Emprender en la pandemia, empleo y economía

El COVID-19 y las restricciones sanitarias no fueron un impedimento para estos micro empresarios que, ante un escenario adverso, decidieron salir adelante con sus propios recursos y contribuir a la generación de empleo
Eduardo Buendia Eduardo Buendia Publicado el
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A pesar de que el principal impacto de la pandemia de COVID-19 es a la salud de la población, también en el ámbito del empleo y la economía de millones de familias se presentó, ya que miles de personas perdieron su fuente de ingreso.

Sin embargo, aún en este oscuro panorama, existen proyectos y trabajadores que encontraron oportunidades para emprender o adaptarse a la nueva normalidad. Sus historias motivan a otras personas a no rendirse y a seguir adelante.

Es el caso de la plataforma Emprende-T, la cual está conformada por cinco profesionales de la repostería y que mediante cursos en línea buscan que las personas se autoempleen elaborando y vendiendo sus propios productos.

O Alexis Becerra, entrenador físico, quien después de perder su trabajo durante la contingencia, inició un negocio de rutinas de ejercicio personalizadas; y, a pesar de que los gimnasios permanecen cerrados para evitar la propagación del virus SARS-CoV-2, aprovechó el internet y las redes sociales para instruir a sus alumnos.

Semillero de creaciones

A inicios de 2021 un grupo de chefs y reposteros profesionales se unieron con el propósito de ayudar y crearon la plataforma Emprende-T. Mediante talleres virtuales, difunden sus mejores recetas para que sus seguidores elaboren postres y se autoempleen para salir de la crisis económica que afecta a México y a otros países.

Ha sido todo un éxito. Esto comenzó con esta urgencia de la pandemia y porque mucha gente se ha quedado sin trabajo. Sabemos la necesidad de muchos que quieren salir adelante. Queremos ayudarles a esas personas a que puedan emprender un negocio desde su casa
Adriana VázquezCofundadora del proyecto

Además de los cursos de repostería, en Emprende-T se busca que los interesados cuenten con una preparación integral, ya que también se imparten asesorías sobre cómo conformar su propio proyecto empresarial, desde la planeación presupuestal, hasta calcular los precios de los productos.

Vázquez explica que antes de la contingencia acostumbraba a hacer cursos presenciales, pero con la pandemia todo su modelo de negocio se enfocó a las redes sociales y los salones virtuales.

Considera que una de las ventajas con las que cuenta Emprende-T es que mediante la web se puede llegar a muchas partes, incluso fuera de México o del continente americano.

“En línea das el curso a mucha más gente e intentamos que estos sean exactamente iguales como si estuvieras en la clase presencial, no hay secretos. Otra ventaja es que los alumnos pueden entrar las veces que quieran. Nuestro público es de hombres, mujeres y hasta niños que siguen las clases”, agrega.

La plataforma Emprende-T fue lanzada a inicios de enero pasado y los fundadores son los chefs Yayo García y Susana Saavedra -de Bolivia-, además de las reposteras Adriana Vázquez, Pao Leugim y Flor García. A la fecha, cuentan con más de 6 mil 300 seguidores en Facebook y sus clases gratuitas alcanzan las 50 mil reproducciones.

Resiliencia, la clave del éxito en la pandemia

Desde que finalizó la secundaria, Alexis Becerra se visualizó como portero de futbol profesional. Con todo su esfuerzo enfocado en esa meta, dejó la Ciudad de México para vivir solo en Puebla a su corta edad.

Tras varios años, su sueño se materializó y jugó en la segunda división mexicana. En ese trayecto, conoció otro de sus talentos: entrenar a nuevas generaciones de futbolistas.

El vaivén de su carrera como jugador y entrenador físico llevó a Alexis a vivir en Chetumal, Quintana Roo, donde preparaba a futuros porteros. No obstante, la pandemia llegó y le arrebató su modo de vivir.

“Todo se viene abajo. Me quedo sin equipo, sin empleo. Por fortuna, mi mujer rescató su trabajo y fueron meses muy complicados, con mucha depresión”, dice.

Para sacarlo un poco de la tristeza, su novia le propuso que la “entrenara”, que le programara rutinas de ejercicio para motivarlo a seguir haciendo lo que le apasionaba. Después de ver los primeros resultados físicos, su pareja hizo público en redes sociales la mejoría en su estado de salud, las peticiones y recomendaciones comenzaron a llegar.

“Subió una foto de sus cambios en Facebook y mucha gente le empezó a preguntar por su rutina”, agrega. Lo que comenzó como una actividad para reactivarse en el ejercicio y ayudar a su novia, se convirtió en Resilience 66, un proyecto de preparación física para todo público.

“Arrancamos hace ocho meses sin nada. La inversión fue mínima, solo para la página web. Empezamos con amigos y conocidos, con unas 20 personas, y ahora tenemos 90 inscritas en nuestro programa y poco a poco se fue materializando”, expresa el deportista.

Para Alexis, lo más complicado de adaptarse a la nueva normalidad fue dejar atrás el entrenamiento presencial para hacerlo a través de una pantalla. Y, aunque asegura que este proceso fue complicado, hoy se enorgullece de ser un motivador no solo físico sino también emocional, pues afirma que el ejercicio ayuda a superar los efectos negativos de la pandemia a nivel personal, como le ocurrió a él al superar lesiones aparatosas durante su carrera.

“Antes de que naciera el programa me caracterizó la resiliencia, todo lo negativo transformarlo a positivo, un motor para salir adelante. Veía a mi mujer desesperada de verme deprimido; me quitaron todo. Pero decidí jugármela, no renunciar y aquí están los resultados”, añade.

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