[kaltura-widget uiconfid=”38728022″ entryid=”0_87089uly” responsive=”true” hoveringControls=”false” width=”100%” height=”75%” /] No hay matrimonio perfecto y menos en la política. El 2018 es el año electoral en que se podrá presenciar el divorcio entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Verde Ecologista de México (PVEM), el cual puede ser temporal aunque se corre el riesgo de que sea definitivo.
Hablar del partido del tucán sin mencionar al priismo es casi imposible. Desde el 2003 ambas fracciones pactaron una alianza, la cual los ha acompañado en elecciones presidenciales, estatales y en renovaciones de congresos. Uno de sus éxitos es la victoria de Enrique Peña Nieto en el 2012.
Pese a que el PVEM aceptó ser parte de la coalición Todos Por México, la cual postula a José Antonio Meade, junto al Revolucionario Institucional y a Nueva Alianza, lo cierto es que el arropamiento al candidato no ha sido el ideal, incluso se ve un desentendimiento de la campaña presidencial.
Mientras que de las 9 gubernaturas que estarán en juego el próximo 1 de julio, el PRI y el PVEM sólo irán juntos en 2 acabando así con una tradición de casi 15 años de respaldarse. Sólo en Veracruz y Yucatán lograron pactar las candidaturas de Mauricio Sahuí Rivero y José Yunes Zorrilla, respectivamente.
En la Ciudad de México, Jalisco, Guanajuato, Morelos, Tabasco, Puebla y Chiapas cada quien irá por su lado con su propio candidato, de hecho en esta última entidad fue donde repentinamente el partido del tucán abandonó al tricolor, provocando una tormenta al interior de la candidatura de Roberto Albores Gleason.
Sobre qué es lo que ocurre hay varias teorías, una es que se trata de una crisis pasajera que terminará y la alianza regresará, otra es que el PVEM detectó a tiempo que el PRI no logrará conseguir buenos resultados en este 2018 y trató de alejarse un poco para no verse afectado al menos en los estados pese a estar comprometidos en la federal, y otra posible es que al Verde se le acercaron otras corrientes políticas que le ofrecieron mejores acuerdos.
El PVEM se consolidó como partido en la década de los noventa, controlado por la familia González. Comenzó a ofrecerse al mejor postor, en la crisis priista del 2000 respaldó la candidatura del panista Vicente Fox, con la cual triunfaron y lograron la alternancia por primera vez en México, al siguiente año la unión terminó cuando acusaron que el PAN no cumplió con los acuerdos.
Para el analista José Fernández Santillán, el PRI fue el culpable del alejamiento entre ambos grupos políticos, y la corriente de los tecnócratas, encabezada por Luis Videgaray, provocó los problemas internos que terminaron en el descuido de sus alianzas políticas, entre ellas la del PVEM.
Mientras que el doctor Nicolás Loza observa que en este 2018 habrá un realineamiento de los partidos políticos, ya que los electores van a elegir opciones muy diferentes a los de los últimos comicios, por lo que los grupos políticos buscarán nuevas formas de renovación.
Lo cierto es que la dupla PRIPVEM trajo muchos éxitos para ambos sobre todo en el nivel gubernamental, como en el 2015 donde ganaron cuatro estados: Campeche, Colima, Guerrero y Sonora. Y tres años antes consiguieron la presidencia con Enrique Peña Nieto y obtuvieron Chiapas, Jalisco y Yucatán.
¿Quién se ha beneficiado más? El priismo ha conseguido el control del Congreso gracias a la bancada de los verdes, quienes han tenido mayor presencia de curules y han respaldado importantes proyectos, como las reformas estructurales, mientras que los del tucán han crecido gracias al cobijo de la estructura tricolor, prueba de ello fue el conseguir su primera gubernatura en Chiapas, señalada como el detonante de la disputa.
En territorio chiapaneco todo parecía miel sobre hojuelas, hasta que la dirigencia nacional priista anunció que el candidato era Roberto Albores Gleason, contrario al elegido por el gobernador Manuel Velasco, que era Eduardo Ramírez. Al parecer el momento de tensión se había calmado cuando en el discurso se aceptó impulsar a la opción priista.
Pero al final, el Verde local, a cargo del mandatario estatal, movió las piezas para abandonar de último momento una candidatura que se ve debilitada desde el inicio y que tiene ante sí el gran reto de competir con el crecimiento de Morena, partido al que se ha acercado la estructura del tucán.
Un matrimonio de conveniencia
El doctor por la Universidad de Turín, José Fernández Santillán, considera que lo que actualmente pasa entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Verde Ecologista de México (PVEM) es la crisis de un matrimonio de conveniencia, y la culpa del problema la comenzó el Tricolor, específicamente las acciones que realizó Enrique Ochoa Reza cuando era dirigente nacional.
El politólogo agrega que el quiebre del priismo comenzó a surgir cuando Peña Nieto, como presidente de México, permitió –aprovechando su peso dentro de su partido– que el grupo de tecnócratas encabezados por Luis Videgaray tomara el control, en ese momento hubo un quiebre con el grupo de políticos de cepa como Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes, entre otros.
“El alejamiento se da porque el PRI siempre había sido dirigido por políticos de carrera. Para llegar a ser dirigente del PRI se tenía que pasar por un largo proceso de maduración. Enrique Ochoa llega a imponer un criterio que los priistas dirigentes, cuadros intermedios y base no entienden, y menos los gobernadores, empieza a pelearse con todo el mundo”, explica en entrevista el también catedrático del Instituto Tecnológico de Monterrey.
Para Fernández Santillán, el PRI bajo el control de los tecnócratas ha cometido varios errores como darle la dirigencia a alguien con poca experiencia como Ochoa Reza, permitir la candidatura presidencial de alguien que dice no ser priista como José Antonio Meade, y también el descuidar sus alianzas estratégicas como la del Verde Ecologista, lo que ha provocado que los miembros de peso se declaren en una especie de huelga de brazos caídos.
El analista cree que todo dependerá del resultado del 1 de julio para plantear si se recupera el matrimonio o no, una combinación que proporcionalmente ha beneficiado más a los del tucán, según su punto vista, pero indica se debe tener cuidado porque ellos no tienen ideas, tienen intereses y su fuerte es la negociación política.
El menor desafió al mayor
Nicolás Loza, profesor e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) México, considera que el Partido Verde Ecologista creció, se dio cuenta de su fuerza propia y de sus recursos, y decidió desafiar al mayor, en este caso al Partido Revolucionario Institucional, y lo confrontó en la selección de candidatos.
“Tenemos antecedentes sobre todo en Chiapas de cómo el Partido Verde que comenzó siendo una suerte de segunda pista para muchos priistas, terminó generando fuerza propia, una vez que una dirigencia política tiene respaldo electoral y tiene financiamiento público pues no tiene otra razón que la ideológica para serle leales a sus anteriores aliados, y eso no es su fuerte”, explica.
El doctor considera que en este 2018 los ciudadanos elegirán opciones diferentes, por lo que las tres fuerzas políticas fuertes históricamente como el PRI, PAN y PRD tendrán que renovarse, lo que denomina como un realineamiento del sistema de partidos.
“Si el Verde obtiene una elección buena va a seguir desafiando al PRI. Si al Verde no le va bien, varios de sus políticos podrían buscar cabida en otros partidos”, considera Loza, quien agrega que la constancia de la alianza entre priistas y verdes será difícil de volver a ver.
“En esa alianza –PRI y PVEM- ambas partes obtuvieron buenos dividendos, los dos no podían siempre ganar, pero creo que el intercambio para el PRI por pequeño que fuera el aporte del Verde le permitió victorias electorales, y al Verde lo ayudó a crecer hasta la situación en la que está ahora, como fuerza principal en Chiapas, fue un buen negocio para los dos”, concluye el especialista.
El Verde y su ambición de crecer
Fernando Dworak, analista político, considera que la relación entre el Verde Ecologista y el Revolucionario Institucional es que el primero comenzó a tener mayores ambiciones de crecer y se dio cuenta de las dificultades que tendrá para conseguirlas al mantenerse en esa alianza.
“El Partido Verde tiene ambiciones de crecer, de hecho en el 2012 como parte del acuerdo con el PRI se le concedió la gubernatura de Chiapas, un partido tiene ambiciones de pedir más, no creo que tenga un techo, eso hace que con cada elección sus costos de negociación aumenten”, explicó.
Para el catedrático del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), una característica del Verde es que tienen una campaña de comunicación eficiente, ya que aunque puedas o no estar de acuerdo con sus propuestas, algunas polémicas como la pena de muerte, la mayoría de la gente las conoce y las identifica.
“Habrá dos escenarios: la próxima semana comienzan a surgir declinaciones del Verde en favor del PRI en las gubernaturas tras nuevas negociaciones o, como algunas personas han comenzado a observar, una especie de alianza Verde-Morena como lo que ocurre en Chiapas, ya sea de facto o real entre ambos partidos. El Verde quiere crecer él mismo”, explica el maestro por la Universidad Hull de Reino Unido.
Dworak cree que el PRI podría ser el mayor afectado con el alejamiento, ya que tuvo mayoría en el Congreso de la Unión gracias al PVEM, y así ocurrió en estados como en Chihuahua y Veracruz con los gobiernos de los Duartes.
Guardan distancia del PRI
Para el politólogo Salvador Mora, de la UNAM, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) ha guardado distancia de la candidatura de José Antonio Meade, con lo que busca en un control de daños no verse afectado por un posible fracaso en el proyecto que ha impulsado el priismo.
“Es sintomático a nivel federal la falta de spots del Verde Ecologista para arropar a Meade, aquí es mucho una necesidad de guardar distancia del candidato para no verse perjudicada su imagen y que eso le reste votación a ese partido”, explica el también catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El analista considera de suma importancia recordar que fue en los tiempos de Roberto Madrazo en el priismo que se le dio una gran importancia a la alianza con el Verde Ecologista, lo que lo convirtió en un partido con presencia en el Congreso de la Unión.
“El conflicto Chiapas reventó en la medida de que el PVEM creyó que seguía teniendo una influencia en la selección del candidato en la alianza, pero ahí evidentemente Peña Nieto impuso el candidato a Velasco, eso fue determinante hasta que se erosiona la alianza. Ese escenario dice demasiado”, explica Mora, quien destaca que el partido del tucán se ha beneficiado sólo de las alianzas.
Otro punto a destacar por el politólogo es que más allá de los pactos políticos existe una relación íntima entre tricolores y verdes, como el nexo de Pablo Escudero y Manlio Fabio Beltrones, así como el hijo de Emilio Gamboa Patrón como militante del partido aliado.
“El Verde es una especie de partido que sirve para proponer y permitir no sólo alianzas, el PRI se hizo del sello del PVEM para hacer uso de él a su manera y conveniencia. Se ha prestado incluso a las televisoras para sus telebancadas”, concluye.