El costo político del smog
El costo político provocado por la crisis ambiental que enfrenta la Ciudad de México será asumido por el PRD, el partido de izquierda que tiene casi 20 años de gobernar la capital del país.
El problema del deterioro del aire se focaliza sobre las autoridades del Gobierno del Distrito Federal, la principal autoridad que ha dado la cara a pesar de las críticas y de que ponga en riesgo otros de sus proyectos políticos.
Hasta de esto que debería ser considerado como una emergencia de salud los partidos quieren sacar raja política.
Imelda García
El costo político provocado por la crisis ambiental que enfrenta la Ciudad de México será asumido por el PRD, el partido de izquierda que tiene casi 20 años de gobernar la capital del país.
El problema del deterioro del aire se focaliza sobre las autoridades del Gobierno del Distrito Federal, la principal autoridad que ha dado la cara a pesar de las críticas y de que ponga en riesgo otros de sus proyectos políticos.
Hasta de esto que debería ser considerado como una emergencia de salud los partidos quieren sacar raja política.
Es un problema en el que abundan las corresponsabilidades, el ciudadano ha optado por señalar a las autoridades sin cuestionar hasta dónde puede ser culpa suya.
El jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, enfrenta –y enfrentará- los efectos de otra contingencia, además de la ambiental: la política.
Todo indica que Mancera y el partido que lo postuló, el PRD, pagarán las consecuencias políticas por las decisiones que se han tomado para intentar disminuir los niveles de contaminación.
Basta un vistazo a las redes sociales y los comentarios de cientos de usuarios que culpan a la administración capitalina por la percepción de ineficacia que se tiene de las medidas aplicadas.
Y aunque es un problema que afecta no solo a la Ciudad de México, sino a las entidades vecinas, los gobernadores han decidido darle la espalda al jefe de Gobierno en una clara estrategia política por deslindarse del problema.
La contingencia ambiental ocurre en medio de un proceso electoral en 14 entidades –incluida la Ciudad de México, donde se elegirá a los miembros de la Asamblea Constituyente-, y de cara a las elecciones del 2018 en la que participaría Miguel Ángel Mancera.
¿Será que el jefe de Gobierno pueda superar sus dos contingencias?
PRD en la cuerda floja
Los perredistas saben que no solo Miguel Ángel Mancera está siendo culpado por la contingencia ambiental, sino por la afectación a la población que no pudo circular con sus vehículos y se encontró con un deficiente sistema de transporte público.
Un vistazo en las redes sociales deja claro el rechazo de la población hacia las medidas que se han tomado en la Ciudad de México y la zona metropolitana.
“Mancera no fue capaz de regular marchas y regular el transporte público, ahora las consecuencias”, escribió el usuario @CarlosM67817283.
Incluso, un grupo anónimo de ciudadanos está llamando a manifestarse hoy contra el Jefe de Gobierno en distintos puntos de la Ciudad.
En esa protesta, se dice en la convocatoria, habrá personas identificadas recolectando firmas para pedir su renuncia.
La percepción generalizada es que el gobierno capitalino es el responsable no solo de los niveles de contaminación, sino de los problemas de movilidad en la Ciudad.
Una encuesta de Parametría, publicada hace unos días y que midió los datos de la contingencia pasada, en el mes de marzo, reveló que el 68 por ciento de la población piensa que la excesiva contaminación del aire es un problema que pudo haberse evitado.
El 53 por ciento de la población piensa que la mayor parte de la contaminación, afirma Parametría, se genera en la Ciudad de México. Solo el 27 por ciento refirió que esto ocurre en los municipios conurbados del Estado de México.
En cuanto a la responsabilidad para atender el problema, la encuesta de Parametría sostiene que el 32 por ciento piensa que corresponde al gobierno capitalino; el 30 por ciento, al gobierno federal; y el 32 por ciento, a ambos.
Esta percepción del problema y sus implicaciones podría afectar las aspiraciones presidenciales de Miguel Ángel Mancera.
Una encuesta de Consulta Mitofsky, publicada del 20 de marzo pasado, señala que la preferencia electoral por Mancera ronda el 10 por ciento.
Pegará también al PRD, quien ha gobernado la Ciudad de México desde 1997, y que ha defendido las acciones planteadas por Miguel Ángel Mancera.
¿Van por la capital?
Los opositores al gobierno perredista de la capital no han perdido la oportunidad de tomar ventaja del problema ambiental.
Por un lado, el PAN denunció que las medidas tomadas por las autoridades son paliativas, pero sin que exista un plan a largo plazo para solucionar el problema.
Llamó a que se combata la corrupción en los verificentros; y a regular las marchas y manifestaciones para evitar los congestionamientos viales.
“No es justo que pagues toda la tenencia si no circulas 50 días al año; y tampoco se vale pagar dos verificaciones al año si no vas a obtener cierto engomado que te permita circular”, dijo Mariana Gómez del Campo, senadora del PAN.
Quien también dio la espalda al jefe de Gobierno fueron los gobernadores vecinos.
Cuando Mancera llamó a que en estas entidades también se aplique el programa Hoy no Circula, los mandatarios de Puebla, Rafael Moreno Valle (PAN); y de Hidalgo, Francisco Olvera (PRI), afirmaron que en sus estados no es necesario que se aplique este programa.
Eruviel Ávila (PRI), gobernador del Estado de México, incluso tomó la decisión de cerrar los basureros a los desechos de la Ciudad de México ante las acusaciones de Mancera.
El PRI tampoco ha desaprovechado la oportunidad de aparecer como salvador del asunto, al proponer una nueva ley que coordine los esfuerzos para evitar más contingencias.
Sin embargo, el PRI fue menos evidente en su crítica al gobierno capitalino y lo cuestionó por las vías institucionales.
En el Senado, promovieron un punto de acuerdo para revisar el mantenimiento e inversión que se realiza en el transporte público. Desde diciembre, el PRI comenzó con una nueva estrategia para tener más presencia en la Ciudad de México, que incluye el fortalecimiento de sus redes ciudadanas.
El Gobierno federal intervino y ahora las decisiones se toman en el más alto nivel federal y local; aunque todo el costo político parece llevárselo Mancera. Todo indica que el jefe de Gobierno se siente solo, sin apoyo de la Federación o los estados.
“El Gobierno federal no puede dejar sola a la Ciudad de México en esta tarea, no la puede dejar a su suerte”, pidió el mandatario capitalino.
Dijo que todas las instancias de gobierno deben considerar la contingencia ambiental como una emergencia y tomar cada responsabilidad.
Tal parece que el llamado de Mancera es escuchado por pocos, a sabiendas de que cada error cuenta en la carrera por recuperar la Ciudad de México.
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> Alerta de salud en la capital Por Icela Lagunas