El Congreso que viene
En los comicios del 1 de julio no sólo se decidirá al nuevo presidente, también se renovará en su totalidad el Congreso de la Unión, un factor que definirá el rango de operaciones del próximo titular del Ejecutivo
Carlos Salazar[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_1rcvrr0r” responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /] El Poder Legislativo Federal, que se renovará en su totalidad tras los comicios del 1 de julio, podría convertirse en un aliado del próximo Presidente de la República o bien en una piedra en el zapato del nuevo mandatario.
Aunque toda la atención está concentrada en la elección presidencial, igual de relevante será la conformación de la próxima legislatura en el Congreso de la Unión, en donde la tendencia indica que habrá un cambio en el equilibrio de poderes entre las fuerzas políticas.
El Jefe del Ejecutivo tendrá que lidiar a partir del 1 de diciembre no sólo con las consecuencias de la polarización que se ha generado en este proceso electoral, sino posiblemente con un Congreso sin mayoría, lo que podría ser un obstáculo a la hora de implementar su plan de gobierno.
Aunque hay un bloque (Morena, PT y el PES) que se perfila para ser el más fuerte en el Congreso, difícilmente tendrá mayoría absoluta.
Eso sí, las encuestas coinciden en que será la primera fuerza legislativa, quizá con mayoría simple, lo que le permitiría, por ejemplo, aprobar el presupuesto del gobierno federal sin tener que negociar con otras fuerzas políticas
Sin embargo, en otros casos, como los nombramientos en órganos autónomos o para reformas constitucionales requeriría la mayoría absoluta (dos terceras partes) y la aprobación tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.
Este es el espacio de maniobra que tendrán los operadores políticos de las bancadas para buscar los consensos, para negociar apoyos a cambio de beneficios para sus grupos legislativos y para sus distritos o, si se mantiene el encono, para bloquear buena parte de las iniciativas que provengan del Ejecutivo.
Al no perfilarse un bloque que pueda conformar una mayoría absoluta (300 diputados, 85 senadores), con un Congreso fragmentado y con distintas posibilidades de alianzas entre los bloques y partidos, el papel del Poder Legislativo y su relación con el Ejecutivo es al día de hoy una incógnita.
“Lo que preveo es que las decisiones van a ser muy complicadas y, que si de por sí el Ejecutivo va a llegar débil, en el Congreso va a tener un verdadero problema. Es lo que yo veo que va a suceder inevitablemente, por lo menos durante un tiempo hasta en tanto se asientan las cosas”, asegura la Doctora Luisa Béjar, Investigadora de la UNAM.
Otros factores a tomar en cuenta es si se mantendrá la cohesión en el llamado Frente por México una vez concluida la elección y sobre todo, qué papel tomarán el PRI y sus aliados si, como señalan las predicciones, quedan finalmente relegados a la tercera fuerza política.
Para Porfirio Muñoz Ledo, candidato de Morena a la Cámara de Diputados por la vía de representación proporcional, es de suma importancia que se recupere una mayoría en el Congreso en la coyuntura actual, y recalca que esto no sería antidemocrático ya que los sistemas democráticos buscan la consolidación de mayorías.
“En todo sistema democrático debe de haber gobierno, debe de haber oposición para que haya equilibrio de poderes, pero es mucho mejor que el gobierno tenga la mayoría en el Congreso, sino se nulifica. Es equilibrio de poderes, no nulificación de poderes, ni enfrentamiento de poderes”, señala.
Si bien el contar con una mayoría en el Congreso le permitiría al futuro Presidente una mayor capacidad de maniobra para desarrollar sus políticas de gobierno, existen posturas que advierten que la ausencia de una oposición fuerte y con verdadera capacidad de convertirse en contrapeso generaría un riesgo para un retroceso democrático.
“Ante esta situación creo que hay un grave peligro para el futuro de México porque habrá un ambiente que no es propicio para seguir el camino del progreso. Si se sigue fortaleciendo Morena existe el riesgo de que no hayan contrapesos”, advierte el Senador panista Francisco Búrquez.
En este momento, en pleno proceso electoral existe una clara polarización entre los tres grandes bloques políticos claramente identificados: la coalición ‘Juntos Haremos Historia’, ‘Todos por México’ y ‘Por México al Frente’, cuyos roces y acusaciones en campaña también se han trasladado a la actual legislatura que ya va de salida.
1997, el parteaguas
Hasta 1997 el PRI había sido el partido hegemónico, no sólo manteniéndose de forma ininterrumpida en la Presidencia de la República sino contando en ambas Cámaras con la mayoría absoluta hasta la LVII Legislatura, cuando ‘solo’ alcanzó 239 escaños.
Los partidos opositores, PAN, PRD, Partido Verde y PT sumaron fuerzas para colocarse como la mayoría en el Congreso, formaron el llamado grupo de los 4 y le quitaron gran parte del control de la Cámara de Diputados.
Esa legislatura fue clave en la transformación del poder legislativo, ya que no sólo abrió la puerta de la pluralidad, sino que permitió una democratización en la estructura de poder en el Congreso con acciones como la creación de la Junta de Coordinación Política. Por primera vez presidió la Cámara baja un diputado de oposición: Porfirio Muñoz Ledo.
En cierta forma, lo acontecido en 1997 en el Poder Legislativo abriría la puerta también a la transición en la Presidencia de la República, que llegaría con la victoria de Vicente Fox en las elecciones del año 2000. Desde entonces, la relación del Ejecutivo con el Legislativo ha tenido sus altibajos.
Tanto Vicente Fox como Felipe Calderón, los dos presidente emanados de Acción Nacional, recurrieron al PRI y a sus legisladores en una alianza pragmática que les convenía a ambas partes. La cual fue benéfica para el Ejecutivo porque le daba gobernabilidad y margen de maniobra, mientras que al PRI le permitió mantenerse en el primer plano de la vida pública a pesar de haber perdido la Presidencia.
Para Felipe Calderón el respaldo priista en el Congreso fue relevante desde el momento en que los legisladores tricolores lo apoyaron en su toma de protesta, después del traumático proceso electoral.
En 2012, tras el regreso del PRI de la mano de Enrique Peña Nieto, el nuevo Jefe del Ejecutivo convocó al Pacto por México a los principales partidos de oposición, tanto al PAN como al PRD, quienes suscribieron las reformas estructurales a cambio de concesiones en su propia agenda política. El rompimiento llegaría poco después.
Recuperar la mayoría: Muñoz Ledo
La victoria de Andrés Manuel López Obrador se da por descontada, asegura el experimentado político Porfirio Muñoz Ledo. En ese escenario, y con el planteamiento de un cambio profundo en el país, es vital para Ejecutivo la conformación de un bloque mayoritario en el Congreso.
“Ahora estamos ante una coyuntura muy importante porque puede volver a existir la mayoría en el Congreso por parte de una bancada, es bastante probable, y en este caso sería Juntos Haremos Historia”, señala Muñoz Ledo.
Es muy importante la mayoría en el Congreso porque se está planteando un cambio a profundidad en la vida del país y tendría muchísimos obstáculos en caso de no tenerla”, señala el político.
El candidato a la Cámara de Diputados por Morena descarta que la conformación de una mayoría legislativa afín al Ejecutivo sea un retroceso democrático, ya que todos los sistemas democráticos buscan la consolidación de mayorías para que funcione el gobierno, aunque estas mayorías sean por alianzas.
“Lo más importante de la democracia en la división de poderes es que haya gobierno y haya oposición, pero lo mejor para el país es que el gobierno coincida con la mayoría”.
En todo sistema democrático debe de haber gobierno, debe de haber oposición para que haya equilibrio de poderes, pero es mucho mejor que el gobierno tenga la mayoría en el Congreso sino se nulifica, es equilibrio de poderes, no nulificación de poderes, ni enfrentamiento de Porfirio Muñoz Ledo, candidato a diputado por Morena. Foto: Cuartoscuro poderes”, añade.
El primer presidente de oposición de la mesa directiva de San Lázaro en la legislatura que inició en 1997 fue una hazaña democrática, sin embargo no pudo desarrollarse tras la llegada de Vicente Fox, a quien señala por haber pactado con el PRI para tener mayor gobernabilidad y de haber dado impulso al partido hegemónico.
A partir de ese pacto, señala Muñoz Ledo, comenzó a corromperse el pacto legislativo y crecieron prácticas como los moches, la repartición de los puestos de los órganos autónomos, y las negociaciones paralelas, entre otras.
Es el momento para acabar con eso y darle un futuro distinto al país. Es el momento de reagrupar el poder legislativo para acabar con el mundo de cochupos”, concluye.
Coaliciones siempre han sido inestables: Luisa Béjar
Para la académica Luisa Béjar, Investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, independientemente del resultado de la elección presidencial, el nuevo Jefe del Ejecutivo tendrá que enfrentarse a un Congreso fragmentado, con un ambiente ríspido y en donde construir consensos va a ser más complicado.
“La parte de la cohesión ideológica o en torno a ciertas propuestas creo no va a funcionar cuando lleguen, no creo que necesariamente se vayan a plegar. La experiencia es que en cuanto llegan las coaliciones al Congreso pues cada quien se va por su lado”.
Las coaliciones siempre han sido inestables. Lo que tenemos es un escenario de incertidumbre. Nos vamos a llevar muchas sorpresas”, afirma Béjar.
Lo que la académica observa es que las actuales coaliciones se han formado por una cuestión pragmática electoral, pero al haber tantas ideologías e intereses diversos, incluso entre los propios partidos, será muy difícil evitar la fractura, aunque sí prevé que en algún momento, cuando surjan intereses en común, comiencen a surgir los acuerdos.
“Cuando los partidos empiecen a ver los costos es posible que se empiecen a formar nuevas alianzas. Es posible que se forme una coalición opositora en términos de parar ciertas cosas o de realizar ciertos procedimientos”.
Lo que preveo es que las decisiones van a ser muy complicadas, y que si de por sí el Ejecutivo va a llegar débil, el que llegue, en el Congreso va a tener un verdadero problema. Si quiere hacer reformas de fondo se va a repetir lo que ya hemos visto”, señala.
Por último, la investigadora afirma que a pesar de que la falta de una mayoría legislativa para el Ejecutivo tiene el riesgo de que se retrasen decisiones políticas fundamentales, o incluso se pueda llegar a una parálisis legislativa, lo más sano en una democracia es que siga existiendo ese contrapeso.
Congreso sin contrapesos: Búrquez
Para el senador panista por Sonora Francisco Búrquez, el principal riesgo de la conformación de la próxima legislatura es que podría haber una mayoría de legisladores más cercanos a doctrinas de izquierda, o como él le llama, a una visión gobernista.
“Yo veo el riesgo ya no por partidos, sino por pensamientos; por ideologías tendremos un Congreso que no va a tener contrapesos en cuanto a las transformaciones estructurales que requiere México, sino que habrá un Congreso muy influenciado por viejas políticas de economía cerrada”.
“La visión gobiernista de más impuestos, de más deuda, de más burocracia, de más soluciones desde el gobierno, de menos libertad económica para los ciudadanos y emprendedores estará más cargada hacia las izquierdas”, apunta.
El legislador advierte también que si se confirman las tendencias y la coalición ‘Juntos Haremos Historia’ gana la Presidencia y se convierte en la principal fuerza política en el Congreso, eso podría abrir la puerta a que sumen a su bloque a legisladores del PRD y Movimiento Ciudadano, con el riesgo que eso conlleva.
“Si se sigue fortaleciendo Morena existe el riesgo de que no hayan contrapesos. Si Morena ganara, fácilmente por su ideología y por el poder corruptor del presupuesto podría comprar las voluntades de diputados y senadores que hoy están en Movimiento Ciudadano y en el PRD, además de la compatibilidad ideológica”.
Esto propiciaría un ambiente en contra de reformas como la energética o de telecomunicaciones que le quitan el monopolio al gobierno y le dan más libertad al consumidor, al ciudadano, un ambiente a favor de seguir endeudando, lo cual es nocivo”, declara.