El último gobierno perredista

La administración que hace seis años comenzó Miguel Ángel Mancera llegó a su fin, Reporte Índigo hace un recuento de las polémicas que hubo en sexenio así como del legado que dejó

A seis años de que Miguel Ángel Mancera llegó a gobernar el entonces Distrito Federal con los más altos niveles de aprobación ciudadana, hoy termina ese sexenio marcado por escándalos de corrupción y medidas impopulares que dieron pauta al arrasador triunfo de Morena y Claudia Sheinbaum Pardo en la Ciudad de México.

En cinco años se extinguió el brillo de aquel Miguel Ángel Mancera que empezó a gobernar la Ciudad de México con una votación histórica de 3 millones 28 mil votos.

En su sexenio surgió el concepto del cártel inmobiliario para referirse a la presunta construcción irregular de complejos habitacionales y centros comerciales; se echó abajo por la vía vecinal la construcción del Corredor Cultural Chapultepec; los capitalinos enardecieron por el incremento al boleto del metro y la aplicación de las fotomultas.

Pese a todo, Miguel Ángel Mancera Espinosa, hoy senador, hizo realidad lo que otros no consiguieron concretar: la reforma política del Distrito Federal y la primera Constitución de la Ciudad de México

Desde el primer minuto de este miércoles, los equipos clave de Claudia Sheinbaum, responsables de garantizar la seguridad y operatividad de la Ciudad de México, tomaron el control de la seguridad pública, de las policías, del Centro de Mando (C5), del agua y del Metro.

Hoy que Claudia Sheinbaum asume el poder en el Congreso de la Ciudad de México, acompañada de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, Reporte Índigo presenta un balance de aquellas acciones de gobierno y decisiones de Miguel Ángel Mancera que marcaron su sexenio.

Los primeros tropiezos

Uno de los primeros reveses a los que Miguel Ángel Mancera se enfrentó como jefe de gobierno ocurrió en el 2013 por la oposición al aumento del boleto del Metro que pasó de 3 a 5 pesos. A partir de esa fecha, no hubo medio o encuesta que no reportara la caída en picada de la popularidad del gobernante.

En el 2014, el descontento ciudadano creció con el endurecimiento del Hoy No Circula que prohibió a los autos con más de 15 años de antigüedad circular en las calles de la capital. Las mediciones de aquellos años refieren que el rechazo ciudadano alcanzó el 70 por ciento.

Con apenas un año en el gobierno, Miguel Ángel Mancera tomó una de las decisiones que más enemigos políticos le produjo en su corta carrera política: el cierre de la Línea 12 del metro por fallas que ponían en riesgo la seguridad de los pasajeros.

Durante un año y ocho meses, la llamada Línea Dorada se mantuvo cerrada al público mientras Mancera Espinosa y su equipo libraban una guerra mediática con sus antecesores, Marcelo Ebrard y sus colaboradores.

Resistencia ciudadana

Después de esa decisión, siguieron muchas otras igual de polémicas y controvertidas que provocaron dos hechos claros: catapultaron el concepto de participación ciudadana, al grado de someter a consulta una de las decisiones de gobierno, y sepultaron las aspiraciones presidenciales de Miguel Ángel Mancera.

El 31 de octubre de 2014, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal ingresó al Hospital ABC para que realizaran un procedimiento de ablación cardiaca por cateterismo para corregir una taquicardia que le fue detectada durante su chequeo anual.

Un año después del cierre de la llamada Línea Dorada, a finales de 2015, Mancera enfrentó otro tipo de poder: el de los vecinos, quienes se opusieron a la construcción del Corredor Cultural Chapultepec, en la avenida del mismo nombre.

Organizados y apoyados por la fuerza de Morena que ya movía a muchos cuadros en la capital, vecinos de la Roma, Juárez y Condesa se opusieron a esa obra y consiguieron que se convocara a una consulta a través del Instituto Electoral de la Ciudad de México, donde ganó el rotundo “No” al proyecto.

A esta lista se sumó el golpe que hasta los últimos días le afectó: la puesta en marcha de las fotomultas. Esta medida de infraccionar a los automovilistas que circularan a exceso de velocidad le costó el rechazo ciudadano hasta la fecha.

Tal fue el escándalo ocasionado por el contrato de las fotomultas cuyas ganancias iban a parar en un 46 por ciento a la empresa operadora, que se convirtió en tema de campaña de Claudia Sheinbaum Pardo, quien hace unos días como jefa de gobierno electa, anunció un nuevo plan de infracciones con diez puntos en la licencia de conducir que pueden ser perdidos de acuerdo a las infracciones del automovilista y recuperados con trabajo comunitario.

Más allá de las decisiones tomadas por el gobierno, la naturaleza puso a Mancera otro reto: el catastrófico sismo del 19 de septiembre de 2017.

La estrategia de Mancera y su equipo de colaboradores más cercanos fue atrincherarse diariamente en las instalaciones del C5 para la toma de decisiones mientras la ciudadanía lo reclamaba en la calle.

El terremoto dejó 228 muertos en la ciudad de México y miles de edificios dañados que arrojaron a miles de afectados y damnificados.

Los estragos del sismo frenaron, por mucho la ruta política trazada por el mandatario local y su equipo, en busca de la candidatura presidencial en este 2018. Mancera se vio obligado a atender la emergencia y prolongar su permanencia al frente del gobierno de la Ciudad de México.

Luego del sismo y con la presión a cuestas del último año de gobierno, Mancera intentó afianzar el proyecto de la Planta de Termovalorización antes de abandonar la administración local.

La aprobación de dicho proyecto generó una crisis en la Asamblea Legislativa debido al encontronazo entre Morena y el PRD durante la sesión ordinaria en la que se discutía el dictamen sobre la garantía financiera de 109 mil millones de pesos para la construcción, operación y puesta en marcha.

La bancada de Morena intentó evitar la votación de ese documento, lo que generó de inmediato la confrontación con el PRD. La parálisis legislativa duró semanas debido al choque entre ambos partidos.

Cambio de estafeta

Ocho meses antes de terminar su sexenio, Mancera Espinosa salió del gobierno de la Ciudad y pasó la estafeta de mandato a José Ramón Amieva, quien hoy entrega el poder a Claudia Sheinbaum.

¿Qué recordar del sexenio que terminó? Como Mancera lo dijo muchas veces: el más grande legado que su gobierno dejó es la Primera Constitución Política para la Ciudad de México.

Más allá de cambiar el nombre de Distrito Federal por el de Ciudad de México, el contenido de la carta magna promete cambiarle la vida a los capitalinos. Y Morena, con Claudia Sheinbaum al frente, promete cumplirla a la letra.

El legado de Mancera

  • Aumento al boleto de Metro

El rechazo al aumento del pasaje originó un movimiento denominado “Posmesalto” para evadir el pago del mismo, generando gran inconformidad.

  • Línea 12

Las fallas de la Línea Dorada y el cierre parcial de la misma le ocasionaron múltiples enemigos políticos que hoy están de vuelta en puestos de poder

  • Fotomultas

Una de las medidas más impopulares ocurrió por entregar a particulares la concesión para multar a los automovilistas que exceden los límites de velocidad.

  • Corredor Chapultepec

El proyecto fue tirado por vecinos organizados que se opusieron a la construcción de un complejo comercial en plena avenida Chapultepec.

  • Termovalorizadora

El millonario contrato para construir, operar y poner en marcha este proyecto con el que se busca quemar la basura que se produce en la capital, es uno de los pendientes que tendrá que resolver Sheinbaum.

  • La Reconstrucción

Los claroscuros en el manejo de los recursos destinados para la reconstrucción que mantiene a cientos de damnificados en la calle.

  • La Constitución Política

Las diferentes fuerzas políticas sacaron adelante la reforma del Distrito Federal, la instalación de la Asamblea Constituyente y la aprobación de la primera Carta Magna.

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