El florecer de Xochimilco y sus pueblos

El colectivo Xochimilcas Disidentes ha reivindicado la postura de las mujeres en la defensa de la autonomía de los pueblos de Xochimilco, sin embargo, no cuentan con apoyos suficientes para expandir su labor
Viviana Bran Viviana Bran Publicado el
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Al sureste de la capital mexicana, en medio de uno de los cinco lagos que conforman la cuenca lacustre del Valle de México, entre trajineras, plantas y artesanías se encuentra Xochimilco, la sementera de flores que intenta renacer, a pesar de las tierras agrietadas, que quedaron como cicatrices después del terremoto del 19 de septiembre del 2017.

El sol cálido matutino arrecia en el deportivo popular de San Luis Tlaxialtemalco, uno de los pueblos originarios de Xochimilco y también uno de los más afectados por el sismo, personas de todas las edades se han dado cita para participar en las actividades de la caravana cultural que ha organizado el colectivo de las Xochimilcas Disidentes.

En la caravana cultural se ofrecen talleres de arte, música, danza, bordado, siembra de alimentos y atención psicológica

Unos momentos para compartir. El deportivo se ha llenado de talleristas. Algunos niños conviven en la clase de danza, mujeres sentadas en círculo han puesto sobre la mesa hilos de colores y agujas para comenzar a bordar, un señor de la tercera edad se instala en su carpa y deja sobre su espacio de trabajo algunos frascos de vidrio que contienen plantas secas, y enseguida el público interesado se acerca.

Para Angélica Sánchez, psicóloga educativa y una de las fundadoras de Xochimilcas Disidentes, el organizar este tipo de eventos es muy importante para generar sentido de comunidad y restablecer la identidad de cada uno de los pueblos originarios de Xochimilco, luego de los acontecimientos ocurridos después del sismo de hace tres años.

A través de la impartición de pláticas, conferencias y una gran variedad de talleres, entre los que destacan los de arte, cultivo de alimentos, bordado, danza, manualidades para niños, música, cuidados ambientales y atención psicológica, las personas de la zona, en especial las mujeres han podido reintegrarse a su comunidad y apoyarla, e incluso encontrar la manera de generar ingresos extra para cubrir parte de sus necesidades.

“Decidimos llamarnos Xochimilcas Disidentes porque tenemos un fuerte arraigo y amor por nuestro territorio en Xochimilco, creemos que es importante reconocer de dónde somos y en dónde trabajamos. Disidentes porque siempre hemos buscado formas diferentes de hacer las cosas, rompemos los esquemas que sobre todo a las mujeres nos han impuesto para trabajar o reconocernos en diferentes ámbitos”, comenta la maestra en psicología escolar.

Luego del terremoto del martes 19 de septiembre de 2017, las autoridades de Xochimilco reportaron dos mil 326 casas y 12 unidades habitacionales dañadas en toda la demarcación.

Asimismo, y sobre todo en el pueblo de San Gregorio Atlapulco, 1,051 negocios resultaron afectados y detuvieron las actividades laborales de mil 964 personas, revela un informe de la Oficina Virtual de Información Económica (OVIE).

En Xochimilco, de un total de 415 mil 007 habitantes, 2.8 por ciento se encuentra en situación de pobreza extrema, 22.4 por ciento no cuenta con servicios de salud y un 11 por ciento presenta rezago educativo, de acuerdo con información de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Minerva Hernández Trejo, artista, curadora y también fundadora de Xochimilcas Disidentes, comenta que después del temblor se dieron cuenta de que tenían que actuar de manera muy organizada, porque si no, tanto el colectivo como los pobladores terminarían con un gran desgaste emocional.

“Hubo graves daños en las comunidades de Santa Cruz Acalpixca, San Luis Tlaxialtemalco y Santa María Nativitas de Zacapan. Sobre todo en las mujeres de esas zonas percibimos que las afectaciones no sólo fueron materiales por haber perdido sus casas o pertenencias, si no que la afectación llegó al interior, es decir, a lo emocional. Sí queríamos trabajar en comunidad para restaurar nuestra tierra, teníamos que comenzar por sanar lo que había adentro”, expresa la artista.

Paso a paso para recuperar Xochimilco

La labor de las Xochimilcas Disidentes comenzó mucho antes de la catástrofe de hace tres años, pues ya contaban con la experiencia de haber trabajado en otros colectivos que también buscaban la autonomía de Xochimilco.

A pesar de la ardua labor comunitaria que este grupo de mujeres realiza, hasta el momento no han recibido ningún tipo de ayuda que solvente las actividades que comparten en los 14 pueblos de la sementera de flores.

El colectivo asegura que sólo han obtenido el apoyo de la organización feminista, Fondo Semillas, la cual sólo ofrecía ayuda a las mujeres que estuvieran trabajando en la reconstrucción después del sismo.

Al respecto, comentan que uno de sus propósitos es reivindicar que el trabajo comunitario tiene un valor, no en el sentido codicioso capitalista, sino que buscan cómo hacer que el trabajo que realizan sea pagado de una manera justa.

Valeria Hernández, psicóloga social comunitaria y fundadora xochimilca, argumenta que ante las necesidades, los cuidados colectivos son muy valiosos, y aunque las carencias en cuanto a servicios y materiales se mantienen, las Xochimilcas Disidentes ofrecen apoyo psicosocial para sopesar esta falta de atención.

“Muchas personas quedaron afectadas y no se les dio la suficiente atencion, a pesar de que llegaron algunas brigadas. Los pueblos siempre hemos estado muy relegados, al final en una organización social las mujeres son las que terminan participando más, levantan todo y se quedan con la carga. No solo en Xochimilco hacen falta espacios para sanar de manera individual y colectiva”, expone la psicóloga social y colectiva.

Para Ana González, gestora cultural y fundadora de Xochimilcas Disidentes, estar con sus compañeras y otras mujeres de los pueblos originarios de Xochimilco es estar acompañadas y generar lazos más cercanos. Es también crear un espacio en donde pueden platicar sobre sus intereses, necesidades e inquietudes y ver cómo juntas se fortalecen para lograr más redes de apoyo a la comunidad.

Nosotras aprendemos y compartimos cómo ser fértiles no sólo en el sentido de dar vida, sino en el aspecto de la creatividad y la hermandad. Ver la riqueza y diversidad entre las mujeres pequeñas, jóvenes y ancianas, y platicar con ellas significa un gran intercambio de ideas y de propuestas que pueden beneficiar no sólo a nosotras, también a la comunidad
Ana GonzálezGestora cultural y fundadora de Xochimilcas Disidentes

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