El coctel Molotov
A un mes de las elecciones. Una semana antes del segundo y último debate presidencial. Un día después del repunte de AMLO en las preferencias y cuando jóvenes universitarios se organizan para rechazar la manipulación y opacidad del sistema… justo entonces cae un Coctel Molotov.
De la mano de las protestas juveniles, llega “Gimme the Power”, un rockumental de 101 minutos, contado con ironía y humor negro, que se estrena hoy en 60 salas del Distrito Federal y su área metropolitana.
Stephania Corpi
A un mes de las elecciones. Una semana antes del segundo y último debate presidencial. Un día después del repunte de AMLO en las preferencias y cuando jóvenes universitarios se organizan para rechazar la manipulación y opacidad del sistema… justo entonces cae un Coctel Molotov.
De la mano de las protestas juveniles, llega “Gimme the Power”, un rockumental de 101 minutos, contado con ironía y humor negro, que se estrena hoy en 60 salas del Distrito Federal y su área metropolitana.
Olallo Rubio, ex locutor y director del filme, no solo cuenta la historia de la banda. También revisa incómodos episodios del pasado político del país que bien podrían explicar la oleada de manifestaciones de descontento de los jóvenes contra un sistema que coarta la libertad de expresión y fabrica candidatos.
El sueño de Olallo era contar la historia de Molotov. Y para reflejar la esencia del polémico grupo, optó por ilustrar el contexto social y económico en el que nació y se desarrolló la agrupación.
Molotov nace en 1995 en un país abatido por crímenes políticos como el de Francisco Ruiz Massieu y el del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. En un país en crisis por el “error de diciembre” tras el polémico sexenio de Carlos Salinas de Gortari. En un país que despertó un día con la noticia del levantamiento del EZLN en Chiapas.
En ese contexto, los mexicanos Miky Huidobro, Tito Fuentes y Paco Ayala, y el gringo Randy Ebright hacen causa común en Molotov, que, en efecto, fue como una bomba que explotó con su música en un país sacudido por tragedias.
“Nos tocó ser clase media en picada. Como decía Villoro, no éramos una clase acomodada, sino que estábamos favorecidos económicamente”, confiesa Miky.
Rock & contrapropaganda
En “Gimme the Power”, Olallo Rubio hace una revisión de los episodios políticos y sociales más dramáticos de la historia moderna de México.
“México es un país que no se ha documentado como debería. Además, los medios masivos se encargan de omitir esos episodios. Dicen que México no tiene memoria histórica, y creo que los medios contribuyen a esto”, dice el director.
Afirma que su documental sirve para “revalorar a Molotov y recordar lo que pasó con ellos en 1997, y recordar el fenómeno en el que se convirtieron”.
A diferencia de tantos documentales oficialistas, “Gimme the Power” es una película de contrapropaganda.
Es distinto de la serie de televisión “México Siglo XX”, “donde presentan a Ernesto Zedillo como el artífice de la democracia porque, claro, se hizo durante ese sexenio,” explica Rubio.
“Con Salinas de Gortari prácticamente no se han metido los medios (en) los últimos nueve años. Lo han tratado con pincitas”, agrega.
La obra de Rubio muestra una perspectiva histórica crítica desde el punto de vista rebelde y transgresor del rock. No queda títere con cabeza. Igual dice verdades del PRI y del PAN, que del PRD.
Olallo califica el sexenio de Vicente Fox como “una trampa”. Una que hizo creer que existía la libertad de expresión.
Considera que los medios ahora son más tolerantes con “el lenguaje soez y vulgar”, como lo denomina la Ley Federal de Radio y Televisión.
“Poder decir groserías en la televisión, ¿eso es libertad de expresión? ¿En serio?”, cuestiona Rubio en tono sarcástico.
Además, los espacios y medios masivos para ejercer esa libertad se han ido cerrando paulatinamente.
“Tal es el caso de Radioactivo. Una estación crítica, irreverente, y a veces agresiva con la autoridad, y terminaron por cerrarlo”, dice Rubio, quien trabajó durante 10 años en la radiodifusora.
17 años de historia
En 2003, Olallo Rubio vio por segunda vez a Molotov en España. Fue entonces cuando surgió la idea de hacer un documental sobre la evolución de la banda a partir de 1997, cuando lanzó su primer disco.
“No se los propuse en ese momento porque sentía que no tenía la experiencia suficiente”, explica el realizador.
Pero se aferró a la idea porque además de ser un ferviente admirador del contestatario grupo, quería que Molotov contara su propia historia desde otro ángulo.
“El pez no puede verse a sí mismo desde afuera de la pecera, y quería que ellos estuvieran conscientes de lo que les pasó desde una perspectiva histórica y política”, señala el director del documental.
En entrevista con Reporte Indigo, Miky confiesa: “Es impresionante ver en la pantalla grande que cuenten la historia de tu proyecto”.
Tito añade que es increíble la sensación de recordar los momentos que ha vivido la banda.
“Nos gustó mucho cómo la narra porque tiene sentido y congruencia el magniloquio de Olallo”, dice el vocalista.
Quién mejor que Olallo para contar su historia, pensaron los integrantes del grupo de rock que marcó un parteaguas en México.
Y a Olallo siempre le fascinó la forma en que la banda partía de estímulos adolescentes, no de una conciencia política.
“Tito no es como Tom Morello de Rage Against the Machine, que es egresado de Ciencias Políticas de Harvard”, agrega.
Molotov era sólo un grupo de chavos inconformes que se expresaban a través de su música.
Con este documental, tanto Molotov como Olallo quieren provocar una reacción en un adolescente de 13 ó 14 años. “(…) que tome una guitarra y haga música desafiando a la autoridad, sea la que sea”.
“Sentimos que hay una sequía de ese tipo de música. No todo tiene que ser de protesta, pero creo que sí hay mucha apatía y evasión en los grupos de rock”, explica Rubio.
El documental también le da una “refrescadita” a la memoria de quienes fueron jóvenes en los tiempos de Gustavo Díaz Ordaz, de José López Portillo o de Carlos Salinas.
Y para los que ni siquiera habían nacido, “que conozcan muchos episodios de la historia de México, pero con imágenes. No es lo mismo que te cuenten una historia, a que te presenten todas las imágenes”, dice el cineasta.
Y es que, si no lo recordamos constantemente, terminamos por olvidarlo.
Se deslinda de #YoSoy132
El martes pasado, el movimiento #YoSoy132 emitió un comunicado de prensa para anunciar que el himno oficial del movimiento era “Gimme the Power”, canción emblemática de Molotov que da nombre al documental.
Pero a Olallo le preocupa que piensen que es un oportunista, por eso decidió deslindarse del movimiento estudiantil a pesar de que los jóvenes son su audiencia target.
“Lo que me preocupa es que parezca que nos estamos tratando de aprovechar de las manifestaciones actuales”, aclara.
“Si algo tiene Molotov es que no han sido oportunistas en su historia. Nunca se han acercado a movimientos sociales y políticos, se han mantenido al margen”, dice.
“Por eso es muy importante para mí y para la banda que no parezca que es oportunismo.
“En realidad, se nos adelantaron”, bromea el ex locutor de radio.
El tema de las manifestaciones estudiantiles, en especial el movimiento del 68 y la matanza de Tlatelolco, se aborda en el documental, pero el director afirma que la fecha de su estreno –hoy viernes– no es producto de la premeditación estratégica.
Tampoco la sincronización del estreno con la cercanía de las elecciones presidenciales.
Olallo Rubio asegura que el lanzamiento debió haber sido antes, como estaba planeado, pero se retrasó por cuestiones de producción.
Ni el 11, ni Televisa, ni TV Azteca
Uno de los obstáculos que enfrentó Olallo fue que Televisa y TV Azteca le cerraron las puertas “de trancazo”. Por eso, muchas de las imágenes históricas del documental serán nuevas para la mayoría de los espectadores.
“Imagínate el archivo que tiene Televisa… Pero, obviamente, no nos quisieron apoyar. En el momento en que se enteraron que Molotov y yo estábamos preparando algo, nos negaron el acceso a ese material”, explica el director del filme.
El Canal 11 era la esperanza, pero también se negó. Aun así, Olallo y su equipo lograron rescatar imágenes que ni siquiera tenían las televisoras.
“Nos apoyamos mucho en Canal 6 de Julio, esta productora de documentales contestatarios y críticos, (además de) la filmoteca de la UNAM, y así rastreamos el material”.
También se muestran imágenes del EZLN tomadas por la documentalista canadiense Nettie Wild. Olallo las vio cuando se presentó el documental, y quedó tan impresionado, que quiso incluirlas en su proyecto.
Argos TV, la exitosa productora mexicana de contenidos independientes, también dio su apoyo al proyecto.
Los personajes
Todos los entrevistados que aparecen en “Gimme the Power” tienen una conexión cercana con Olallo Rubio. Por amistad, por asuntos profesionales o porque también admiran a Molotov.
Son intelectuales, periodistas y comunicadores que entienden el rock y su historia.
Olallo conoce desde hace años al periodista Javier Solórzano porque trabajaron en estaciones de radio hermanas. Y lo incluyó por ser alguien que “entiende perfectamente el rock & roll”.
Juan Villoro es fan de Molotov, periodista e intelectual, y también admirador de la banda de rock británica The Clash.
Otro personaje que brinda un análisis de la placenta social y política en la que se gesta el género musical, es el sociólogo José Antonio González de León, padre de un amigo de Olallo y la persona que lo introdujo al rock desde que era “chiquito”.
Chava Rock es el periodista de música por excelencia, así que su inclusión era obvia.
“En esta etapa de Molotov en la que me centro en el documental, estábamos al aire todos, estábamos en primera fila en Radioactivo y era grupo de la casa, éramos el medio que los cubría”, explica el ex locutor.
Ésos son los personajes que dan el preámbulo histórico-político, desde Porfirio Díaz hasta Felipe Calderón, pasando por el auge del rock en México en la década de los 70, hasta llegar a 1995, cuando nace Molotov. Son las voces que legitiman el documental.
¿Cambiarán las cosas?
A pesar del momento político en que se estrena el documental, Olallo no cree que esto tenga un impacto decisivo.
Y es que vivimos en una “plutocracia donde las estructuras dominantes son las que deciden”, señala.
“Va a ganar quien ‘ellos’ quieren que gane”, dice. “Yo siempre digo de broma, y no tan de broma, que Bernardo Gómez ya votó por nosotros”, dice el realizador con su característica ironía.
Sería complicado cambiar las cosas porque esta película no le va a llegar a mucha gente, o no le va a llegar rápido.
Y sobre el movimiento #YoSoy132, se pregunta por qué no surgió antes. “Esperemos que no sea una moda, porque el tema no es el primero de julio”, puntualiza.
Esto da pie a una bizarra anécdota. Olallo cuenta que un reportero de espectáculos le preguntó: “Oye, ¿tú crees que lo de la resistencia y la denuncia es lo de hoy?”.
“Nos volteamos a ver los de Molotov y yo con extrañeza y dijimos: pues más bien pa nosotros ha sido lo de siempre”.
A pesar de que Olallo Rubio defiende su trabajo documental como un proyecto completamente apartidista, deja entrever su preferencia por la izquierda, pero no sin expresar su crítica y hasta un poco de pesimismo.
“Si ganara López Obrador, habrá que ser muy crítico con él también. Aunque también tendríamos que dejarlo trabajar, siempre y cuando no abuse del poder, como siempre ocurre”.
Vislumbra un panorama negro donde “siempre pasa lo mismo” y los gobernantes dejan de ver a los que tienen abajo una vez que llegan al poder.
Y pone sobre la mesa el tema de la subordinación de México a la potencia mundial vecina.
“Luego llega Washington y les lee la carta, así es como funciona”, lamenta el cineasta.
No a las urnas, sí a la utopía
Olallo no cree en la democracia representativa, sino en la participativa. Se declara admirador de la organización política y social del movimiento Zapatista de Liberación Nacional que se gestó en 1994.
Hace alusión a la propaganda de los militantes y simpatizantes zapatistas que se puede encontrar en Chiapas. Como las mantas y letreros que están en el camino que sube a Ocosingo. La consigna es clara: “Aquí el gobierno manda obedeciendo”.
“Aunque sea una utopía, eso me encanta. Creo que así debería de ser”, dice.
Y es que para él, la democracia participativa le sirve más al país que un día en las urnas.
“Pensar que en un domingo vamos a cambiar algo es absurdo”, afirma.
Olallo Rubio se revela como una voz crítica y mordaz ante la clase política mexicana.
Tanto en sus podcasts de radio, como en la película “Gimme the Power”, se aprecia su incisiva interpretación de la vida política y social de México. Y lo hace en un momento muy oportuno.
Aunque no se asume como activista, es innegable que su documental será visto, y amado o repudiado por la audiencia.
Molotov: políticos por accidente
La prohibición del rock en los 70, cuando surgieron grupos como el Tri de Alex Lora, produjo un gran impacto en el rock en español. Los pocos espacios que existían para los “toquines” eran los “hoyos funky”. ¿Quién producía entonces el soundtrack del descontento?
No hay que olvidar que la primera vez que Molotov dio un concierto en el emblemático Zócalo del Distrito Federal, en 2010, fue también cuando la música logró la convocatoria más grande que ha habido en el país para protestar contra una iniciativa legal.
Se trató de la Ley Antiinmigrante de Arizona. Y 85 mil personas se reunieron en el concierto “Todos Somos Arizona”, que reunió a bandas de rock como Maldita Vecindad, Jaguares y Tijuana Sound Machine, entre otras.
Son honestos, no rebeldes
Para los Molotov, la rebeldía siempre es la misma. No ha cambiado. Siempre ha sido un instinto natural, una catarsis de las emociones por las que pasa cualquier joven.
“Para llamarte rebelde, eso tiene que venir de afuera, alguien debe de etiquetarte como tal. Nosotros no nos considerábamos rebeldes”, aclara Randy, la cuota estadounidense del grupo.
Ser honestos y escribir para ellos mismos es el lema del grupo.
Pero lo honesto no les quita su poder de influencia e irreverencia. De hecho, nunca anticiparon que sus canciones trascenderían de la manera en que lo han hecho.
“Cualquier forma de manifestación a través de la música, la pintura, una cámara o en las calles, como los estudiantes, todo eso es válido. El punto es encontrar el lugar donde escuchen tu inconformidad”, asegura Miky, el bajista de la agrupación.
Los ya no tan jóvenes integrantes de Molotov admiten sentirse emocionados por el hecho de que el movimiento #YoSoy132 adoptara “Gimme the Power” como himno oficial.
“Mientras que no exista una voz maquiavélica detrás del movimiento, creo que es lo mejor que le puede pasar a una generación, que busquen y tengan la necesidad de expresarse”, comenta Paco.
Pero a lo mejor su público no sabe que estos rockeros son ciudadanos conscientes que le pedirían al próximo presidente de México una mejor educación para sus hijos, cultura y el saneamiento de los sindicatos del país.
“Yo le pediría que siguiera el ejemplo de Bélgica, un país que duró creo que 300 días sin presidente, y la llevan de poca madre”, dice Miky.
La popular e irreverente banda todavía tiene mucho qué decir. Molotov prepara un nuevo disco con varias canciones que ya están escritas. Y dado el intenso momento político y social que vive México, seguramente su música no dejará de sacudir a más de uno.
¿Con qué lo asocian?
EPN
Molotov: Corrupción
Olallo: Robot mal programado
JVM
Molotov: Medievo
Olallo: Mota
AMLO
Molotov: Político
Olallo: Lucha social
Quadri
Molotov: No existe
Olallo: Hipster
Violencia
Molotov: Represión
Olallo: Narco
Democracia
Molotov: Utopía
Olallo: Palabra sobreexplotada
Elecciones
Molotov: Transparente
Olallo: Fraude