Desde el 31 de julio de 2011, cuando Brenda Damaris desapareció, su madre Juana Solís Vargas no ha tenido tiempo de sentarse a llorar.
El cúmulo de irregularidades tanto en la investigación como en la entrega de restos y la indolencia del Estado para proporcionar certezas de lo que pasó con su hija no la han dejado.
Apenas la semana pasada, luego de un largo calvario para comprobar que los 166 fragmentos de huesos que la Procuraduría del Estado de Nuevo León le entregó en 2012 sí eran de Damaris, Juana se topó de nuevo con pared.
Fuerzas Unidas por nuestros Desaparecidos/as en Nuevo León (FundeNL) informó que, debido a los datos falsos contenidos en el acta de defunción de Brenda Damaris Gonzáles Solís, la familia no podría recuperar los restos para darles sepultura.
“El acta de defunción se la dio el Registro Civil, sin embargo tiene dos errores: uno, dice que Brenda murió en su domicilio, lo cual no es cierto; y otro más grave aún, uno de los supuestos testigos de la muerte es una mujer a quien determinan como ‘padre’ en el parentesco”, relató Leticia Hidalgo, integrante de FundeNL a Animal Político.
En un comunicado, el organismo indicó le solicitaron al agente del Ministerio Público, de la Agencia de Homicidios número 1, Rubén Aguilar, la entrega inmediata del cuerpo, sin éxito.
También pidieron el apoyo de la Comisión Estatal de Atención a Víctimas CEAV NL, sin embargo, la titular de esta dependencia, Aixa Alvarado, les indicó que eso no se puede hacer hasta que el acta de defunción sea corregida.
Eso puede tardar hasta tres meses. Tres meses durante los cuales los restos de Damaris permanecerán en custodia del Servicio Médico Forense de Nuevo León.
“Hemos encontrado a Damaris pero aún no se ha obtenido justicia, el siguiente paso será que la Procuraduría debe esclarecer el asesinato, definiendo el grado de participación de los elementos de Tránsito Municipal de Santa Catarina y obteniendo sentencias condenatorias para todos los involucrados”, declaró el FundeNL.
Además, exigieron al gobierno de Nuevo León integrar a la familia González Solís al registro estatal de víctimas de manera inmediata para que pueda acceder a las medidas de reparación del daño y a la preservación de la memoria a que tienen derecho.
Juana aún no puede sentarse a llorar.
Las fallas
> Mal manejo de la escena y recuperación de la evidencia: la recuperación de los restos humanos en el lugar del hallazgo, fue realizada sin seguir los protocolos de preservación, fueron mezclados con los de una segunda persona, entregándose de forma incompleta.
> Notificación no oficial de la localización de los restos: No fue una autoridad de procuración de justicia la que notificó a la familia sino una organización de la sociedad civil.
> Entrega de restos de manera indigna: los restos fueron entregados a la familia en una bolsa de plástico negra y no en un ataúd.
>Intento de obligar a la familia a cremar los restos: El personal del Servicio Médico Forense le exigió a la familia que fueran incinerados los restos inmediatamente después de ser entregados sin ningún sustento técnico aparente.
> Las pruebas genéticas entregadas por la Procuraduría son poco claras.
> Información errónea en el certificado de defunción: La autoridad que emitió el certificado de defunción de Brenda Damaris González Solís colocó información falsa al redactar que “murió en su domicilio”.
El viacrucis
31 de julio, 2011
Tras sufrir un percance vial en el municipio de Santa Catarina, Nuevo León, Brenda Damaris se comunicó con su familia para informarles lo sucedido.
Les dijo que estaba llegando una patrulla de Tránsito de la Policía Municipal y cortó la llamada.
1 de agosto, 2011
El vehículo en el que transitaba Brenda Damaris fue encontrado por la carretera Monterrey-Saltillo fuera de la cinta asfáltica y con 5 impactos de bala. Ya no se supo más de ella.
4 de octubre, 2012
La familia de Brenda Damaris acudió al paraje La Huasteca, en Santa Catarina, ante la información de que había sido hallada una fosa con cuerpos humanos. En ese lugar elementos del Ejército Mexicano amenazaron con detenerlos.
17 de octubre, 2012
La Procuraduría de Justicia de Nuevo León notifica a Juana Solís Barrios, madre de Brenda Damaris, del hallazgo de restos humanos. Le aseguraron que correspondían a su hija.
Le entregaron dos bolsas negras con los 116 huesos. En el interior, había dos cráneos humanos; uno de ellos, masculino.
31 de julio, 2013
A dos años de la desaparición de Brenda Dámaris, sus familiares y los integrantes del colectivo FundeNL elevaron una petición al Gobierno Estatal y la Procuraduría para acceder a este segundo examen de ADN.
26 agosto, 2013
A casi 11 meses de haber recibido los restos de quien presuntamente es su hija, Juana Solís Barrios recibió la autorización por parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado para hacer un segundo cotejo de ADN.
10 de septiembre, 2014
Equipo Peruano de Antropología Forense realizó una exhumación en el panteón del municipio de García para verificar la identidad del supuesto cadáver de Brenda Damaris González Solís. Enviaron la muestra al Laboratorio Bode Technology en Washington.
Fue el primer caso de su tipo registrado en México en el que un equipo independiente realiza una exhumación.
16 de febrero, 2015
En la primera entrega de resultados de prueba genética hecha por peritos independientes en un caso de desaparición en Nuevo León se corroboró que los restos humanos encontrados en un paraje de La Huasteca, en Santa Catarina, son de Brenda Damaris González Solís.