El madruguete a la CNTE

La gran mayoría de las carpas estaban vacías; en algunas, bultos liados en cobijas resistían el intenso frío que durante días ha afectado a la capital. Ahí no había ningún líder de la CNTE, ellos duermen calientes en camas de grandes hoteles. Estaban puros representantes, por eso fue que la policía del Distrito Federal ingresó al Monumento de la Revolución y los retiró.

“Ya están muy cansados”, asegura el secretario de Gobierno, Héctor Serrano Cortés, quien ha encabezado la interlocución entre los maestros de la Coordinadora y los funcionarios de la Secretaría de Gobernación.

¿Regresarán a la plancha de la Plaza de la Constitución? El amago es para la ciudadanía y el gobierno federal, no para las autoridades de la Ciudad de México, responde.

El segundo hombre más poderoso de la capital relata cómo fue que se tomó la decisión de que la fuerza pública ingresara a la explanada del Monumento a la Revolución para desalojar a los maestros disidentes y despejar el área que hoy luce limpia.

El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa, y su equipo no están dispuestos a permitir que los rijosos maestros de la Coordinadora vuelvan a ocupar con sus carpas el primer cuadro de la capital.

Sin embargo, aclaran, es responsabilidad del gobierno federal impedir que los inconformes con la reforma educativa, fundamentalmente los de la sección 22 del estado de Oaxaca, regresen a la Ciudad de México para instalarse en la Plaza de la Constitución y apoderarse nuevamente de las calles.

El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, mantienen una postura en conjunto: “No lo vamos a permitir”.

A la espera de que se retire la estructura de la pista de hielo que ocupa la explanada de la plaza de la Constitución, la amenaza de la CNTE se mantiene vigente.

Todos están hartos de los maestros

El pasado domingo 5 de enero los granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública local retiraron las carpas, anafres y cobijas que mantenían los pocos maestros en el Monumento a la Revolución. 

La ciudad aún no recobraba el movimiento habitual de sus calles, pues muchos capitalinos apenas regresaban de las vacaciones decembrinas.

Empleados del gobierno de la ciudad monitoreaban permanentemente el campamento que se mantenía en el Monumento a la Revolución. Ese día estaba casi vacío, sin sus cabecillas.

“Los líderes duermen en los grandes hoteles, ellos no padecen como el resto del gremio”, describe Serrano.

El secretario de Gobierno detalla que el diálogo se entabló con los escasos representantes del movimiento que se mantenían en la explanada y ellos aceptaron retirarse de manera pacífica.

“Ya están cansados”, insiste.

Serrano Cortés explica que las condiciones ya no son las mismas que en un principio. “Los ciudadanos ya están hartos de ellos”.

Y como ejemplo de este repudio de los capitalinos hacia los profesores de la CNTE enlista varios ataques de los que han sido objeto por gente de a pie.

En octubre pasado, cuando pasaban por el barrio de Tepito para llegar al Palacio Legislativo de San Lázaro, los profesores fueron agredidos con piedras y cohetones.

Por esas fechas, un grupo de ciudadanos se inconformó abiertamente contra las marchas de los maestros de la CNTE en la capital, lo que originó una gresca en las inmediaciones del Ángel de la Independencia.

También usuarios del Metrobús que recurrentemente son afectados por los cierres de las estaciones Juárez y Balderas por las protestas de los maestros frente a Televisa Chapultepec han manifestado su repudio contra los del magisterio.

“Ya no hay condiciones para ellos en la capital, está en riesgo su propia seguridad”, afirma el numero dos del gobierno de la ciudad.

Abiertos al diálogo

Serrano Cortés describe que en una mesa de diálogo efectuada en la Secretaría de Gobernación, el pasado 12 de diciembre, se definió claramente la postura que el Gobierno del Distrito Federal (GDF) mantendría ante los integrantes del movimiento de la CNTE.

Esa reunión la encabezó Luis Enrique Miranda Nava, subsecretario de Gobernación, y como parte central para desahogar los temas de esa reunión, Manuel Velasco, gobernador del estado de Chiapas, mientras que por parte del DF, Héctor Serrano Cortés, para fijar postura y exigir que el conflicto saliera de una vez por todas de la capital.

Al término de la reunión el funcionario local pidió la palabra para expresar el desacuerdo de que el problema entre el magisterio de Oaxaca y el gobierno de aquella entidad se desahogara en la Ciudad de México.

Hoy que el secretario de Gobernación, Osorio Chong, ha dicho que todo está dicho respecto a la reforma educativa y que no hay marcha atrás, los integrantes de la CNTE no tienen motivos para permanecer en el Distrito Federal.

“¿Acaso es que ahora van a marchar porque les quitamos las carpas del Monumento a la Revolución?”, cuestiona Serrano. “Sería una lástima que el movimiento de los maestros culminara así”, subraya.

Pese a todo el desgaste y críticas que han generado las marchas y protestas de la CNTE al gobierno de Miguel Ángel Mancera, las autoridades locales mantienen su disposición al diálogo.

Miles de textos, artículos y columnas plasman los efectos, para algunos devastadores, que el movimiento de la CNTE ocasionó al gobierno que encabeza Mancera en la capital.

Algunos colocan al mandatario local como la primera víctima de la CNTE; otros describen que los rijosos maestros sometieron al exprocurador que llego al poder con un éxito arrasador.

Total que después de tantas arremetidas contra el jefe de gobierno, el madruguete a la CNTE funcionó, el próximo reto consiste en evitar que ni diez carpas se instalen en el Zócalo.