Un tramo para tomar precauciones es la autopista San Martín Texmelucan-Tlaxcala
Abundan las cruces en memoria de las personas fallecidas y el transporte público se para en cualquier punto de la autopista para cargar y descargar pasaje
Tan solo el año pasado hubo 156 accidentes en ese tramo y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) clasificó su peligrosidad como “alta”
Es tradición para muchos mexicanos salir de vacaciones en las últimas semanas de julio, por lo que las alertas se encienden.
Las carreteras cobran víctimas y también, las autoridades montan puestos de auxilio y lanzan advertencias especiales para que los automovilistas y sus familias regresen a casa a salvo, después de la diversión.
El porcentaje más alto de los accidentes, con un 80 por ciento, es el factor humano. El hecho de exponerse sin precauciones en tramos carreteros peligrosos puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Caminos y Puentes Federales (Capufe), dependencia de la Secretaría de Comunicaciones, ha detectado tramos que presentan mayores peligros (gráfica), otros no los detectan aún, y en pequeñas comunidades las carreteras también se llenan de cruces recordando a quienes ahí perdieron la vida por choques de vehículos, o por atropellamiento, también común causa de muerte en caminos con rancherías o comunidades rurales vecinas.
Uno de esos tramos, trágicos, que sirven de ejemplo para tomar especiales precauciones, es la autopista de cuota que conecta San Martín Texmelucan, en Puebla, con la capital de Tlaxcala.
Aunque sólo abarca 25.5 kilómetros, el peaje es de 57 pesos, es decir, que cada kilómetro de recorrido cuesta el doble del precio en el arco norte que va de Puebla a Atlacomulco.
No tiene acotamientos, hay “puentes” improvisados por los pobladores para cruzarse de un lado a otro y posee en su récord una de las cifras más altas del país en accidentes mortales.
Tan solo el año pasado hubo 156 accidentes en ese tramo y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) clasificó su peligrosidad como “alta”.
Los costados de la autopista son una larga secuencia de cruces blancas en honor a las personas que han muerto allí. Los pobladores le llaman “la carretera de la muerte” y advierten que cada cierto tiempo la compañía encargada de la concesión quita las cruces porque “eso se ve mal”.
La concesión está otorgada al Grupo Pinfra, antes Tribasa, dirigido por el empresario David Peñaloza Sandoval, quien la mantendrá al menos durante los próximos dos años.
México líder en tragedias
Accidentes carreteros
> 2008-2010: 61,546
> 2011: 19,200
> 2012: 18,599
Lesionados
> 2008: 10,164
> 2009: 10,350
> 2010: 10,439
Muertos: 2,678
53% en tramos más peligrosos
Causas de accidentes carreteros
80% factor humano
9% factores naturales, niebla y derrumbes
7% condiciones del vehículo
4% problemas en el camino
Carreteras con mayor índice de accidentes
> México-Puebla
> México-Querétaro
> Cuernavaca-Acapulco
> Estación Don-Nogales
> Tehuacán-Oaxaca
> México-Cuernavaca
> México-Tizayuca
> México-Irapuato
> Acatzingo-Ciudad Mendoza
Fuente: Caminos y Puentes Federales (Capufe), Policía Federal de Caminos.
En manos de Pinfra
En marzo de 1990, la SCT otorgó la concesión para esta autopista, conocida actualmente como El Molinito, a la compañía Autopistas Concesionadas del Altiplano (Aucal), parte del Grupo Tribasa, antes Pinfra.
Esta empresa había sido constituida apenas 24 días antes de la concesión, el 21 de febrero de ese año, de acuerdo con su registro hacendario.
La concesión original era por 22 kilómetros y 7 años 6 meses. El 10 de mayo de 1990, a menos de dos meses de la concesión original, la SCT amplió el contrato en 7.5 kilómetros más, en la zona conocida como El Molinito.
Cuatro años más tarde, en marzo de 1994, la SCT extendió la concesión de 7 a 25 años a favor de Aucal, misma que debería vencer en marzo de 2015.
En noviembre de 2010 Pinfra celebró un convenio en términos confidenciales con la SCT y el Gobierno del Estado de Tlaxcala, por el que cedió la operación de la carretera a Promotora de Autopistas del Pacifico (Papsa), una de sus filiales.
Papsa tiene registrada como dirección principal la casa matriz de Grupo Pinfra, en Bosques de Cidros 173, colonia Bosques de las Lomas, en la Ciudad de México.
Reporte Indigo acudió a la dirección para solicitar informes sobre estas concesiones, pero encontró que tal número no existe en esa calle.
La recepcionista del Grupo Pinfra dijo a este diario vía telefónica que en efecto tal dirección no existe, pero que la usaban “nomás para fines fiscales”, por lo que sus verdaderas oficinas se encontraban una calle más adelante.
Sobre la autopista, hasta ahora las peticiones para que se modifique y se mejore su seguridad han tenido oídos sordos, mientras los habitantes siguen rompiendo las bardas.
Para poder pasar de un pueblo a otro se cruzan de la carretera libre a la de cuota sin pagar el peaje porque “no hay por donde pasar”.
Una carrera de obstáculos
Don Cheque vive desde que tenía dos años en una casa sencilla que quedó atrapada entre la carretera federal y esta autopista de cuota, conocida como El Molinito.
Sin proponérselo, la sala de su casa se ha convertido en el único paso seguro para que los habitantes de los pueblos que, detrás de la carretera libre, transiten al otro lado de la autopista.
Del otro lado hay una gasolinera, una colonia y una fábrica de azulejos.
A principios de los 90, relata el poblador, la concesionaria puso una barda en la puerta de su casa.
Esto determinó que, para ir al otro lado, Don Cheque y sus vecinos debían subir un puente y rodear casi un kilómetro.
No lo hicieron.
Abrió la barda que habían colocado y determinó que cualquiera que quisiera pasar “al otro lado” podría hacerlo atravesando por dentro de su casa.
“Tenemos necesidad de cruzar a comprar alguna cosa que necesitemos, y también los trabajadores que no tienen como pasar, les dejamos pasar por la casa”, explica.
También, los pobladores que vienen desde Tlaxcala en transporte público, necesitan cruzar la autopista para llegar a sus casas.
Para ello existen escaleras improvisadas, que ellos conocen como “puentes”, las cuales les permiten atravesar la carretera ante el peligro de los carros que vienen con la velocidad permitida en una autopista de cuota, es decir, más de 80 kilómetros por hora.
Desde que esta autopista fue abierta al tránsito, en septiembre de 1991, Don Cheque está esperando que le paguen las cuatro hectáreas de terreno que tomaron para hacer “las laterales”.
“No nos liquidaron nunca nada, ni un centavo, dijeron que era por la protección de la carretera, pero no hicieron el acotamiento”, expresa.
Hoy no existen esas laterales y en la mayor parte de la carretera no hay acotamientos donde un automóvil con alguna avería pueda estacionarse.
La concesionaria ha hecho algunas “mejoras” como pintar la entrada de los retornos y la división entre carriles, relatan varios de los vecinos.
Tragedias sin respuesta
Tanto “El Nieves” como Don Cheque coinciden en que los accidentes son el mayor problema de la autopista.
Un conteo realizado por la Cámara de Diputados durante 2006 reveló que había por lo menos dos víctimas fatales cada mes, la mayoría atropellados.
El peor accidente del que supo “El Nieves” fue de un tráiler que intentó pasar por la entrada irregular de la valla.
Cuando estaba dando la vuelta para incorporarse a la autopista, un autobús que venía a alta velocidad se “estampó” contra el tráiler. Los dos choferes perdieron la vida.
Aunque la compañía anunció que haría una carretera alterna para evitar los pasos irregulares, no lo ha hecho.
Hasta ahora el acuerdo con la SCT ha sido respetar estos pasos, porque su cierre generaría un “conflicto social agudo”, según un informe remitido por la secretaría al Congreso de la Unión en febrero de este año.
“El Nieves” cuenta que la calle paralela a la autopista, por donde ingresan los autos que evitan pagar peaje, sólo continúa tres kilómetros adelante, por lo que si alguien quisiera usarla para llegar a Tlaxcala, no podría.
Otro problema son la carga y descarga de pasajeros del transporte público local, ya que las “combis” se paran a media autopista.
Este es el único medio para que los pobladores de esas comunidades se trasladen hasta la capital del estado.
La carretera que cerró 23 pueblos
Ante el cierre de la entrada a sus pueblos, los habitantes de las 23 comunidades por las que atraviesa El Molinito han tomado sus propias medidas.
En varias zonas han abierto las bardas de contención y han hecho 79 pasos irregulares, por los que se “brincan” de la carretera federal a la de cuota sin pagar el peaje.
En uno de estos pasos pone su puesto José Antonio Aguilar, conocido como “El Nieves”, quien desde hace nueve años mantiene a su familia gracias a la venta de nieves.
El vendedor detalla que por esta entrada pasan diariamente desde pobladores de la zona, a quienes les sería imposible pagar el peaje varias veces en el día, hasta los automovilistas que vienen del Arco Norte y no quieren pagarla.
“Los habitantes del municipio abrieron ese espacio, querían ese carril pero no les dan acceso, la comunidad del municipio se opuso y por ellos mismos abrieron las dos vallas que evitaban incorporarse a la autopista”, explica “El Nieves”.
Quejas sin atención
En 1998, la entonces diputada federal por el PRI, Martha Palafox, pidió al poder legislativo que tomara acciones sobre los problemas de la carretera.
La SCT anunció un proyecto que incluiría la construcción de puentes peatonales y pasos a desnivel en varias de las poblaciones afectadas. Invertirían para ello 13 millones de pesos.
En enero de 2005 la SCT contestó a la entonces diputada que en efecto existía el proyecto de mejoras.
La concesionaria y la secretaría llevarían a cabo la modernización del entronque Ixtacuixtla, convirtiéndolo en un distribuidor vial de acceso controlado con casetas de cobro.
El costo de las obras correría a cargo de la Secretaría.
La concesionaria instrumentaría un plan de residentes para otorgar acceso libre del peaje a los habitantes del municipio de Ixtacuixtla y otras poblaciones.
La concesionaria, conforme a un padrón de residentes que sería levantado por el municipio y el gobierno estatal, sería avalado por la SCT, “les entregaría una identificación única que les serviría para ingresar por el entronque Ixtacuixtla sin el pago del peaje”.
La secretaría y la concesionaria se comprometían también a mejorar y ampliar el camino lateral a la autopista que existe en la zona, por lo que el gobierno estatal ampliaría en siete metros el derecho de vía.
Para ello, el municipio de Ixtacuixtla y los demás municipios se comprometían a suprimir de manera definitiva los accesos irregulares.
Todos los planes se quedaron en sueños felices. La SCT anunció a Palafox que “por razones ajenas a esta Secretaría, la firma del convenio no pudo concretarse (…) el problema sigue latente”.
El documento fue firmado por Oscar de Buen Richkarday, jefe de la Unidad de Autopistas de Cuota en la SCT.
Al año siguiente Palafox presentó otro punto de acuerdo en el que detallaba que en la zona conocida como Tlaxcala-Zona Militar-Panotla-La Virgen existía un retorno sin señalización, donde habían ocurrido la mayoría de los accidentes.
En un recorrido por la zona, Reporte Indigo constató que la señalización del retorno es apenas visible, abundan las cruces en memoria de las personas fallecidas y el transporte público se para en cualquier punto de la autopista para cargar y descargar pasaje.
El 9 de enero pasado, ahora como Senadora por el Partido del Trabajo (PT), Palafox presentó otro punto de acuerdo para exhortar a Papsa y a la SCT que cumplieran con el requisito de mantener en buen estado la autopista, así como informar el tiempo que tiene la concesión.
Fue aprobado en votación económica y considerado de urgente resolución, pero ninguna autoridad hasta el momento ha dicho qué sucederá para resarcir el daño a los familiares de los fallecidos, ni cuánto tiempo más el Grupo Pinfra mantendrá la concesión de la carretera.
México en top 10 de accidentes mortales
De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Seguridad de la Secretaría de Gobernación, durante el 2012 se generaron 10 mil 62 accidentes, con daños materiales por más de 571 millones 999 mil pesos.
“Nuestro país tiene las carreteras más peligrosas de Iberoamérica, son 2.7 veces más riesgosas que Guatemala y España. Por lo que al salir a carretera, y al conducir o viajar en un vehículo motorizado por cualquier calle, es muy importante seguir conductas salvavidas como manejar sin efectos por el consumo de alcohol, respetar los límites de velocidad, usar el cinturón de seguridad y enfocarse en el volante, sin mandar mensajes de texto o hablar por celular”, destacó Hugo Martínez McNaught, Director de Relaciones Gubernamentales, AXA México.
Agregó que México es uno de los pocos países de América Latina en donde contar con un seguro no es de uso común, ya que en el país el 75 por ciento de los automovilistas no tienen una póliza, por lo que las víctimas de estos accidentes quedan desprotegidas o desamparadas
La Comisión Nacional de Seguridad destaca que actualmente, el índice de edad de accidentes carreteros recae en personas entre 18 y 44 años; la OMS registra que 20 de cada 100 mil personas fallecen por accidentes viales siendo el mayor porcentaje adultos jóvenes.
