Todos en Monterrey se preguntan cuál es la repercusión de la muerte del capo. Hay tres factores que ya prendieron la alerta roja de las autoridades de Nuevo León.
Primero, los pleitos potenciales dentro de la organización, porque hay versiones de una traición de parte de Miguel Ángel Treviño Morales “Z-40”, quien habría revelado a la Marina que había gente armada en el parque de béisbol de Progreso, Coahuila.
Segundo, que esas peleas dentro de Los Zetas producen quiebres en la cadena de mandos y cada célula se pone a delinquir por su propia cuenta, incrementando los asaltos y los secuestros.
Tercero, que además de vivir ya desde hace dos años una guerra entre el Cártel del Golfo y Los Zetas en Monterrey, ahora ya están en la ciudad grupos de Los Caballeros Templarios, antes
Familia Michoacana, para pelear contra los de la letra.
Estos tres factores representan un campo minado para los regiomontanos.
Un coctel de factores que pueden ocasionar un incremento en las ejecuciones entre los mismos Zetas y también entre los tres grupos antagónicos que tienen presencia en la ciudad.
En cuanto a la potencial lucha interna entre Zetas, un informante indica que en estos momentos hay peligro de luchas intestinas.
Y ejemplifica, dice que hoy si algún integrante de esa agrupación se atreve a llamar “traidor” a Treviño Morales “Z-40”, corre el riesgo de ser ejecutado por otro miembro de la organización que sí le es fiel a su líder.
Pero hay gente que así piensa, que sí ocurrió una traición.
Esta división interna de Los Zetas parecía apagada con la aprehensión de Iván Velázquez Caballero alias “El Talibán” o “Z-50”, detenido el 26 de septiembre en San Luis Potosí.
Sin embargo, con la muerte de “El Lazca” hay versiones de que la división repuntó.
Y es que si ya había grupos de Zetas, liderados precisamente por “El Talibán” y que señalaban a Treviño Morales “Z-40” como un traidor que entregó a varios mandos de ese grupo delictivo, ahora esa premisa vuelve a cobrar importancia.
Son versiones que cuestionan cómo una patrulla de la Marina se acercó al parque de Béisbol de Progreso, Coahuila, sin que alguien, algún “halcón”, diera aviso a “El Lazca” que los marinos se acercaban al lugar donde se encontraba.
Versión que asegura alguien llamó a la Semar para avisar de gente armada en el parque, un campo que apenas es un baldío con marcas de cal.
No es posible creer que en Coahuila, donde también suele ubicarse Treviño Morales “Z-40”, no hubiera ‘halcones’ alertando a los capos sobre los movimientos de la Marina.
Pero si esos vigías no estaban en sus puestos porque alguien los envió a otro lugar, entonces la patrulla de la Marina que fue alertada de que había gente extraña en el parque podía pasar desapercibida hasta llegar al campo de béisbol.
Hasta en la colonia Independencia en Monterrey hay “halcones” que dan cuenta de quién entra y sale de ese barrio a través de radios y teléfonos móviles.
Más difícil entonces es creer que en el estado que frecuentan las dos cabezas más importantes de Los Zetas no haya quien vigile y avise de los movimientos de las autoridades.
Estas dudas, estos cuestionamientos que incluso fueron publicados en blogs al otro día de “fuertes indicios” de la muerte de “El Lazca”, reviven la división interna en ese grupo delictivo.
Diferencias que pueden elevar las ejecuciones y los pleitos entre células asentadas en Monterrey, uno de os bastiones de Los Zetas a nivel nacional.
La división fue documentada desde hace un año, en octubre de 2011, cuando Reporte Indigo publicó cómo Velázquez Caballero acusaba de traidor al “Z-40” a través de mantas y de un video que subió a You Tube una célula a su mando.
Incluso, culpaba a Treviño Morales de las detenciones de varios de sus compañeros.
Consideraba que el segundo en la cadena de mando de Los Zetas traicionó a Efraín Teodoro Torres “El Z-14”, asesinado en 2007, en Veracruz.
“El Z-14” era emblemático para la organización porque era uno de los 14 miembros originales de Los Zetas cuando Osiel Cárdenas Guillen creó ese brazo armado del Cártel del Golfo.
Pero además, Velázquez Caballero acusaba a Treviño Morales de haber delatado a otros mandos de Los Zetas, como Jaime González Durán, “El Hummer”, en noviembre de 2008, y a Enrique Rejón Aguilar, “El Mamito”, en agosto de 2011.
Y esa versión de la traición creció con la muerte de “El Lazca” a manos de la Marina, porque casualmente esta autoridad es la misma que en un mes ha limpiado el camino para Treviño Morales “Z-40”.
La Marina ha detenido a los dos cabezas de EL Golfo que eran enemigos de “Z-40”, pero también a otros dos Zetas que hacían sombra el cadena de mando de ese grupo.
La primera aprehensión de esa cadena de la Marina fue el 4 de septiembre, cuando detuvo a Mario Cárdenas Guillén alias “El Gordo”, hermano de Osiel.
A los ocho días de esa detención, el 12 de septiembre, la misma Marina detuvo a Jorge Eduardo Costilla Sánchez “El Coss”, el líder de las operaciones de El Cártel del Golfo y quien fue siempre el brazo derecho de Osiel en el pasado.
Pero luego la Marina detuvo a dos y mató a otro, los tres Zetas.Estos personajes eran la única barrera entre Treviño Morales y el máximo liderazgo dentro de la agrupación delincuencial.
El 26 de septiembre fue cuando la Marina detuvo Velázquez Caballero “El Talibán”, cabecilla en San Luis Potosí y en Zacatecas.
Era el principal opositor a “Z-40”.
Luego, el 6 de octubre la Marina detuvo a Salvador Alfonso Martínez Escobedo alias “La Ardilla”.
Hombre de confianza de “El Lazca”, a tal grado que en El Blog del Narco Heriberto Lazcano aparece en fotografías captadas durante la boda de “La Ardilla”.
Y al día siguiente, el 7 de octubre, la Marina abatió a “El Lazca” muy cerca del parque de béisbol de Progreso, Coahuila.
Un mes y tres días exactamente, para que la Semar limpiara el camino al liderazgo de “Z-40”.
Estas dudas, esta división al interior, podrían provocar que entonces la cadena de mandos de Los Zetas tenga quiebres.
Rompimientos que producen una desorganización que llevará a un caos.
Porque las células sin un mando claro van a tratar de sobrevivir delinquiendo, buscando por su propia cuenta obtener dinero ilícito.
Caos al que se suma el llamado de Servando Gómez “La Tuta”, líder de Los Caballeros Templarios, para luchar contra “Z-40”.
Organización michoacana que ya tiene presencia en esta ciudad y que incluso anunciaron a través de mantas colocadas en diversos puntos de Nuevo León.
Es decir que, además de la guerra que ya existe desde hace dos años entre el Cártel del Golfo y Los Zetas, ahora llegan los Caballeros Templarios.
Una guerra en Monterrey que parece sumar a más células y organizaciones cada vez, que en lugar de disminuir va en aumento.
Literalmente, “La Tuta” dijo en un video que publicó en el Blog del Narco desde el 22 de agosto: “Hacemos un llamado a todos los grupos que existen en la República Mexicana, grupos que en los medios de comunicación, ya sea en la televisión o en la radio, los llaman delincuentes por ciertos motivos.
“Y también a todos aquellos grupos que están legalmente constituidos como organizaciones civiles, para que nos unamos y hagamos un frente común para luchar en contra de Los Zetas, especialmente contra “Z-40”, Miguel Ángel Treviño Morales.
“Ya que esta persona, que con su desmedida ambición a propiciado tanto terror y tanta descomposición social en nuestro país, en nuestro México, es el primordial causante de todo lo que está sucediendo en México: robos, secuestros, extorsiones y todo lo que conlleva a ese tipo de acciones.
“Se le está invitando a todos esos grupos, llámense del Golfo, los de Sinaloa, los de Jalisco, donde quiera que existan, inclusive tantos grupos que hay en Guerrero, tantas organizaciones, pueden llamarles delictivos o también organizaciones bien fundamentadas en la legalidad, a que hagamos un frente común para atacar al “Z-40” y acabar con él, atacar a Miguel Ángel Treviño Morales…”.
Así que la muerte de Heriberto Lazcan “El Lazca”, puede desencadenar una tragedia en Monterrey por las dudas y pleitos internos entre Zetas, por el rompimiento de cadenas de mando y por el factor de Los Caballeros Templarios sumándose a esta guerra.