El triángulo de las bermudas
La luz encendida. La puerta entreabierta y al fondo una sombra haciendo el papel de vigilante. Dos calles atrás la escena es la misma. En contraesquina, un pequeño grupo intercambiando opiniones.
Todos sospechosos. Siempre en alerta y con una sola misión: impedir un albazo de la delegación Cuauhtémoc. Evitar la instalación de parquímetros en la zona de las colonias Roma–Condesa.
Y es que la consulta vecinal que realizó Alejandro Fernández, el titular de la demarcación el domingo pasado, para conocer la opinión de los colonos, se convirtió en una bomba de tiempo.
Jonathan Villanueva
La luz encendida. La puerta entreabierta y al fondo una sombra haciendo el papel de vigilante. Dos calles atrás la escena es la misma. En contraesquina, un pequeño grupo intercambiando opiniones.
Todos sospechosos. Siempre en alerta y con una sola misión: impedir un albazo de la delegación Cuauhtémoc. Evitar la instalación de parquímetros en la zona de las colonias Roma–Condesa.
Y es que la consulta vecinal que realizó Alejandro Fernández, el titular de la demarcación el domingo pasado, para conocer la opinión de los colonos, se convirtió en una bomba de tiempo.
Los líderes vecinales están dispuestos a hacer lo que sea con tal de evitar que el delegado haga de la vía pública un nuevo negocio que sirva como paliativo para las problemáticas más comunes.
Por eso Alejandro Fernández está envuelto en un verdadero crucigrama, donde cualquier decisión lo pondrá en una posición sumamente cuestionada.
El pan de todos los días
Los autos en doble fila. Gente formada. La música, la iluminación y la cortina de humo prenden el ánimo de los comensales. Y así, la escena se repite una y otra vez…
Es una tierra sin ley. Los vecinos la llaman simple y llanamente “el triángulo de las bermudas”, pues es un lugar donde todo y nada puede pasar en una misma noche.
Se trata de un espacio donde el uso del suelo, los permisos de construcción, los de apertura, los estudios de factibilidad y de impacto son lo de menos; donde las suspensión de actividades dura solo unas cuantas horas.
“No hay espacio para estacionarse. Ese carro negro, sí, ése que ve allá, lleva tres vueltas y no encuentra lugar. Todo por ahorrarse 50 pesos aquí con nosotros”, dice un valet parking.
El hombre bonachón y de bigote ralo hace una pausa a la conversación; corre entre las jardineras con juego de llaves, mientras el chaleco amarillo se pierde entre las calles.
Es viernes. Pero los jueves, miércoles y hasta martes se pone igual. Todo a reventar: restaurantes, bares, antros, billares, librerías, cafeterías y cuanto negocio se puede uno imaginar.
Y es que en los últimos años los giros negros siguen apareciendo en el polígono de la Roma–Condesa. Hecho reconocido por diversas autoridades, entre ellas, la propia delegación Cuauhtémoc.
Roberto Jiménez, presidente del Comité vecinal de la Roma Sur 1, afirma que se trata de un problema integral, que se debe atender desde varios frentes y no solo con parquímetros.
Lo anterior, debido a que el jefe delegacional es el principal promotor de esta medida como solución al caos vehicular que a diario tienen que sortear los comensales y vecinos de la zona.
La lucha de poder
“¡Basta!… ni un paso atrás”, gritaba una y otra vez uno de los líderes vecinales de la Roma–Condesa mientras se desarrollaba la consulta que organizó el jefe delegacional.
“Mire cuánta gente mandó a las calles el delegado, ahí andan los empleados de Vía Pública, los de Justicia Social y los de Participación Ciudadana presionando a los vecinos para que avalen su propuesta”, sentenciaba Roberto Jiménez.
Él líder vecinal y sus compañeros hicieron lo propio para evitar que el proyecto se pudiera concretar.
La realidad es que el delegado ya tenía todo listo desde algunas semanas atrás. No hablamos de los preparativos de la consulta, sino de la empresa que se hará cargo del servicio, según las declaraciones de los inconformes.
Manifestaciones, marchas y gritos de consigna fueron la constante que provocaron un empate entre los que sí quieren parquímetros y los que se oponen rotundamente.
La votación se inclinó ligeramente hacia los disidentes, quienes afirman que fueron víctimas de la clásica operación perredista de cada proceso electoral: carrusel.
“Después del recuento vemos que nos sobran 100 papeletas y en contraste con la cantidad de votos. Lo raro es que nos ganaron por nueve votos y 22 en otra colonia que se ha manifestado abiertamente en contra”.
Por eso aseguran en rueda de prensa, declaraciones aisladas, y en todas las calles del perímetro de la Roma-Condesa que harán valer el resultado.
De modo que la única parte donde ganó el proyecto de parquímetros es el de la colonia Hipódromo, así como una parte de la Roma Norte.
“Lo cierto es que no pueden poner este servicio en unas calles y otras no de una misma colonia. Y la franja donde no tienen oposición no es la zona de bares, por lo cual el proyecto se está cayendo”, dice Roberto Jiménez.
La propuesta
Mientras las autoridades afirman que se respetará el resultado de la encuesta, los vecinos se mantienen en alerta permanente, pero también hacen una nueva propuesta.
Se trata de un nuevo Plan Parcial de Desarrollo Urbano para las colonias Roma–Condesa, donde se revise el número de negocios y si cumplen con los permisos de ley.
Así como la regulación del espacio público, especialmente en los parques España y México, donde las autoridades han autorizado negocios en medio de estos lugares.
Afirman que si se restringe la aparición de más giros negros y se regula el valet parking la circulación mejorará considerablemente, puesto que los parquímetros “no servirán si van solos”.
Entre las declaraciones hablan de amenazas por parte de personas desconocidas, quienes les han advertido que dejen de sabotear el proyecto de Alejandro Fernández.
Mientras las negociaciones siguen atoradas, la operación política del delegado parece debilitarse, ya que también tiene abierto un frente con el líder de su grupo, René Bejarano.
En días pasados, Fernández dijo que abanderaría la instalación de parquímetros en la delegación.
El resultado de esta encuesta provocó que los demás delegados optaran por no cederle esa batuta.
El último tema que tiene contra la pared a este jefe delegacional, es la teoría vecinal de que ya existe un acuerdo entre Grupo Bicentenario y la delegación para explotar el espacio público con los parquímetros y obtener una jugosa ganancia.