El crimen también viaja en taxi

El número de robos al interior de los taxis en la Ciudad de México ha ido a la alza en los últimos tres años con 7 mil 647 ilícitos entre enero de 2015 y octubre del presente año; en promedio cada día se reportan entre 5 y 6 de estos delitos en la capital
Erick Miranda Erick Miranda Publicado el
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“¡Ni se te ocurra moverte hasta que hayas escuchado las llaves del carro caer en el piso, nosotros te las vamos a aventar, ¿ok? Si intentas hacer algo te llenamos de plomazos, ¿entendiste, papi?”, son las palabras que Juan Daniel escuchó tras ser encañonado para que entregara las pertenencias de valor que en ese momento llevaba a la mano.

Con 4 años de experiencia como conductor de un taxi público por aplicación, el hombre de 38 años fue asaltado hace aproximadamente un año por un par de jóvenes que solicitaron un viaje, en calles del barrio San Marcos, en la alcaldía de Xochimilco. Era casi la media noche y en la colonia había poco movimiento de personas, relata.

“Se subieron a la mitad de una calle que tenía un callejón, me apuntaron en la cabeza y yo me paralicé. Se llevaron mi cartera, una chamarra, dos celulares y todavía me obligaron a sacar la caja de herramientas… Al final me dieron las indicaciones y solo vi cómo se echaron a correr por la callecita, mientras que del otro lado el motor de un carro daba marcha”, recuerda

El caso de Juan Daniel es parte de los 7 mil 647 robos reportados al interior de unidades de transporte público individual (taxi), ocurridos de enero de 2015 a octubre de este año de los que la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México tomó conocimiento. Sin embargo, existe una cifra de hechos que no suelen ser denunciados ante las autoridades.

Delito sin control

Ninguna alternativa de movilidad está exenta de peligros en la Ciudad de México.

A bordo de unidades de transporte público colectivo o individual, la inseguridad es un problema común tanto para pasajeros como para choferes. Mientras las políticas públicas de seguridad encaminadas a la movilidad no mejoren, la posibilidad de terminar como una víctima del crimen está latente.

De acuerdo con información obtenida vía transparencia con folio 0113000603018, en 2015 ocurrieron mil 420 robos en este tipo de transporte; para 2016 la sumatoria obtenida pasó a mil 483; al año siguiente, 2017, el número se disparó a 2 mil 264; mientras que para los primeros 10 meses de este 2018 la cantidad se incrementó a 2 mil 480 casos.

Las datos concentrados por la Procuraduría local indican que en la capital del país ocurren entre 5 y 6 robos diarios al interior de unidades de transporte público individual de pasajeros (taxi); de continuar dicha tendencia para el cierre de este 2018 podría estimarse un conteo cercano a los 2 mil 814 casos. Esta última cifra, además de rebasar todas las estadísticas anteriores, representará el punto más alto de la tendencia y marcaría una creciente más aguda en esta clase de hechos delincuenciales.

Las alcaldías con mayor incidencia por esta clase de hechos fueron: Álvaro Obregón, con mil 632 robos que representan un 21 por ciento del total; Miguel Hidalgo, con mil 210 y un porcentaje del 16 por ciento; Iztapalapa, con 854 y una equivalencia del 11 por ciento; sólo seguida por Cuauhtémoc, quién registró 830 casos y un porcentaje casi idéntico al anterior.

Por el contrario, las demarcaciones territoriales con una menor presencia de este tipo de ilícitos fueron: Milpa Alta, con 12 robos reportados en unidades de transporte público individual de pasajeros y correspondientes a un 0.16 por ciento del total; Magdalena Contreras reportó 47 y una equivalencia del 0.61 por ciento; Tláhuac registró 66 robos, lo que representa al 0.86 por ciento; mientras que Cuajimalpa asentó 92 casos, cifra equiparable al 1.20 por ciento.

De los 7 mil 647 ilícitos ocurridos entre enero de 2015 y octubre del presente año, sólo 3 casos no fueron geográficamente localizados, por lo que los reportes de la PGJ capitalina los mantiene enlistados como “no identificados”.

No solo los operadores del transporte público individual de pasajeros (taxis) suelen padecer el crimen, sino a veces ellos también son los verdugos.

A la edad de 26 años, Sandra Martínez fue asaltada cuando regresaba de comprar sábanas y cobijas en La Lagunilla para resurtir el negocio de sus padres, localizado en la alcaldía de Tláhuac.

Aunque ella decidió no denunciar los hechos por falta de tiempo, recuerda que abordó al taxi cerca de la 1 de la tarde en las inmediaciones del Metro con el mismo nombre.

“Cuando íbamos sobre Circunvalación, el chofer me iba haciendo la plática porque había tráfico. Me dijo que tomaría a la izquierda para adelantar y cuando me di cuenta ya traía una punta (navaja) en la mano. Me quitó la mercancía y lo que tenía en la cartera, no puse resistencia por el miedo, pero me obligó a bajarme como por una iglesia que no conocía y de donde tuve que caminar como 10 minutos hasta salir al Eje”, recuerda.

Nada le ocurrió a Sandra en aquella ocasión, a pesar las pérdidas materiales, sin embargo, la joven que ahora tiene casi 28 años asegura que ya presta más atención al subir al transporte públicos y procura “no ir metida en el celular”.

El desafío a combatir

El hecho de que en la CDMX crezcan los riesgos en cualquiera de las modalidades de los servicios de taxi públicos se deriva de la sobrepoblación, de un clima de inseguridad generalizado y de una laxitud para crear mecanismos de seguridad para las contrapartes que intervienen, explica Gustavo López Montiel, catedrático del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey (ITESM).

“La demanda de servicios ha provocado el surgimiento de diversos medios de transporte, legales e ilegales, aunque la imposibilidad del gobierno local por verificarlos y regularlos de manera efectiva ha ocasionado que éstos operen de maneras inviables y se agudice este fenómeno delictivo que se ha ido heredando”, sostiene

La instauración de nuevos mecanismos de seguridad en el transporte podría aminorar este problema, advierte especialista

Toda clase de crímenes se desarrolla de manera distinta dependiendo de la zonas, acusa el experto en materia de seguridad, no obstante, habría que tomar en cuenta que nunca se ha apostado lo suficiente para tratar la inseguridad en el transporte público, lo cual vendría a significar un verdadero reto para el nuevo gobierno, encabezado por Claudia Sheinbaum.

“Para combatir este tipo de ilícitos, será necesaria la instauración de nuevos mecanismos de seguridad en el transporte, además de homologar los costos de los servicios para evitar competencias, con el fin de que concesionarios y usuarios no se aprovechen de esa limitación para incurrir en delitos”, asegura.

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