Luego de permanecer más de una década como un elefante blanco sin ninguna utilidad para los jaliscienses, pese a la inversión millonaria en su construcción, la inacabada penitenciaria de Ocotlán está en vías de ser intervenida para convertirse en un nuevo hospital regional en el estado.
La obra de la cárcel estatal de Ocotlán yace en el completo abandono desde el año 2008 y es catalogada como uno de los proyectos de infraestructura más absurdos en la historia reciente de Jalisco, al construirse en un predio que por sus características hacía completamente inviable su operación.
Fue el gobierno del exmandatario panista de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña (2001-2006), quien decidió edificar esa penitenciaria estatal justo a las faldas de un cerro, pese a que desde ese terreno elevado era posible estudiar con facilidad el interior de las instalaciones y su funcionamiento.
Aunque la seguridad de la nueva cárcel estaba irremediablemente comprometida por la ubicación elegida, el gobierno de Ramírez Acuña comenzó a liberar recursos públicos para su construcción en el 2006; el costo total proyectado para la obra ascendía a 96 millones de pesos.
El sucesor de Ramírez Acuña en el Gobierno de Jalisco, Emilio González Márquez (2007-2013), con Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, Prevención y Reinserción Social, se dio cuenta de que la construcción del penal de Ocotlán no reunía las condiciones mínimas necesarias para operar con seguridad.
En 2008, esa administración de Emilio González determinó que no tenía ningún sentido continuar con las obras, por lo que éstas se detuvieron luego de haberse invertido al menos 15 millones de pesos, de acuerdo con los registros públicos disponibles, aunque la cifra podría ser mayor.
De cárcel en Ocotlán a hospital
El actual gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, dio a conocer que el penal inacabado de Ocotlán podría convertirse próximamente en un nuevo hospital regional en el estado, para aprovechar la infraestructura que se desarrolló con recursos públicos.
“Teníamos el compromiso de venir a ver personalmente esto que es una de las historias, una historia más de las barbaridades que hicieron en el pasado, esto que ven ustedes aquí, con millones y millones de pesos de inversión buscaba ser una cárcel, nada más que se les olvidó que a espaldas de la cárcel había un cerro, y por lo tanto no tenía ninguna viabilidad”, dijo en un videomensaje emitido frente a la obra en abandono.
Lo que ahora se proyecta, añadió, es retomar la infraestructura para convertirla en un nosocomio funcional y de alcance regional. “Después de enterrar millones de pesos la dejaron aquí abandonada. Vean nomás cómo está, cayéndose a pedazos durante años (…) Estamos viendo la ruta que pudiéramos seguir para que esta sea una de las alternativas para aprovechar la infraestructura y convertir esta obra en el hospital regional de Ocotlán”.
Si el nuevo proyecto incluye la reparación de las vías de comunicación en los alrededores del inmueble, señala Alfaro Ramírez, el hospital estaría a solamente 10 minutos de la cabecera municipal de Ocotlán, en una ubicación que igualmente resultaría benéfica para los habitantes de municipios vecinos como La Barca, Tototlán y Atotonilco.
“Nos parece que sería un grave error dejar que esto se caiga a pedazos y vamos a ver si es viable esta opción (…) evidentemente en un momento en el que hay poco presupuesto, pues el poder aprovechar esta inversión que ya está hecha pudiera ser una de las alternativas que siguiéramos”.
El hospital que se alojaría en lo que inicialmente se proyectó como una cárcel atendería tanto a personas con seguridad social como a las que carecen de ello.
“Vamos a revisar ya ahora sí los planos y el detalle técnico (para) poder hacer de este uno más de los hospitales (…) de acceso universal, es decir, que la gente que tiene seguro social, o la población abierta que no tiene seguro, puedan ser atendidos en este hospital”.
Rescate fallido
En julio de 2010 ya se había intentado rescatar la inversión destinada a la cárcel de Ocotlán, aunque con otro uso, dada la inviabilidad de que operara como un penal.
En una visita realizada al inmueble el 9 de julio de 2010 por parte de legisladores y funcionarios estatales, el entonces titular de la Comisaría General de Prevención y Reinserción Social de Jalisco, José González Jiménez, indicó que sería posible utilizar la infraestructura si se le consideraba como de mínima seguridad.
El problema era que la ubicación geográfica del centro no reunía las condiciones de seguridad que se requieren para un penal.
En aquella visita al elefante blanco, los diputados hablaron de la necesidad de que se rindiera cuentas sobre el error cometido en la construcción de ese inmueble, heredado por el gobierno de Ramírez Acuña.