Luego de la renuncia de José Narro Robles a la militancia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) el pasado miércoles, el proceso de elección interna del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del organismo político sufrió un duro golpe en su credibilidad.
Ahora, en vísperas de la inscripción oficial de los aspirantes a la presidencia del partido, un halo de división se percibe al interior; una contienda entre la corriente crítica –que denuncia prácticas de corrupción por parte de una pequeña cúpula que opera al tricolor– y los sectores ligados al propio CEN, respaldado por los gobernadores activos del organismo.
“Suscribo completamente cada uno de los puntos que señaló el doctor Narro en su video”, comentó la exgobernadora de Yucatán y aspirante a la presidencia del PRI, Ivonne Ortega Pacheco.
En entrevista para Reporte Índigo, la otrora secretaria del CEN aseguró que existe una intervención real del actual Gobierno federal. Un pacto amarrado por el expresidente Enrique Peña Nieto, y que consiste en la “entrega” del PRI al presidente Andrés Manuel López Obrador a través de la imposición del candidato Alejandro Moreno Cárdenas como presidente del partido.
Un acuerdo que en consideración de Ortega Pacheco, se debe evitar a toda costa sin importar las simpatías personales.
“No podemos permitir que con las evidencias que hay de intromisión del Gobierno anterior (encabezado por Enrique Peña Nieto) y el Gobierno actual del presidente López Obrador, entreguen nuestro partido para ser un ‘satélite’ de Morena. Eso yo no lo puedo permitir aunque Alejandro Moreno sea mi amigo”, afirmó.
Alertas en el proceso de elección interna
Para Ivonne Ortega, la salida de Narro es un síntoma general de varios militantes del partido, quienes ante la frustración de ver que el PRI sigue siendo operado por una pequeña cúpula, deciden emprender su separación.
El día de hoy, los aspirantes al cargo deberán presentar un examen en el Instituto Reyes Heroles y posteriormente acreditarse (el día de mañana) ante el CEN con el respaldo de tres sectores u organizaciones; siete comités directivos estatales (CDEs) o el 20 por ciento de las firmas del Consejo Político ampliado. Un requisito para el que ya están presentando las primeras trabas.
“En este momento es un problema lograr el registro para el sábado porque no te firman los sectores; no te firman las organizaciones ni los comités directivos estatales, por instrucción o con cualquier tipo de justificación.
“Son prácticas que ha hecho el partido para bajar a candidatos que tenían trabajo territorial, que tenían base social, pero que como no eran el compadre o el amigo (de los integrantes de la cúpula) pues los tronaban en el examen, aunque sacaran 100”, mencionó.
Sin embargo, pese al fenómeno de polarización que se vive al interior del organismo tricolor, la exgobernadora negó las intenciones de bajarse de la contienda y afirmó que es precisamente el rechazo que le tiene a las prácticas de su partido lo que la impulsa para devolverle la confianza al priismo nacional.
“A la base militante, que es la parte más noble que tiene el partido, también la acusan de rata y corrupta cuando no han tocado ni un solo centavo del presupuesto. Y no sólo no han tocado un solo centavo del presupuesto, sino que están sufriendo las condiciones de la cúpula que se quiere seguir manteniendo al frente del partido. Por eso estoy dispuesta a dar la batalla”, aseguró.
