Con sus recientes declaraciones sobre la “derechización” de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el presidente Andrés Manuel López Obrador vuelve a poner en la mira a otra institución de educación superior. Siendo que lo mismo ha cuestionado a academias del sector público, posteriormente aplicando medidas más severas de índole administrativo, como del sector privado, de las que critica sus acercamientos con organismos empresariales.
El primer mandatario ha dedicado amplias porciones de al menos tres de sus conferencias mañaneras para denunciar lo que percibe como la “derechización” de la UNAM durante el periodo neoliberal, acusando que académicos de este perfil ideológico se “infiltraron” en las facultades, aún durante la gestión del exrector Juan Ramón de la Fuente, así como cuestionó que movimientos como el #YoSoy132 de 2012 no surgieran en la universidad para apoyarle.
La UNAM ha estado en el radar del Movimiento Regeneración Nacional al menos desde hace un año. En febrero del 2020, el diputado federal Miguel Jáuregui propuso modificar su ley orgánica para que alumnos y trabajadores eligieran por votación a directores de escuelas, facultades y al rector mismo.
En entrevista con Reporte Índigo, Javier Martín Reyes, académico de la División de Estudios Jurídicos del Centro de Investigaciones y Docencia Económicas, considera que las declaraciones del primer mandatario no solo son incorrectas al asegurar que la UNAM como ente se derechizó, sino que también son peligrosos dado el contexto en el que los hace, puesto que podrían dar paso a reformas de carácter legal o presupuestal que afecten la autonomía de la universidad.
“Es falso que la UNAM, como ente, se haya derechizado o se haya vuelto neoliberal. En ese sentido, es incluso ofensivo para sus profesores, para sus investigadores y, sobre todo, para el alumnado que, de nueva cuenta, es muy plural. Tanto en la UNAM como en el resto de las comunidades universitarias y de las personas con estudios universitarios, en 2018 y ahí están las encuestas, todo parece indicar que votaron por López Obrador”, plantea.
De igual manera, argumenta que es un discurso peligroso “porque se da en un contexto específico, no se da en el vacío, sino en momento en el que, de manera constante y recurrente, se ha estado amenazando la libertad de cátedra y de investigación, en general, en México. Uno de los primeros blancos, quizá por su estructura institucional, fueron los centros públicos de investigación Conacyt, donde hemos visto la eliminación de los fideicomisos de ciencia y tecnología”.
Ofensiva contra el CIDE
Previamente, López Obrador entró en polémica con el CIDE. En mayo de 2020, ante las medidas de austeridad por la emergencia sanitaria, su comunidad pidió reconsiderar el recorte presupuestal del 75 por ciento en la administración pública federal y su director, Sergio López Ayllón, declaró que los dejaba en “economía de guerra”. Si bien la medida no se ejerció, el CIDE sí se vio afectado por la eliminación de los fideicomisos de financiamiento a los centros públicos de investigación.
López Ayllón renunció al cargo en agosto de 2021 y, como interino, se designó a José Antonio Romero Tellaeche. Para octubre, Romero ordenó la remoción de Alejandro Madrazo Lajous como titular del CIDE Región Centro, en Aguascalientes, por “pérdida de confianza”. Coincidiendo con las críticas del primer mandatario respecto a que la institución forma “cuadros para el sector privado” y los instruye a “hacer caso al Fondo Monetario Internacional”. Algo que también retoma Reyes.
Si bien señaló que esto podría esperarse de instituciones privadas, más no de las que utilizan recursos públicos, López Obrador también ha dedicado tiempo a estas, particularmente al Instituto Tecnológico Autónomo de México. Desde abril de 2019, desde sus mañaneras, criticó que los economistas surgidos del ITAM “controlaran” la Secretaría de Hacienda y el Banco de México. Siendo que, durante su campaña, tildó a la institución de “tecnócratas neoporfiristas”.
UNAM y otros ‘Semilleros de neoliberales’ para AMLO
En junio de 2020, López Obrador acusó que, junto al ITAM, las universidades Panamericana e Iberoamericana, así como el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, servirían como los semilleros para identificar a “jóvenes y mujeres de la sociedad civil con valores empresariales del libre mercado” que serían los candidatos del Bloque Opositor Amplio para las elecciones de 2021.
Respecto a esto, Reyes menciona que “también ha habido decisiones que afectan directamente a las instituciones privadas. Por ejemplo, una de las cosas que no se ha discutido mucho es que el Sistema Nacional de Investigadores, el más grande que tenemos para pagar estímulos a las personas que se dedican a la investigación y docencia, tomó la decisión, en esta administración del Conacyt, de retirarle el apoyo que se le daba a profesoras y profesores de universidades privadas”.
Además de las universidades públicas y privadas nacionales, el Presidente López Obrador también volvió a las instituciones extranjeras un constante objetivo de sus críticas. Tomando el ejemplo del expresidente Carlos Salinas y de varios exsecretarios de Estado, como José Antonio Meade, ha acusado que fueron a estudiar al extranjero “como en ‘El Padrino’ de Mario Puzo” y que fue ahí donde se les adoctrinó en las prácticas neoliberales.
Reyes considera esto un discurso “tramposo” y argumenta que “es hasta ofensivo pensar que una persona, por estudiar afuera, va a tener una ideología. En los egresados nacionales, extranjeros, públicos, privados hay gente de derecha, de izquierda, liberales, conservadores, progresistas y quien combate las ideas progresistas. Es una simplificación absurda que demuestra que al presidente lo que no le gusta es la crítica. Busca descalificar a sus críticos”.