Los modelos de vivienda rebasan a los jóvenes de la CDMX

El reto de la vivienda

Las normas de construcción y modelos de vivienda están rebasados por las nuevas necesidades de los jóvenes capitalinos, el desafío es que ahora sean asequibles para las nuevas generaciones basados en la eficiencia de los espacios

La demanda de vivienda en la Ciudad de México va en aumento conforme crece la población de la capital; sin embargo, las nuevas generaciones tienen menos ingresos y garantías laborales, lo que significa un nuevo reto tanto para autoridades como desarrolladores urbanos.

Los jóvenes de la generación millennial ya no buscan formar familias ni tampoco requieren tanto espacio para vivir, porque para independizarse han buscado el modelo de ‘roomie’ para rentar un cuarto dentro de un departamento o una casa.

Mientras, la necesidad de tener un espacio para vivir en la Ciudad de México ha crecido al ser una fuente de empleo para los habitantes de las entidades vecinas, principalmente el Estado de México.

Según el Reporte Económico del Tercer Trimestre de 2018 de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), la capital aportó el 22.7 por ciento al crecimiento económico de México y a nivel nacional ocupó el primer lugar en generación de empleos con 137 mil 495.

Sin embargo, la situación económica respecto a remuneración para los jóvenes de 15 a 29 años, la generación millennial, es precaria.

Del total de 39 millones de jóvenes de 12 a 29 años que viven en el país, el 44.3 por ciento vive en situación de pobreza y 60 por ciento tiene empleos informales y mal pagados, refirió Antonio Pérez Islas, coordinador del Seminario de Investigación en Juventud de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante la inauguración del congreso “Jóvenes en movimiento, realidades, acciones y proyecciones” en marzo pasado.

Además, de acuerdo con datos del 2018 del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), solo cuatro de 10 jóvenes en el país ganan más de 12 mil pesos mensuales.

A su vez, la renta de departamentos en zonas céntricas, como la Roma, Condesa o Del Valle, cuesta entre 10 y 25 mil pesos al mes, de acuerdo con el portal Lamudi

Estos factores hacen que tanto las normas de construcción como modelos implementados por los desarrolladores estén rebasados y necesiten actualizarse.

“Yo tengo un departamento en el que sólo uso la cocina una vez a la semana pero está pensada para usarla todos los días y que el padre de familia coma en el comedor, lo que actualmente no tiene sentido”, afirma Alejandro Morales, director y fundador de Covive, empresa dedicada a implementar nuevos modelos de vivienda en el país.

Sin gentrificación

El otro reto, además de hacer una vivienda que cubra las necesidades de las nuevas generaciones, es evitar la gentrificación en algunas zonas de la capital.

Éste es un fenómeno donde la inversión de capital en desarrollo inmobiliario y comercial en una zona determinada cambia el paisaje urbano por la construcción de fraccionamientos, bares, restaurantes, entre otros establecimientos, que provocan el aumento del precio de los servicios y que las personas de bajos recursos sean desplazadas.

Datos del INEGI de 2018 revelan que solo cuatro de 10 jóvenes en el país ganan más de 12 mil pesos al mes, lo que indica que su situación es precaria

Lo cual se puede evitar diversificando los mercados de vivienda en la capital en las alcaldías y que el Gobierno otorgue los incentivos necesarios para que los desarrolladores amplíen su oferta.

Andrés Sañudo, coordinador de política pública y desarrollo social y sostenible de Reurbano, afirma que para ello también se necesita un estado fuerte que sancione las malas o incentive las buenas prácticas inmobiliarias.

Éstas son las que se desataron durante el Gobierno pasado en el “boom” inmobiliario en las alcaldías del centro de la capital como las violaciones al uso de suelo, construir más de lo permitido, no realizar estudios de impacto ambiental, entre otras.

Además, puntualiza que existe una urgencia de que el Programa General de Desarrollo Urbano se actualice conforme a las nuevas necesidades de la población.

“Hoy hay familias de una gran variedad y cada uno necesita un modelo de vivienda. Necesitamos reglas diferentes que nos permitan abarcar todos los nuevos modelos de vivienda”, refiere.

Sañudo señala que los programas de desarrollo urbano de las alcaldías alcanzan hasta los 19 años de antigüedad.

“Tenemos un Programa General de Desarrollo de 2004, tenemos programas de desarrollos de alcaldías del 2000 y el más reciente, parcial, es de Polanco de hace dos o tres años, pero nuestra normativa no incluye todo lo que se está dando”, menciona.

El nuevo modelo de vivienda

Alejandro Morales, director de la empresa Covive, indica que los nuevos modelos de vivienda asequibles para las actuales generaciones deben estar basadas en la eficiencia de los espacios.

También deben contemplar que los millennial no tienen tiempo libre suficiente y sólo buscan un lugar en el cual dormir para al otro día ir a trabajar y ocasionalmente convivir.

Como jóvenes estamos dispuestos a compartir cocina para vivir más cerca de la ciudad, para aprovechar más nuestro tiempo libre y conocer más gente
Alejandro MoralesDirector de la empresa Covive

Por lo cual, Morales indica que Covive busca implementar un modelo bajo el esquema de renta de una vivienda compacta, parecida al cuarto de un hotel, con la diferencia de cada cinco habitaciones hay un espacio compartido, sala y cocina.

“Se quiere asemejar a un hotel en que no te tienes que preocuparte por el mantenimiento básico, asumimos que las nuevas generaciones tienen poco tiempo libre y que eso lo usen para hacer lo que les guste”, explica.

Además, existe en su propuesta de vivienda un espacio de convivencia para todos los arrendatarios donde haya una sala de juegos y otra para hacer yoga o alguna otra actividad física.

Afirma que los desarrolladores inmobiliarios tienen que pensar en la juventud y dejar de hacer departamentos que ya no son funcionales para las nuevas generaciones.

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