se les paga una fortuna.
Sin embargo, todos los días permiten que haya un asalto a la empresa por más de 2 millones de dólares.
Es decir 9 millones 125 mil barriles robados al año, lo que en pesos mexicanos equivale a más de 10 mil millones de pesos anuales.
Si esos altos ejecutivos trabajaran en una empresa privada seguramente hace tiempo que los dueños los hubieran despedido -empezando por el director general Juan José Suárez Coppel– sino es que además hasta los hubieran denunciado penalmente.
Pero no. A ellos no les va pasar nada de eso. Y es que ellos son altísimos funcionarios de Pemex.
Las cifras del robo no son especulaciones. Son datos oficiales. Los dio a conocer esta semana Miguel Tame Domínguez, director de Pemex Refinación.
Pero más aún, los importes de esta gran estafa son “normales” para los funcionarios de la paraestatal. Tanto, que hasta forman parte de sus pronósticos y presupuestos.
Pemex es hoy una zona abierta para el atraco. Representa la institucionalización de la irregularidad.
‘Un robo inadmisible’
Por fortuna, no todos piensan como Tame, ni hacen cálculos ni promedios de lo que será robado, en lugar de prevenirlo.
Octavio Aguilar, quien se desempeñó como director corporativo de Administración de Pemex, opina que “no debería aceptarse que se perdiera ni un litro”.
Pemex es una de las 10 compañías más grandes en materia petrolera, explica Aguilar Valenzuela. “Me parece inadmisible, sobre todo porque se gastan miles de millones al año en Petróleos Mexicanos para salvaguardar la seguridad y garantizar que esto no suceda”.
–¿Esto habla de una corrupción tolerada desde las más altas esferas de Pemex? Donde hay mafias que se protegen unas a otras y cobijan estos robos –le preguntamos.
“O habla de una brutal incapacidad para hacer el trabajo”, responde Aguilar.
“Quisiera no pensar que están involucrados en el fraude, pero me parece que es intolerable que se acepte, que se diga que es parte del problema. No es parte del problema. No debe suceder. Si se gastan un montón de dinero en evitarlo, no pueden decir que es normal”.
Además, dice el experto, el fenómeno del saqueo de crudo ha venido aumentando, no disminuyendo, como se esperaría.
“En vez de que haya menos robo de hidrocarburos y fugas, en los últimos años se ha hablado de que se ha incrementado el robo y las fugas, lo cual tiene que ver con que el precio ha aumentado”, apunta.
“Eso hace más apetitoso robar, sobre todo si encuentras mercados secundarios”.
Porque, añade el otrora funcionario de Pemex, no es que se roben solo el crudo, sino las gasolinas, gasolinas refinadas y diesel. Pero si solo fuera robo de crudo, aún sería peor, dice, porque eso representaría que los ladrones tienen capacidad para refinarlo.
“No cualquier refinería lo puede hacer, porque son combustibles muy pesados. Se requiere mucha tecnología. No se pueden refinar en cualquier lugar”.
–Pero, este robo de los 25 mil barriles de crudo diarios… puede hacerse de forma que no se den cuenta las autoridades de Pemex… ¿es esto posible? –se le pregunta.
–No, no hay manera. Tiene que haber gente involucrada. Si eso está sucediendo es porque no se están teniendo los controles. No es creíble que lo acepten y digan que es parte del proceso. Están haciendo mal su trabajo. Que digan entonces que son unos incapaces. No es posible que se admita y no se haga nada.
–Y en esto tiene que ver la cabeza, que es Suárez Coppel. ¿O no?
–Tienen que ver todos, por supuesto. En cualquier lugar del mundo el que se equivoca, el que hace mal las cosas, es el que da la cara –señala Aguilar.
¿Aviones no tripulados?
Según declaraciones de Guillermo García Reynaga, gerente de Calidad, Seguridad, Salud y Protección Ambiental de Pemex Petroquímica, la paraestatal invirtió en los últimos tres años “mil 200 millones de pesos”, para blindar sus instalaciones ante la inseguridad.
De esta forma quedarían protegidos sus siete complejos petroquímicos y líneas de suministro en Veracruz Hidalgo y Puebla, ante, incluso, “atentados terroristas o del crimen organizado”, aseguró el funcionario.
La inversión se destinaría para incrementar la seguridad con “sistemas de circuito cerrado y vigilancia con aviones no tripulados”, además de erigir bardas perimetrales.
¿Entonces por qué continúa la ordeña de Pemex en todos los niveles?
Expo Pemex: outlet para el mejor postor
Los días 30 y 31 de julio, y 1 de agosto, se realizó en el Centro Banamex, Ciudad de México, la “Expo Pemex 2012”. La misión de este espacio, según explica la propia paraestatal, es la siguiente:
“Reunir en un evento a las entidades involucradas en el desarrollo productivo de Pemex, con empresas nacionales y extranjeras a fin de difundir los logros alcanzados, así como facilitar el acercamiento y la integración entre ambos”.
Para quienes conocen al grupo de consejeros que administra Pemex, la intención es otra: allanarle el camino a Enrique Peña Nieto para vincularse con empresas estadounidenses y seguir haciendo grandes negocios.
Tal sería el plan que Juan José Suárez Coppel, director general de Petróleos Mexicanos, opera en combinación con el equipo de avanzada de Peña Nieto para garantizarse impunidad al ponerse a las órdenes del nuevo presidente.
El mexiquense, por cierto, nunca ha negado sus intenciones de corte neoliberal para con Pemex.
Durante su participación en la séptima edición del Foro Económico Mundial versión América Latina, celebrado en Puerto Vallarta el 18 de abril pasado, Peña Nieto manifestó su urgencia por abrir a la inversión privada a Pemex, venciendo los obstáculos que fueran.
El mexiquense declaró textualmente:
“Me he propuesto impulsar reformas en el país que permitan la participación del sector privado en México. Creo que México ha perdido tiempo y tienen que despartidizar la decisión que se tome en materia energética precisamente para favorecer la participación del sector privado, tanto en exploración, explotación, y refinación, lo cual permitiría que Pemex, la empresa de todos los mexicanos, tuviera mayor productividad”.
Es decir, no solo dejó en claro que será una prioridad durante su gobierno la inversión privada en Pemex, y que ésta no encontrará limitaciones e incidirá en todas las áreas, sino que operará las reformas necesarias para lograrlo.
¿Qué tipo de reformas se requieren? Reformas constitucionales.
De la necesidad de impulsarlas habló Luis Videgaray ante la prensa norteamericana el 27 de abril pasado, concretameznte al Wall Street Journal, cuyo público no puede ser más adecuado para atraer inversión a la paraestatal.
El brazo derecho y operador plenipotenciario de Peña Nieto, aseguró que Pemex debe estar abierto para que la iniciativa privada invierta en exploración, producción y refinación del petróleo.
“Para nosotros, ha llegado la hora de deshacernos de camisas de fuerza ideológicas”, confesó Videgaray ante ese medio norteamericano, aludiendo a la visión nacionalista del PRI, su partido, que históricamente ha visto con malos ojos el permitir la inversión en una empresa del Estado.
Pero acaso algo que olvidan Peña Nieto y su operador estrella Videgaray, es que en los propios estatutos del PRI se estipula la prohibición de apoyar la inversión privada tanto en Pemex como en la CFE.
Mecanismos criminales
Para el senador Juan Bueno Torio, en el gran atraco cotidiano a Pemex, los criminales siguen ganando la batalla.
“En Pemex se sufren las consecuencias de enfrentar organizaciones que están atacando las instalaciones, los ductos donde se transporta la mercancía”, comenta en entrevista.
“Ése es un esfuerzo que se ha venido realizando desde hace ya muchos años. Se ha ido modernizando los sistemas de control, de cambio de transferencia del producto de un área a otra.Pero siempre las organizaciones delictivas encuentran mecanismos adicionales para seguir saqueando el producto de las instalaciones. Por eso ese proceso no termina y siempre se está combatiendo”.
Entrevistado, el senador Rubén Camarillo se muestra opuesto al perfil del director general de Pemex.
–Suárez Coppel está envuelto en corrupción. Está buscando protegerse por haber encubierto a tanta gente. ¿o no? –le pregunto.
–Me tocó tratar poco a Suárez Coppel, pese a ser el secretario de la Comisión de Energía. Se necesita más que un financiero como él, para darle empuje a Pemex –responde.
Y sigue:
“Lo dije desde su nombramiento. Me parecía que iba más bien a administrar el tema de la situación financiera, más que darle un empuje para una empresa de esa envergadura. Pero no tengo elementos que puedan probar la corrupción en su administración. Eso le corresponde a la Secretaría de la Función Pública”.
Para el maestro en Ciencias Políticas de la Universidad de Barcelona, Jorge Miguel Ramírez, experto en geopolítica, los consejeros de Pemex actúan como propietarios de la paraestatal, como accionistas privados.
“Suárez Coppel fue el vehículo por medio del cual se instauró este sistema de consejeros profesionales”, dice. Eso tuvo una parte positiva porque se trataba de evitar que llegaran al consejo personas bajo componendas corporativas.
“Pero a estas fechas el consejo avala decisiones que excluyen cualquier castigo o sanción de los directivos de Pemex, pues con el aval del consejo quedan cubiertos”.
Y añade: “Nadie los supervisa, y eso es contrario a las leyes democráticas. Los consejeros se erigen en los propietarios del negocio más grande de México y que suma muchos miles de millones de dólares”.
EL PAN NO COINCIDE CON ESA APERTURA
El senador panista Juan Bueno Torio le recomienda a Enrique Peña Nieto que, antes que prometer inversiones en Pemex, se ponga a trabajar en el seno de su partido.
En entrevista, Bueno Torio se dice “sorprendido” por la realización de la Expo Pemex.
Él hubiera preferido que se llevara a cabo cuando se tejieron las reformas energéticas en 2008.
Que se esté, en cambio, haciendo hoy tal Expo, es porque se persigue el fin de captar la atención de los inversionistas que llegarán con sus capitales a partir del 1 de diciembre próximo, reconoce el veracruzano.
Juan Bueno señala que el PAN “no coincide” con que Pemex deba abrirse a la inversión privada.
“Lo que planteamos es que la energía debe abrirse a la inversión privada, y que Pemex pueda seguir siendo un organismo del Estado mexicano, para que compita con otras empresas que se puedan instalar, en petroquímica, transporte, almacenamiento”.
Por tanto, dice el legislador, se debe mantener como propiedad exclusiva de la Nación el petróleo crudo, los productos del subsuelo.
“Eso no se vende, no se compromete, ni se entrega a cambio de proyectos”.
–¿Está en PAN de acuerdo con el modelo de crecimiento de la empresa brasileña Petrobras? –se le pregunta.
–Sí, siempre que otros privados puedan entrar a México a hacer lo mismo que Pemex, excepto la explotación y producción de crudo.
Vamos también por la apertura en gas no asociado, y en el shale gas, para promover y detonar cadenas productivas de etano y metano.
Sin embargo, dice el senador Bueno, Peña Nieto está retomando las mismas propuestas de una “total apertura” de Pemex que hizo en 2003 y 2005 Vicente Fox, y en 2008 Felipe Calderón. Propuestas que no fueron aceptadas en esos momentos ni por el PRI ni por el PAN.
Compromiso con EU
Atrás de la postura aperturista de Peña Nieto, sin embargo, podría no tener que ver nada el deseo de retomar las políticas antes planteadas por Fox o Calderón, sino un compromiso no tan secreto con los Estados Unidos, para entregar petróleo a cambio de apoyo político en su campaña a la presidencia.
El marco jurídico perfecto para esta entrega subterránea del hidrocarburo es, sin duda, el acuerdo entre México y Estados Unidos, ratificado el pasado 20 de febrero por el Senado de la República.
El tratado permitiría la exploración y explotación de los yacimientos transfronterizos de hidrocarburos, evitando el “efecto popote”.
¿DÓNDE ESTÁN LOS BARRILES?
Por Roberta Carrillo
“El robo de combustible es tan grande que en algún lugar se debe de vender”, dijo Miguel Tame Domínguez, director de Pemex Refinación hace algunos días en la Expo Foro Pemex.
La declaración de este alto directivo de la paraestatal es preocupante y genera muchas dudas al respecto.
¿Quién compra el crudo robado?, ¿cómo procesan, distribuyen y refinan el petróleo?
La respuesta no es sencilla, sin embargo hay claves que pueden ayudar a entender este fraude sistémico.
El 29 de mayo de 2011 fueron demandadas por Pemex las petroleras norteamericanas Big Star Gathering LTD, F&M Transportation Inc., Western Refining Company LP, Joplin Energy LLC, Superior Crude Gathering Inc., Plains All-American, TransMontaigne Partners LP, SemCrude LP, y Saint James Oil Inc.
La paraestatal les exigió subsanar con 300 millones de dólares el daño causado a Pemex por comprar barriles de crudo robado durante los años anteriores.
También fueron incluídos en la demanda dos ciudadanos americanos.
Aún no se da a conocer a quién o a quiénes podrían haberle estado comprando la materia prima. Sin embargo, de este lado de la frontera hay grupos que ya tienen perfectamente calculada una forma sistemática de robo de combustible.
Y es que tras la extracción de Petróleo en Burgos, al sur de la frontera, los cárteles aprovechan que de ahí se transporta el crudo a Reynosa por medio de pipas y ductos.
Y es precisamente en esa zona donde se habla de un grupo conocido como “La Maña”, la cual cuenta con una red de robo de petróleo, gasolina y demás materias combustibles con utilidad energética.
Al parecer “La Maña” intercepta las pipas y desvía de los ductos el material.
Esa agrupación tendría cerca de la frontera contenedores industriales donde almacenan los combustibles.
Ahí es a donde llegan las pipas provenientes de Estados Unidos para comprar el material.
El petroleo crudo es cruzado por la frontera con documentación falsa o diciendo que es éter de petróleo.
Donald Schroeder, presidente de Trammo Petroleum, y Arnaldo Maldonado, dueño de Ygriega Energy Corporation, se declararon culpables de recibir y vender bienes robados ante la corte americana. También las grandes empresas mencionadas han aceptado haber comprado el crudo ilícito, aunque no mencionan que lo compran a “La Maña”.
El actual precio del petróleo es un incentivo para las empresas norteamericanas de buscar una ganancia de mayor margen comprando más barato el crudo robado.