http://youtu.be/VSvtYFqTgHI
Un viernes por la mañana se empezó a armar un alboroto en redes sociales.
El EGADE, escuela de posgrado de negocios del Tec de Monterrey subió un video publicitario que, en una coreografía muy Glee, invitaba a los estudiantes a ser felices. “EGADE Happy” era el título e iniciaba con la directora nacional, Lourdes Dieck, abriendo la puerta para que entraran maestros y alumnos, bailando.
Los que alcanzaron a verlo estaban petrificados de asombro. Los maestros, casi todos con título de PhD, aparecían en la coreografía. Las redes estallaron compartiendo el video de YouTube. Las críticas, más subidas de tono que lo sucedido con el logotipo.
“El Tec debió contratar al coreógrafo de Vaselina en lugar de expertos en finanzas”, decía uno de los comentarios. A las 2 de la tarde, la grabación desapareció. No hubo explicación y el “EGADE Happy” pasó a ser leyenda.
Pero la discusión apenas comenzaba a hacerse pública y el cambio de logotipo encendió la chispa de inconformidad en una comunidad del Tec de Monterrey que solo necesitaba un pretexto para externar su descontento.
En la polémica empezaron a intervenir los Exatec, profesionistas exitosos, maestros de cátedra, maestros con altos grados académicos.
Fueron diversos los temas que tenían molesta a la comunidad Tec.
Primero fue la introducción de las ciencias de la felicidad en la currícula y la inauguración con honores del instituto dedicado a que el mundo sea feliz… o por lo menos el Tec.
Vino después el cambio de logo, el cierre de varias carreras emblemáticas como Ciencias Políticas, Periodismo y Psicología. Por si fuera poco sigue aún viva la polémica con varias renuncias y remató con con el “happy video”.
Las redes estallaron y el muro de Facebook del presidente-rector, Salvador Alva, se llenó de reclamaciones.
Los más participativos fueron exalumnos del Estado de México, del DF. Pocos comentarios vienen de los maestros del campus Monterrey, la sede central del Sistema. Prefieren conservar la chamba, dicen cuando se trata de lograr entrevistas.
Algunos entrevistados, que aunque han tomado liderazgo en redes, no aceptaron dar su nombre, mencionan un régimen de terror y cierta represión.
Sin embargo todos coinciden en lo mismo; lo que se volvió público con el logo es la punta de iceberg de un problema de fondo sobre “el nuevo Tec” que desde hace casi tres años preside Salvador Alva, un hombre al que reconocen como bien intencionado está alejado del rigor académico que debería distinguir a una universidad.
Salvador Alva, el mercadólogo
Su expertise es la mercadotecnia, pero algunos dicen que definitivamente no entiende cómo “vender” una institución académica. “Es un experto en vender chatarra”, dice alguien refiriéndose a su pasado como presidente de Pepsi, y agrega: “y trata de convertir el Tec en eso…”.
Graduado en la UNAM, Salvador Alva fue llamado a dirigir lo que era el Sistema Tec.
Como primer impulso cambió totalmente de organización para dejar de ser sistema y crear lo que llaman “un solo Tec” que incluye los 31 campus, la escuela de posgrado, la división salud con el Hospital San José Tec de Monterrey, más el Tec Milenio, que se dice auspiciado por el Tec de Monterrey pero se maneja independiente también y con 31 campus en la República Mexicana.
Alva ingresó en septiembre de 2011, después del retiro de Rafael Rangel Sostmann, un rector que llevó al Tec a internacionalizarse con más de 100 acuerdos con las mejores universidades del mundo.
Rangel es recordado por su rigor académico y la formación de un cuerpo docente bien preparado en donde todos tenían la opción de completar su educación con un PhD y así aportar más a la oferta educativa y a la investigación en todas las áreas.
Llegó Alva y la elección desconcertó a muchos por su nula trayectoria académica.
Un académico jubilado recientemente relata que una de las primeras reuniones con su cuerpo docente la hizo en uno de los auditorios del campus Monterrey.
Estando ahí, puso en práctica un ejercicio motivacional. Pasó a todos al escenario y les repartió panderos para empezar a bailar y hacer música mientras el resto observaba, sin poderlo creer, desde las butacas. El mensaje era unirse, ser felices, dejar los formalismos atrás y trabajar por la felicidad. Probablemente planeaban ya el video de inicio de cursos, memorable por la coreografía de Vaselina, y ahora el de EGADE, que por el timing, se volvió leyenda.
Después de esa reunión, que marcó la pauta, uno de los vicerrectores más apreciado pasó a su oficina a dejar su carta de renuncia e inició un proceso de jubilación. “Ya estaba pasado de años”, dijeron algunos justificando el retiro en una cultura en que hay un desprecio uniforme a la experiencia y la sabiduría del cuerpo docente tradicional.
“Nativo digital”, era la nueva norma para reclutar y empezaron las jubilaciones “forzadas” o “voluntarias”, pero todas adelantadas, de grandes personajes que se habían considerado piezas fuertes de un Tec que logró sobresalir por la calidad de su educación y cuerpo docente.
Muy distinto a otras universidades en donde los profesores decanos reciben el privilegio de no dar clases de aula a cambio de dedicarse a la investigación y publicación de libros que elevarán su prestigio y el de la universidad, y son guías para alumnos. Esas instituciones tienen primeros lugares del “rank” mundial al que tanto añora el Tec pertenecer.
El prestigio de una marca
Para una profesora de tiempo completo en Comunicación y ahora en año sabático –experta en “Reputación empresarial”– en el cambio de logotipo se puede aplicar el ejemplo de Coca Cola, una marca para la cual su imagen vale más que todos sus activos en el mundo.
Esta comparación la aplica al Tec, en donde la gestión de reputación, o prestigio, debe ir ligada a la imagen, por lo que cambiarla tan radicalmente y con las circunstancias actuales, es una idea desafortunada.
Para la académica el prestigio de cualquier corporación es un intangible, en el caso de la identidad de marca se combina lo tangible con lo intangible, y borrar la imagen anterior para conservarla solo en eventos privados es negar las economías de la reputación.
Otra persona entrevistada, Exatec también y colaborador de la institución en distintas épocas, dice:
“La representación gráfica del Tec es la imagen externa de una realidad interna. Haber planeado el nuevo logotipo y haberlo aceptado sin buscar cuando menos imágenes parecidas empleadas en el mundo, significa que en la universidad se están relajando las actitudes”.
Pero no solo eso, para muchos el hecho de haberlo encargado a creativos americanos demuestra el poco aprecio a lo propio y un rechazo al talento de sus exalumnos.
Hay más. Otro entrevistado no está muy conforme con la vestimenta informal empleada para el evento de presentación y la poca seriedad del programa: “Si estaba dirigida a los estudiantes es pensar que ellos esperan esa especie de circo en lugar de un evento serio en donde se plantee algo tan trascendente como la nueva identidad gráfica. Subestiman a sus propios estudiantes”.
Y el tema cayó en la informalidad y lo que llaman un caso de motivación barata que está distinguiendo al Tec en los tiempos del último rector: “Ellos son el ejemplo, el modelo a seguir, la influencia. Yo esperaría a los rectores en saco y corbata, como siempre… ahora solamente parecen estar preocupados por la felicidad y suponen que esto incluye vestirse como estudiantes dando poca importancia a su investidura para convivir con un alumnado que enfrentará un mundo muy complejo, con mucha competencia y exigencias, en donde las formas son tan importantes como el fondo”.
La felicidad como ‘leitmotiv’
En octubre del año pasado el rector Salvador Alva presentó lo que significaba un gran paso en el Tec, la creación del Instituto de Ciencias de la Felicidad.
“Esto es el inicio de una semilla que se siembra con sueños y el crear el primer Instituto de Ciencias de la Felicidad del Sistema Tecnológico de Monterrey, es para nosotros un orgullo porque es el primero del mundo. A veces estos temas parecen intrascendentes cuando en realidad son las áreas que estamos viendo de mayor debilidad en el mundo para que podamos desarrollar a las personas”.
Ninguna otra universidad en el mundo se ha preocupado por introducir a su curricula, y menos de forma tan importante, el estudio de la felicidad. Probablemente porque esto se ha clasificado siempre como una actitud, o sentimiento, totalmente subjetivo y alejado de cualquier rigor académico… o científico. Aunque se enfocan también en el bienestar, que si es cuantificable, la formalidad se titula “felicidad”.
Pero para el Tec dirigido por el autor del libro “Tu vida, tu mejor negocio”, sería primordial:
“…el objetivo que tiene este organismo es promover y desarrollar un ecosistema de bienestar que contribuya a la transformación de la vida de los estudiantes del Sistema Tecnológico de Monterrey, así como de la comunidad en general”, dijo en la apertura.
Al entrevistar a un académico del Tec Milenio en Monterrey, sede del Instituto, explica que se trata de que la gente sea feliz con lo que tiene y que no relacione la felicidad con dinero o éxito en el trabajo. Sin embargo, aclara, la armonía se dará entre cuerpo sano y mente sana.
“Enfrentar todo con actitud positiva, con psicología positiva, lleva a cumplir las metas”, dice.
Otros críticos de la “felicidad por decreto” dicen que es una forma de crear graduados conformistas en donde la ambición o el sentido de emprendedor se nulifique y se alimente un sentimiento de “felicidad espiritual” lejos de la complejidad del mundo real: “Vivir entre sueños”, dice otro entrevistado.
Y relaciona el pasado laboral de Alva con este propósito de “felicidad”: “Está planeando todo con intención de mercadotecnia y quiere lograr cualquier cosa menos excelencia académica, la investigación y la preparación de alumnos enfocados a sobresalir, no a convencerse que la felicidad no va ligada a los bienes materiales o los cambios que necesita el mundo para ser mejor. Es una actitud que lleva a no tomar riesgos”.
El Tec, coinciden, debe ser el recinto del conocimiento, de la discusión, del análisis, de la crítica, de la reacción. No un lugar en donde los alumnos se suman en el conformismo y la aceptación de una realidad no ideal “para ser felices”, sin buscar cambios estructurales basados en el conocimiento y en cambio esperar que la “psicología positiva”, los lleve por inercia o atracción química, al éxito.
En cambio podrían estar felices… y estar dormidos, mientras aprueban exámenes en una universidad que está tirando por la borda su capital de prestigio e imagen por algo que ninguna otra institución educativa está tomando en cuenta y que son estudios de “psicología positiva” que empezaron a desarrollarse apenas hace 15 años, y entre polémica.
Otro punto a discusión entre los entrevistados es la calidad perdida en aras de la expansión. Y aunque en el complicado nuevo organigrama supuestamente no se considera más el Sistema Tec, el rector sí se dirige a la institución como tal.
Los 31 campus ahora son “un solo Tec”, sin embargo el nivel de profesores, el entorno de los estados en donde se han abierto las “sucursales” del Tec, responden a realidades muy diferentes.
“Querer hacer un solo Tec es pensar que hay un solo México, y eso no es cierto. En otros estados menos desarrollados en educación, como Chiapas, no pueden tenerse maestros del mismo nivel que los del Campus Monterrey o Ciudad de México. Tampoco las economías familiares, ni el nivel de la educación anterior de los estudiantes puede medirse de la misma forma”.
El ‘EGADE Happy’
En 2001 se inauguró la EGADE Business School en Monterrey y en 2003 EGAP, Escuela de Graduados en Administración Pública, que elevó el nivel de investigación del Tecnológico al incrementar la cantidad de investigadores.
Según la página del Tec, solamente tiene seis profesores dentro del Sistema Nacional de Investigadores, dependiente de Conacyt, y sobre esto una catedrática con PhD dice que cuando acuden a las reuniones anuales del Sistema de Investigadores, el Tec no recibe mucho crédito por sus aportaciones.
“Es difícil entrar al Sistema como profesor del Tec, las publicaciones que se exigen son muchas y de muy alta calidad, de alcance internacional, y hasta ahora el Tec da pocas facilidades ya que es necesario cumplir determinadas horas de aula. Estamos esperando que se reduzcan para poder participar más en el SNI, que nos tomen en cuenta”.
En este periodo de innovaciones el EGAP cambió de coordinación nacional y dirección en Monterrey. Bernardo González Aréchiga, un académico de amplia trayectoria, salió de la institución y fue reemplazado por que fuera secretario de Gobernación de Felipe Calderón, Alejandro Poiré.
Sobre esto una Exatec, madre de un estudiante de la prepa Tec, dice: “Y tengo pagada casi toda la carrera de mi hijo adelantando colegiaturas en un seguro, pero viendo lo que está sucediendo estoy pensando en la UVM, que tiene a González Aréchiga de rector y definitivamente es más serio”.
Y además, el EGAP enfrenta otros problemas. Hasta esta redacción llegó una carta de Deisy Hernández, egresada de MAP’10 de la EGAP Gobierno y Política Pública del Tecnológico de Monterrey, como representante de los exalumnos en desacuerdo con el cambio de nombre de la escuela de graduados.
De llamarse EGAP (Escuela de Gobierno y Administración Pública) ahora será Escuela de Gobierno y Transformación Pública.
“Cambiar de nombre por cambiar, no tiene sentido, además de que sentimos que se pierde el posicionamiento ya ganado de la “marca” EGAP, tanto a nivel nacional como internacional”.
El cambio se hizo sin consultar a graduados ni académicos, igual que el logotipo, que se presentó en un operativo “secreto” en que ninguno de los académicos estuvo enterado.
Para cerrar, una activa Exatec y ahora con una “jubilación forzada”: “Lo mejor que podría pasar es que Salvador Alva reconozca que no pudo con el reto de administrar al Tec. Sería lo más honesto y ético”.
Y regresa a la frase que también ha circulado en redes sociales: “Solo el Tec puede matar al Tec”, pero una gran comunidad orgullosa de su institución espera que no suceda, y están manifestándose.
Cierran carreras tradicionales
Carreras cerradas a partir del próximo semestre:
> Ciencias Políticas
> Periodismo
> Psicología
Inauguración del Instituto de Ciencias de la Felicidad
> Octubre 2013
Cambio de nombre de Escuela de Gobierno y Administración Pública
> Escuela de Gobierno y Transformación Pública