El primer reto diplomático de Peña Nieto
Ceder o mantenerse firme. Esa es la disyuntiva que tiene el equipo de transición del presidente electo, Enrique Peña Nieto.
Los gestos diplomáticos en los que incurra el nuevo presidente de México definirán la sustancia de la política exterior de su administración.
Su primer reto diplomático como presidente electo lo afrontó ayer durante su visita a Francia. Un examen que al parecer involucró también a la futura primera dama Angélica Rivera.
Rodrigo VillegasCeder o mantenerse firme. Esa es la disyuntiva que tiene el equipo de transición del presidente electo, Enrique Peña Nieto.
Los gestos diplomáticos en los que incurra el nuevo presidente de México definirán la sustancia de la política exterior de su administración.
Su primer reto diplomático como presidente electo lo afrontó ayer durante su visita a Francia. Un examen que al parecer involucró también a la futura primera dama Angélica Rivera.
Durante su estancia en París la periodista Valerie Trewelier, pareja sentimental del presidente francés Francois Hollande, solicitó una reunión privada con “La Gaviota” en donde presuntamente abordaría el caso Cassez.
Y aunque no se confirmó la reunión, esto significaría la primer incursión de Angélica Rivera en un diálogo diplomático que algunos presumen no sería del todo amistoso.
Terreno minado
Peña Nieto llegó al Palacio del Eliseo sabiendo que el tema de la mujer francesa acusada de secuestro, y condenada a 60 años de prisión, estaría esperándolo.
La misión del presidente electo fue tratar de reiniciar las relaciones, pese a la presión que el socialista Hollande hiciera sobre el tema.
Consciente del estatus actual de las relaciones con Francia, y aprovechando el cambio de gobierno en aquel país, Peña jugó la carta priista de la institucionalidad y al parecer funcionó.
Al menos ante las cámaras el presidente francés elogió la “franqueza y sutileza” del presidente electo mexicano alrededor del caso Cassez.
El encuentro privado habría estado inmerso de un breve “estira y afloja” por parte de los mandatarios, según dijo un miembro del cuerpo diplomático mexicano.
Sin embargo, realmente no se sabe si alcanzaron algún acuerdo de extradición o si simplemente Peña Nieto consiguió su primera victoria diplomática.
Dicho triunfo habría sido convencer al gobierno francés de que la justicia mexicana será aplicada, y que Florence cumplirá con la condena impuesta por participar en tres plagios en territorio mexicano. Además aclarar que insistir en el tema continuaría “empantanando” la relación.
Sin embargo, Peña Nieto aseguró que será respetuoso de la resolución que haga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por lo que el desenlace no es aún definitivo.
A raíz de que se inhibieran las relaciones diplomáticas México–Francia en junio de 2011, tras la fricción que generó el caso Cassez, el futuro de la relación bilateral era un tanto incierto.
El ex presidente conservador Nicolás Sarkozy intentó presionar diplomáticamente al gobierno mexicano para que la francesa de 38 años fuera extraditada.
El tono escaló de nivel cuando la ministra de Asuntos Exteriores y Europeos, Michelle Alliot-Marie, condenó el juicio contra la ciudadana francesa acusada de formar parte de la banda de secuestradores “Los Zodiaco”, señalando que la “justicia mexicana había violentado tanto el Estado de Derecho”, que afectó las relaciones bilaterales.
Poco tiempo después, siguiendo la línea diplomática clara del presidente Sarkozy, la ministra anunció un boicot a cientos de actividades culturales para conmemorar el año de México en Francia.
La salida del presidente Sarkozy del gobierno representó una oportunidad para que ambas naciones relanzaran la relación bilateral.
Ayer, Enrique Peña Nieto pisó territorio francés con ese claro propósito, dejando en manos del poder judicial el futuro de la ciudadana acusada de secuestro.
Por ello son muchas las voces que sugieren, que si la corte decide otorgar el amparo y posteriormente extraditarla, México habrá cedido ante las presiones de un estado extranjero.