El tiro de gracia al Cártel de Tijuana

Las cuatro balas que ultimaron a Francisco Rafael Arellano Félix prácticamente acabaron también con el -moribundo desde hace años- Cártel de Tijuana.

Con la ejecución del mayor de los Arellano Félix -alias “El Pelón”- el viernes pasado a manos de un hombre vestido de payaso, la consolidación del Cártel de Sinaloa en Tijuana se reafirma.

Desde el 2011, y luego de tres años de una sangrientas batallas entre el cártel de los Arellano Félix y una célula de estos que no reconocía al nuevo líder en Tijuana, el ganador parecía haber sido el Cártel de Sinaloa.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Integrantes de la OAF fueron arrestados de 2002 a 2004
Con el asesinato del mayor de los Arellano Felix, la consolidación del Cártel de Sinaloa en Tijuana se reafirma 

Las cuatro balas que ultimaron a Francisco Rafael Arellano Félix prácticamente acabaron también con el -moribundo desde hace años- Cártel de Tijuana.

Con la ejecución del mayor de los Arellano Félix -alias “El Pelón”- el viernes pasado a manos de un hombre vestido de payaso, la consolidación del Cártel de Sinaloa en Tijuana se reafirma.

Desde el 2011, y luego de tres años de una sangrientas batallas entre el cártel de los Arellano Félix y una célula de estos que no reconocía al nuevo líder en Tijuana, el ganador parecía haber sido el Cártel de Sinaloa.

El SanDiegoRed reportó que el acérrimo rival de los Arellano Felix se había asentado plenamente en esa frontera inaugurando una nueva era en el crimen organizado, según coincidían desde ese entonces especialistas consultados.

“Se desmanteló a un cártel, pero llegó otro porque el mercado de la demanda de droga no se ha modificado; el consumo no ha variado de manera fundamental y eso motiva la presencia de cárteles en esta ciudad”, dijo en 2011 Vicente Sánchez, investigador del departamento de Administración Pública del Colef.

Y con el reciente asesinato del mayor de los hermanos Arellano Felix, la consolidación de los emisarios de Joaquín “El Chapo” Guzmán en Tijuana se reafirma.

Según versiones, el ataque ocurrió el viernes pasado alrededor de las 20:00 horas durante la fiesta que se celebraba en una palapa junto al mar en el corredor turístico de Los Cabos, muy cerca del Puente del Tule a unos 10 kilómetros de San José del Cabo.

“Está una persona cantando con el mariachi. Se aparece un personaje, así pintado la cara de blanco con una nariz roja. ¡Sorpresa!, grita, y va casi al centro de donde nos encontrábamos toda la gente y empieza a hacer movimientos con su cuerpo, con sus manos y de repente se le deja caer un gorro y cuando él se agacha y cuando se va recuperando otra vez para pararse, se percibe que tiene un arma, y se escucha un disparo.

“La persona a la que le dispara, que era el anfitrión, se va de bruces y, esta persona, el payaso, se oye que tira tres veces más”, relató un testigo de los hechos a Noticieros Televisa.

Algunas otras fuentes extraoficiales, sugieren que detrás de la ejecución de Francisco Rafael podría estar el Cártel de Sinaloa, principal enemigo de los remanentes de la organización de los Arellano Félix y del recientemente denominado “Grupos Unidos Nuevo Cártel de Tijuana”.

Un cártel casi inexistente

Con la caída de los padrinos de la droga, Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca y Miguel Ángel Félix Gallardo, las riendas del Cártel de Guadalajara pasaron a manos de los hermanos Arellano Félix, de Ismael “El Mayo” Zambada y de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Sin embargo, la fricción entre los Arellano Félix y el clan de “El Chapo” orillaron a que se dividieran, declarándose la guerra. 

La Organización de los Arellano Félix (OAF) fue considerada por la DEA y por autoridades mexicanas como la más poderosa entre 1990 y 2000.

Este cártel fue dirigido por muchos años por una docena de líderes, entre los más conocidos están “El Chuy Labra” y “El Mayel” y desde luego, “El Mon” (Ramón Arellano Félix) y “El Min” (Benjamín Arellano Félix).

De acuerdo a un estudio de la Universidad de Texas, en 2002 la OAF sufrió varias pérdidas importantes: en febrero asesinaron a Ramón Arellano Félix, el más brutal de todos los hermanos. 

Ramón estaba en Mazatlán con dos de sus lugartenientes con el propósito de asesinar a Ismael el “Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa y rival de los Arellano Félix. Sin embargo, fue detenido por policías municipales. 

Comenzó la balacera y la persecución que terminó en la muerte del capo y sus dos lugartenientes.

En marzo del mismo año, Benjamín, hermano mayor y cerebro del cártel, fue arrestado en la ciudad de Puebla. Ese mismo año, el entonces Procurador General de la República, Rafael Macedo de la Concha, afirmó que en un período de 18 meses, cerca de 2 mil integrantes de la OAF habían sido arrestados. 

El cártel quedó bajo el mando de Francisco Javier Arellano Félix, alias “El Tigrillo”, sin embargo, este fue capturado en agosto de 2006 por agentes federales.

Fue liberado y repatriado a México en 2008 por “buena conducta”.

De acuerdo a la agencia de investigaciones estadounidense, actualmente, la OAF está sumamente debilitada por sus fracturas internas y por los constantes ataques de los cárteles rivales. 

Los informes de la DEA refieren que  la carga de los Arellano Félix se encontraba en manos de una de la hermanas: Enedina.

De los siete hermanos solamente sobreviven dos: Carlos y Luis Fernando. Ninguno de ellos es buscado por ninguna autoridad.

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