El fin de una era

Baja California, entidad que por tres décadas fungió como bastión del PAN y punto de quiebre para el dominio del PRI a nivel nacional, se perfila para un nuevo cambio de gobierno, esta vez en manos de Morena y su candidato Jaime Bonilla
Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Después de 30 años, las banderas blanquiazules dejarán de ondear en el extremo noroeste del país, pues Jaime Bonilla Valdez, de la mano de Morena, se perfila como el nuevo gobernador para el periodo 2019-2021.

Ayer, los cimientos instalados por Ernesto Ruffo Appel en la elección del 89, recibieron el golpe final y con la confirmación de la diferencia de más de 20 puntos de diferencia entre el candidato panista, Óscar Vega Marín y el abanderado guinda. El partido blanquiazul perdió lo que quizás sea su bastión más importante a nivel nacional.

Y es que, gracias a la desaprobación generalizada y los escándalos de corrupción que giran en torno al gobernador Francisco “Kiko” Vega, el instituto político en el estado perdió parte de su credibilidad, algo que Morena en la región tuvo a bien capitalizar.

Previo a la apertura del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), las encuestas de salida daban una amplia ventaja al candidato Jaime Bonilla, equivalentes al 55 por ciento en el caso de la calificadora Parametría y del 57 por ciento en el caso de Consulta Mitofsky.

Alentado por estos análisis, en punto de las 19:00 horas, el otrora senador y delegado federal de la región, se declaró ganador al anunciar que “esta elección no la gana Jaime Bonilla, la gana el pueblo de Baja California que fueron los que expresaron la voluntad de cambiar esto”.

De igual forma, Bonilla dio por ganadas cuatro presidencias municipales –Tijuana, Ensenada, Playas de Tijuana y Rosarito– y un empate en Tecate, ayuntamiento del cual dijo “aún no darán por perdido”.

El morenista no esperó ni siquiera a la apertura del PREP para convocar a rueda de prensa y anunciar su anticipada victoria

Minutos después, las fuerzas del PAN desde Mexicali se posicionaron al respecto, siendo José Luis Ovando, dirigente estatal del organismo, quien invitó a ser “respetuosos y puntuales” con los procesos y resultados.

“Nos llama la atención las declaraciones de triunfo de algunos de nuestros oponentes. No esperábamos algo menor porque durante toda la campaña nos estuvieron dando datos falsos y promoviendo encuestas en donde los ponían 50 o 60 puntos arriba”.

Ovando Patrón afirmó tener números mucho más cercanos entre ambos contendientes a la gubernatura, pues para ese entonces el PREP estaba a 40 minutos de arrojar los primeros resultados.

“Nuestros números nos presentan una elección cerrada con una diferencia menor a un dígito, para ser más precisos, tan sólo un punto de diferencia entre el primer y segundo lugar”.

Para el caso de los ayuntamientos, también rectificó la información hasta entonces oficial, diciendo que sus números “nos ponen tranquilamente arriba en Mexicali y en Tecate, empatados en Playas de Rosarito y nos ponen con un resultado diferenciado en Tijuana y Ensenada”.

“Y si a eso le sumamos el margen de error normal que tienen este tipo de encuestas, es impensable declarar ganador a absolutamente nadie”, aseguró el dirigente. No obstante, una hora después de que el PREP arrancara con la misma notable diferencia, a las 21:00 horas Vega Marín reconoció su derrota.

“Como somos testigos, las tendencias en el PREP favorecen a otra opción en la elección a gobernador (…) los votantes han dado su veredicto y como demócrata que soy, reconozco el resultado aunque no me favorezca”

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