‘El etiquetado advierte, no educa para la alimentación’
Especialistas en la materia aseguran que el simple hecho de que los productos contengan una advertencia sobre sus contenidos, no significa que la gente deje de consumirlos o que su alimentación vaya a cambiar
José Pablo Espíndola y Fernanda MuñozAl acudir a cualquier supermercado o tienda de conveniencia en México, la mayoría de los alimentos procesados están con el etiquetado frontal para hacerle saber al consumidor los altos niveles de sodio, grasas saturadas y calorías que poseen.
Dichos anuncios en productos como golosinas y cereales, fueron aprobados hace un año por las autoridades legislativas con el fin de que las y los mexicanos fueran más conscientes con respecto a su alimentación.
Incluso, por haber implementado y reinventado esta medida, el pasado 24 de septiembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció a la Secretaría de Salud, resaltando que el próximo etiquetado en México será uno de los más modernos que existan a nivel mundial debido a sus especificaciones.
Sin embargo, para la maestra Eve Acadia Faure Chong, docente de la Facultad Mexicana de Arquitectura, Diseño y Comunicación de la Universidad La Salle, con especialidad en Publicidad y Marketing, aunque los etiquetados sí funcionan, aún falta una cultura de sana alimentación.
“El etiquetado en realidad te advierte, pero no te educa. Al final está advirtiendo sobre los ingredientes que representan un riesgo para la salud, pero al final seguimos sin entender qué es lo que realmente contienen, qué es lo que te hace daño o cuál es la porción que podrías comer”, señala la especialista.
Desde esa perspectiva, Faure Chong comparte que las autoridades responsables, además del etiquetado frontal, deberían lanzar una campaña permanente para entender las tablas de nutrición, y un proyecto para informar en qué consiste una buena alimentación, pues la comida que se vende en la calle, como las garnachas o elotes, no tendrá este tipo de advertencias.
Respecto a las empresas productoras de comida procesada que ahora deben etiquetar sus alimentos, la especialista dice que sin duda les va a afectar esta implementación, pero también las hará evolucionar, agregando ingredientes más sanos a sus recetas.
Además, esta evolución por parte de las empresas se dará también porque, a partir de los etiquetados, sabrán que sus consumidores revisarán qué productos tienen más sodio, calorías y azúcares, y de ese modo elegir mejores opciones para comprarlas.
México, sin protección alimentaria
Además de los etiquetados frontales, México carecía de programas nacionales consolidados y con recursos presupuestales para la prevención de la mala nutrición, así lo señaló Unicef el pasado 22 de julio.
Días después de que la organización de las Naciones Unidas sugiriera al Gobierno federal diferentes estrategias para proteger la alimentación de los más necesitados, sobre todo en épocas de COVID-19, la Secretaría de Bienestar presentó la Estrategia de Alimentación, Justa, Sustentable y Económica.
Con este proyecto se buscan implementar diferentes ejes, entre los que destaca recuperar la cultura alimentaria en la familia y en las escuelas.
La importancia de la dieta a pesar del etiquetado
Para tener una buena salud, una alimentación balanceada es, sin duda, una de las mejores herramientas para conseguirla; sin embargo, no todos la llevan a cabo como deberían.
En 2018, el Inegi informó que la mayoría de los personas tomadas en cuenta en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición consumían más botanas, dulces, postres y bebidas endulzantes, que frutas frescas, agua natural y proteínas como huevo.
Por ejemplo, mientras que el 63.6 por ciento de los jóvenes de 12 a 19 años aceptaron comer botanas, dulces y postres, el 35.2 del mismo rango de edad aseguró consumir frutas frescas.
Este nivel de mala alimentación ha hecho que las autoridades destaquen la importancia de tener una buena dieta, para así, además de contrarrestar los índices de obesidad, también disminuir las posibilidades de contraer alguna otra enfermedad, como diabetes o COVID-19.
Al respecto, la nutrióloga Flor Vega Rojas, miembro de Nutrimente, espacio en el que especialistas de la Universidad Iberoamericana realizan consultas, reafirma que es urgente que las y los mexicanos cambien su dieta, pues el sistema de salud del país no podría pagar el gasto para atender las enfermedades que pudieron haberse prevenido.
Para ella, es importante que la población haga ajustes en su nutrición y en sus costumbres al comer, ya que lo hacen de una manera desorganizada, a horarios apresurados y sin la información necesaria.
“Hay bastante información que está a la mano, pero mucha gente no la sabe manejar, se confunde, y además hay información que no es buena, que no es veraz. De ahí la importancia de consultar a alguien que sí sepa de lo que habla, porque también hay mucho charlatán”, asegura Vega Rojas.
En entrevista, la especialista en nutrición destaca que ante la nueva normalidad está claro que la gente debe cambiar su dieta, enfocándola en productos de temporada y dejando de lado alimentos industrializados, los cuales no tienen los mismos niveles de nutrientes y vitaminas.
También es esencial que los mexicanos aprendan a comer a sus horas y con la calma que merece, ya que si se ingieren alimentos a prisa, sin saborear el bocado, esa persona estará buscando saciarse con más comida minutos después.