El trabajo sucio
Las aseveraciones de Donald Trump en relación a que México no ha colaborado para detener la migración ilegal hacia los Estados Unidos son totalmente contradictorias, pues incluso el Congreso de su país ha reconocido este esfuerzo por parte de su vecino del sur
Imelda GarcíaAunque el presidente de los Estados Unidos asegura que México no hace su parte contra la migración indocumentada, lo cierto es que el país actúa como contención de los migrantes centroamericanos.
Sin embargo, también es cierto que la política migratoria ha tenido ajustes en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, dando una mayor entrada a este grupo de personas.
Desde la firma de la Iniciativa Mérida, entre los presidentes George W. Bush y Felipe Calderón, la cooperación entre ambos países se hizo estrecha no solo en el combate al crimen organizado, sino de la migración indocumentada.
A lo largo de los años, el gobierno mexicano ha colaborado con el estadounidense para contener lo más posible el paso de personas a través de su territorio para llegar a su frontera sur.
No solo eso. México tiene varios controles de seguridad en su territorio impulsados desde los Estados Unidos. Esto ha sido reconocido incluso por los propios estadounidenses.
En el informe “Los Esfuerzos de Control de la Inmigración en México”, del Servicio de Investigación del Congreso de los Estados Unidos, fechado en enero de este año, se da cuenta de las medidas que ha tomado el gobierno mexicano para contener la migración hacia el norte.
“Desde 2014, México ha establecido 12 bases navales en los ríos del país, tres cordones de seguridad que se extienden a más de 100 millas al norte de las fronteras México-Guatemala y México-Belice, y un programa de vigilancia con drones.
“México no tiene una policía fronteriza; en cambio, su Instituto Nacional de Migración (INM) es la única agencia con autoridad legal para detener a los migrantes, con alguna asistencia de la Policía Federal (…) Con el apoyo de los Estados Unidos, el INM está buscando profesionalizar su fuerza laboral y mejorar la coordinación y la comunicación con la Policía Federal, la Marina, el Ejército y las agencias de Aduanas”, expone el informe.
Además de aumentar la aplicación de la ley, indica el análisis, México proporciona servicios básicos para migrantes, incluida la atención médica.
El Congreso estadounidense reconoció que el gobierno mexicano enfrentó la presión de Estados Unidos para contener a las caravanas, aunque situó la tolerancia a los migrantes indocumentados en las organizaciones de la sociedad civil.
“Los grupos humanitarios han instado a asistir a los migrantes. En el otoño de 2018, los ciudadanos mexicanos, los grupos de ayuda y las entidades locales, estatales y federales proporcionaron a los migrantes alimento, refugio y ayuda de emergencia”, señala el texto.
Con esos recursos se han adquirido “equipos de inspección no intrusivos, kioskos móviles, equipos de caninos, vehículos y capacitación para hacer cumplir las leyes de inmigración”.
Asimismo, este dinero ha servido para construir una red de comunicaciones seguras entre las agencias mexicanas en la región sur del país; y van más allá.
“Para el 2019, los fondos de los Estados Unidos tienen como objetivo ayudar a México a recopilar información biométrica que pueda interactuar con las bases de datos de los Estados Unidos”, revela el informe.
Por si fuera poco, los Estados Unidos han patrocinado incluso a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, a la Organización Internacional para las Migraciones y hasta a la Comisión Mexicana de Ayuda para Refugiados para mejorar el acceso al asilo, dar asistencia legal, ofrecer alternativas a quienes piden refugio y aumentar la capacidad de respuesta de la COMAR.
Es decir, los Estados Unidos financian parte de la atención a los migrantes centroamericanos que han llegado a México en las caravanas de migrantes, hecho por el que ahora su presidente, Donald Trump, reclama al país.