Durante las últimas semanas, distintas sedes del diario El Norte de Monterrey, integrante del Grupo Reforma, han sido atacadas con armas de fuego, granadas e incluso incendiadas.
Son acciones que solo son posibles porque las autoridades mexicanas, y en particular del estado de Nuevo León, han vulnerado el estado de Derecho que garantice un mínimo de respeto a las libertades individuales.
Sin conocer a fondo los motivos que alientan estos ataques, es claro que quienes lo hacen tienen como fin último la intimidación del medio de comunicación.
Y esa intimidación no tiene otro destino que el de obligarlo a someterse a criterios que modifiquen o silencien la línea editorial de ese grupo periodístico.
Los periodistas que laboramos en Reporte Indigo hacemos pública nuestra solidaridad con el Grupo Reforma y condenamos los ataques a sus sedes en el área metropolitana de Monterrey.
Lamentamos profundamente la ausencia de una autoridad federal y estatal capaz de llegar al fondo de las investigaciones que permitan castigar a los responsables y garantizar con ello los espacios de libertad.
Frente a la incompetencia de las autoridades locales y en un clima nacional enrarecido con un récord histórico de asesinato de periodistas –82 en los últimos 10 años– hacemos un llamado a los organismos internacionales para buscar un freno a esta impunidad.
Es urgente redoblar los esfuerzos que obliguen a una definición y una solución de fondo a fin de salvaguardar uno de los derechos más elementales del ser humano: su libertad de expresión.