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Las condiciones para un cambio político en nuestro país son latentes: el cansancio, la exclusión social, la pérdida de legitimidad del aparato político, solo falta que se rompa la rutina.
Es la lectura de Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos, partido emergente en España, que se ha consolidado como tercer fuerza política tras las elecciones generales, y que se ha posicionado como el fiel de la balanza del futuro de la política española.
“El momento en que la rutina que alimenta esta vieja política se quiebre, este régimen de la vieja política será desafiado por una nueva ciudadanía que reclame algo realmente diferente”, sentencia.
La caída del sistema en las elecciones de 1988; la sombra del fraude electoral en 2006; el sueño zapatista que tampoco se fraguó tras el levantamiento indígena en 1994; la traición a los deseos de cambio tras el triunfo panista en el año 2000, terminando con la hegemonía de 70 años del PRI; la fallida transición democrática.
Monedero está convencido que todos estos factores también han sido determinantes en la ausencia de una configuración que permita la emergencia de movimientos sociales que incidan en el cambio político en nuestro país.
“Son una suma demasiado continuada y repetida de fracasos que hacen que de alguna manera que este pueblo caiga en una suerte de resignación. En demasiado poco tiempo las energías utópicas de México han sido defraudadas”, señala.
Para Monedero, México es un claro ejemplo del funcionamiento del modelo neoliberal, ejemplificado en los esfuerzos institucionales de borrar el pasado, de provocar la falta de memoria de la ciudadanía. El olvido como una política de Estado en nuestro país.
“Una pregunta que sorprende a los que venimos de fuera es, ¿cómo es posible que la sangre se seque tan pronto?, ¿cómo es posible que todo se olvide tan rápido?”, cuestiona.
Aún así, se muestra confiado en que muchos de los movimientos sociales que se están gestando terminarán cuajando, convencido de que las circunstancias están dadas para el surgimiento de un factor de cambio político similar a ‘Podemos’ en España.
“Llevo mucho tiempo viendo en México posibilidades de cambio que un día, quizá cuando uno menos se lo espere se tornará en una gran transformación”, afirma.
Rompiendo el bipartidismo
El partido político ‘Podemos’ fue fundado en enero de 2014, su origen es el manifiesto ‘Mover ficha: convertir la indignación en cambio político’, el cual firmaban intelectuales, personalidades de la cultura, el periodismo y el activismo social y político, entre ellos Juan Carlos Monedero.
En este manifiesto se expresaba la necesidad de presentar una candidatura a las elecciones europeas de mayo de ese año, con el objetivo de oponerse, desde posturas de izquierda, a las políticas de la Unión Europea para la crisis económica.
“Podemos rompió el bipartidismo, que parecía una estructura inexpugnable. Cuando se rompe, se produce un cataclismo, sobre todo porque lanza, no solamente en España, sino en toda Europa el mensaje de que es posible cambiar la política de partidos”, afirma Juan Carlos Monedero.
Las condiciones políticas en España fueron propicias para el surgimiento de Podemos, sobre todo la incapacidad el conjunto de los partidos políticos, incluso los que pertenecían a la izquierda tradicional de representar un movimiento social, así lo asegura Monedero.
“Para que haya beso en los cuentos tienen que juntarse todos los factores y en el momento concreto. Y se juntaron una serie de factores que hicieron posible la emergencia de una fuerza política que impugnara el bipartidismo”.
El agotamiento de los dos principales partidos políticos en España, el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en un lapso muy breve de tiempo originaron que el principal beneficiado del mismo fuera ‘Podemos’.
“Por tanto por vez primera ocurría algo inédito y es que la pérdida de votos de uno de los dos grandes partidos no lo recogía el otro sino que lo recogían nuevas fuerzas políticas”.
En su primer experiencia electoral, ‘Podemos’ se presentó a las elecciones del parlamento europeo en mayo de 2014. Fue la cuarta fuerza política más votada con el 7.98 por ciento de los sufragios. Fue la sorpresa de los comicios.
Su confirmación llegaría en las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015, al posicionarse como la tercera fuerza política, y lo más importante, los colocó en una posición de privilegio para la conformación del nuevo gobierno. Cambió el tablero de juego político. En España se quebró la rutina.
El funcionamiento sistema parlamentario español es la clave para entender el cisma en que se encuentra el país ibérico. El presidente es elegido por el Congreso de los Diputados, y aunque el gobernante Partido Popular fue el vencedor de los comicios, aún queda lejos de contar con la mayoría.