Emilio Lozoya, el informante extraditado
El extitular de Petróleos Mexicanos aceptó ser extraditado a México y colaborar en las investigaciones de la Fiscalía General de la República, situación que pone en la mira a personajes del más alto nivel de la administración peñista
Ernesto SantillánEl exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex) Emilio Lozoya Austin, aceptó su extradición a México desde España y ofreció colaborar con la Fiscalía General de la República (FGR) en la investigación por los actos de corrupción que se suscitaron al interior de la empresa productiva del Estado durante la adquisición de la planta de fertilizantes de Agro Nitrogenados, propiedad de Altos Hornos de México (AHMSA), y por el supuesto de haber recibido sobornos por parte de la compañía brasileña Odebrecht.
“Debo informar que el día de ayer (29 junio) Emilio Lozoya Austin presentó formalmente ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional del Reino de España su solicitud por escrito en la que acepta la extradición requerida por esta Fiscalía General y manifiesta su consentimiento expreso para ser entregado a las autoridades mexicanas, ofreciendo su colaboración para establecer y esclarecer los hechos que le han sido imputados”, informó Alejandro Gertz Manero, titular de la FGR.
La Fiscalía también advirtió que buscará esclarecer las responsabilidades de todos los involucrados, incluyendo personas de relevancia o grupos políticos que participaron o se beneficiaron de estos despojos al erario.
Entre los nombres que salieron a relucir se encuentran el del expresidente Enrique Peña Nieto, el del exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray, y el de su homólogo de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, entre otros.
En caso de presentarse este panorama, Augusto Reynaud, politólogo y experto en temas internacionales, asegura que si Lozoya señala a estos personajes y hay elementos para probar su culpabilidad, se tendrá que proceder en contra de ellos. Lo que pondría a la actual administración ante el juicio anticorrupción más importante en la historia del país.
“Nadie regresa de España y acepta una extradición si no hubiera un acuerdo. Ya la colaboración puede darse en varios sentidos. Uno es que él asuma las responsabilidades por las que se le acusan a cambio de evitar que su familia siga estando bajo la mira de las autoridades.
“Otra vertiente es que la colaboración que pactó sea para defenderse él mismo, y aunque es asuma la culpa por algunas cosas, también que dé nombres de otros responsables que participaron en las compras en las que estuvo involucrado para no cargar con todo el peso solo”, explica.
Reynaud hace énfasis en que si bien Emilio Lozoya era el titular de Pemex, la empresa productiva del Estado se maneja a través del Consejo de Administración, por lo que él no tomaba decisiones completamente autónomas.
Legitimar la causa
La principal consigna de la gestión actual, desde las elecciones de hace dos años, es acabar con la corrupción y la impunidad que imperan en el país, dos problemas que no se han resuelto.
Por lo tanto, la extradición de Emilio Lozoya a México resulta un momento fundamental para el Gobierno federal, pues le permite mostrar este hecho como un avance en la materia.
“Hay una presión y un intento de esta administración por recuperar su bandera de la lucha anticorrupción, pero no solo eso, en general contra el problema de la impunidad. En este momento, además de Emilio Lozoya estamos viendo un replanteamiento para el proceso de Ayotzinapa o la ficha roja contra Tomás Zerón”, comenta Reynaud en entrevista.
No obstante, el politólogo considera que se está generando demasiada expectativa en torno a los nombres que podría señalar el exdirector de Petróleos Mexicanos y las consecuencias en su contra, pues en ningún momento no se ha visto que el presidente esté interesado en tocar a Peña Nieto.
“A la hora de la realidad hemos visto señales de Andrés Manuel López Obrador de no querer tocar ni por nombre al expresidente Enrique Peña Nieto o a Luis Videgaray. Por lo tanto, no considero que Lozoya vaya a dar estos nombres, probablemente algunos que le sean más incómodos a este gobierno, pero no los de aquellos a los que evidentemente no se quiere tocar”, añade.
Defensa de Emilio Lozoya a la deriva
En medio de toda la polémica generada por la extradición de Emilio Lozoya, su abogado Javier Coello Trejo anunció que dejaría a su cliente por diferencias en las estrategias jurídicas a seguir.
“Este despacho se ha caracterizado en ser leal hacia sus principios y convicciones, pero debido a la divergencia sobre las decisiones estratégicas jurídicas tomadas, es que decidimos apartarnos de la defensa y así desearles a Emilio y a toda su familia una conclusión favorable en beneficio de sus intereses”, dieron a conocer a través de un comunicado.
Para Augusto Reynaud, esta decisión puede deberse a que el abogado prefirió no seguir en un juicio que será extremadamente complicado.
“Parecería extraño pero abona a la idea de que ya hay un acuerdo muy puntal y que el abogado no quiere ser parte de un juicio que se puede complicar de manera importante.
“Además es muy probable que el juicio se torne en un caso en el que los investigados muy probablemente salgan perdiendo tanto en materia jurídica como frente a la opinión pública”, expone el especialista.
Pasos a seguir
Por ahora, Alejandro Gertz Manero informó que ya se iniciaron los trámites ante el gobierno de España para que en un plazo inmediato Lozoya sea trasladado a México para enfrentar sus acusaciones.
“A partir de este momento, en que el extraditable se ha puesto a disposición de las autoridades mexicanas, se habrán de llevar a cabo una serie de gestiones ante el gobierno del Reino de España que permitan que, en un plazo inmediato, esta persona regrese a México”.
Además, el titular de la FGR dejó en claro que Emilio Lozoya Austin será trasladado en una aeronave de bandera mexicana con el objeto de cumplir con todas las previsiones de seguridad y de salud al traerlo de regreso a México.